31 de julio de 2008

Casa de los Chaves

Ventana de la Casa Palacio de los Chaves en Ciudad Rodrigo. Uno de sus miembros, Garci López de Chaves compró la villa de Villavieja al rey Felipe II en 1571. Fecha de la fotografía: 31 de Julio de 2008.

30 de julio de 2008

Amanecer


Amanecer del día 30 de Julio de 2008 desde el camino que va desde la antigua fábrica de harinas de la estación del ferrocarril al camino de Santidad. En primer término unas siluetas de un tipo de planta de la famila de las Umbelíferas denominada científicamente como "Thapsia villosa". En castellano se la suele conocer como zumillo o cañaheja hedionda.

Amanecer


Fotografía tomada el 30 de Julio de 2008 desde la zona de la carrtera de la Estación, en el curso de mi tradicional paseo matutino.

25 de julio de 2008

Saqueo de Villavieja

El día 8 de Septiembre de 1650, las tropas portuguesas, en una de sus frecuentes correrías e incursiones en territorio español, como contrapartida de las que también realizaban los españoles en territorio luso (Guerra de Restauración portuguesa, 1640-1668), atacaron Villavieja, saqueándola y quemándola. La acción fue tan brutal y devastadora que, testimonios recogidos al finalizar la guerra y elevados al rey Felipe IV en un memorandum hablan de la destrucción de cerca de doscientas casas, aparte de perder toda la cabaña ganadera. Los villaviejenses se atrincheraron en la Iglesia, pero en la refriega las tropas portuguesas se llevaron algunos libros de la parroquia. Así comienza el libro de Bautismos de 1650:

"Libro donde se asientan los bautizados desde ocho de setiembre de mil y seiscientos y cinquenta años, por aver llebado el libro el [ejército] portugués quando el dicho quemó y saqueó esta villa de Billavieja. Los que están a el principio son los que se an benido asentar. No ban por orden por no se poder a faltar, ni tampoco el día de la fecha en que se bautizaron mas de conforme dijeron sus padres. Sacaronse por el nombre= Yo Andrés de Carranza Benefficiado dela dicha villa certifico que los que estubieren asentados de nuestra firma estan Bautizados= los Confirmados no podré ¿ayudar?) en Billavieja a quince de nobiembre de mil y seiscientos y cinquenta años"

Primer registro de los libros de Bautismo de Villavieja

Este es el primer asiento escrito en el primer libro de bautizados de la parroquia de Villavieja de Yeltes, en la diócesis de Ciudad Rodrigo. Data del año 1561. Lo hace el cura párroco Don Cristóbal Maldonado. En la parte interior de la cubierta de piel del libro hay pegado un trozo de papel donde se alude al nacimiento de un miembro de la familia de los Chaves en el año 1560.

A veynte dias del mes de agosto de mil y quinientos y sesenta y un años, baptizé Critóbal Maldonado [a]una hija de Francisco Sánchez y de su muger Mari[a] Salvadora. Llamóse Juana. Fueron sus padrinos Alonso Rremón Ayres capitan y [nombre tachado que parece comenzar por Mari] Sra. Antonia Cornejo.
Porque es verdad lo firmé.

24 de julio de 2008

Acción de la guerrilla del 6 de Abril de 1810

Texto publicado en "El Diario de Mallorca" del lunes 16 de Abril de 1810. En él se da cuenta de una acción de las guerrillas de D. Julián Sánchez "El Charro" el día 6 de Abril de 1810 en las inmediaciones de Boada y La Fuente de San Esteban.


Num 105 Año III. 417

DIARIO DE MALLORCA
del lunes 16 de Abril de 1810

Igual bizarría y denuedo han manifestado las guerrillas mandadas por D. Julián Sánchez, capitán de caballería de voluntarios de Ciudad-Rodrigo, en el encuentro que ha tenido con los enemigos el día 6 del corriente á las inmediaciones de Boada y Fuente de S. Esteban, pueblos distantes de dicha plaza seis leguas. Con solos 16 hombres atacó una avanzada de treinta caballos franceses, de los quales murieron 9 con el oficial en la refriega, y 18 fueron hechos prisioneros , la mayor parte mal heridos ; quienes entraron al día siguiente en Ciudad-Rodrigo con 27 caballos y sus monturas.

El daño que las tropas francesas reciben de esta clase de guerra es tal que tiene disgustados á los soldados extrangeros que sirven en ellas, y se pasan diariamente en crecido número á nuestras banderas. Nueve cazadores Hanoverianos se pasaron con armas y caballos desde Salamanca á Ciudad- Rodrigo; 30 se han pasado á Badajoz, y en Astorga se han presentado mas de otros 100 : y aseguran que se pasarían muchos mas si no temiesen al paysanage.

22 de julio de 2008

Acción de Fuentesaúco

El siguiente artículo se publicó en "La Gazeta del Gobierno" el lunes 22 de Mayo de 1809. Se nos relata en él una acción llevada a cabo por un destacamento avanzado de tropas españolas de guarnición en Ciudad Rodrigo que se encontraba operando en las inmediaciones de Ledesma.

El Gobernador interino de Ciudad Rodriga da cuenta de otra acción que un destacamento apostado en Ledesma ha tenido, y cuyo Comandante D. Ramón Martínez refiere en su parte, que á la letra dice lo siguiente: =:Habiendo tenido noticia que en la Villa de Fuente el Saúco habla un pequeño destacamento de tropas enemigas como de cuarenta á cincuenta hombres entre infantería y caballería , para convoyar loa postas o correos que pasasen de su gobierno, traté de reunir tropa de infantería y caballería, y convidándoseme á ir á esta acción el segundo Quadrillero D. Gerónimo Saornil con la compañía de á caballo de su mando, y con el número de infantes que á bien tuviese darle , accedí á confiarle este servicio, y á medio día de ayer antes de que tuviese noticia de lo que di á V. SS. parte por mi Ayudante, salió de este pueblo con el total de su compañía y treinta tiradores con su sargento primero Francisco Martin, y D. Félix Fernández Avilés vecino de dicho Fuente el Sauco que se convidó á acompañarles, darles instrucciones del terreno y demás, y á las doce de este dia me remitió parte verbal en que me expresaba haber conseguido la acción, y que para favorecerle en su marcha por la proximidad del enemigo avanzase partidas de infantería y caballería que le sostubiesen su marcha y asegurasen el convoy de prisioneros que traía ; di las órdenes correspondientes haciendo salir dos compañías de granaderos, la de tiradores, y alguna caballería que tomasen varios puntos de los caminos de Zamora y Salamanca , por donde podían salir los enemigos a interceptarles su marcha; á las tres de la tarde llegó Saornil conduciendo treinta y tres prisioneros, entre ellos quatro heridos, y me dio el parte siguiente "Al romper del dia cinco instruido por D. Félix Fernández Avilés de los quarteles que ocupaba el enemigo, tomadas todas las avenidas del pueblo con infantería y caballería, se echó sobre ellos, pero no pudo conseguir sorprehenderlos, porque la guardia del quartel vigilante hizo fuego, con lo que se alarmaron, se atrincheraron los enemigos en el mesón y casa que ocupaban, y sostubieron algún fuego del que resultó la muerte de dos tiradores nuestros, un soldado de la compañía de dicho Saornil, la de tres caballos de la misma, y uno herido, teniendo los enemigos la pérdida de once muertos y los treinta y tres que se dieron prisioneros, habiendo ocultado el propio patrón del oficial á el asistente que no se pudo hallar, y otro de á caballo que se encontraba corriendo un pliego para Toro." En esta brillante acción en que contribuyeron porción de vecinos de dicho Pueblo, elogia Saornil á su director D. Félix Fernández Avilés que le acompañó animando a sus convecinos , el que le ha vuelto a acompañar y se me ha presentado y es acreedor en el particular servicio que ha prestado á que la considiracion de V. SS. lo eleve á la Soberana Central , no debiéndose obscurecer la buena dirección , intrepidez, y bizarría con que la ha desempeñado D. Gerónimo Saornil, el que viene satisfecho del valor con que han executado sus órdenes tanto los individuos de su compañía como el sargento primero de tiradores Francisco Martin, y los soldados de su partida.

El mismo D. Geronimo Saornil ha entregado en esta Plaza treinta y dos prisioneros, y trece caballos de los tomados á los mismos, y ha hecho igual entrega de catorce fusiles , seis carabinas , seis bayonetas, y diez y ocho cartucheras, habiéndosele abonado por la tesorería de este exército el valor de todo.

Nuestros aliados ingleses

La semana pasada se publicaba en la revista XLSemanal, un artículo de opinión firmado por Arturo Pérez Reverte sobre la Guerra de Independencia y las relaciones entre españoles e ingleses. En él se alude a Ciudad Rodrigo. Por eso le damos cabida en este blog. Y es que efectiivamente, según cuentan también los historiadores locales mirobrigenses, hubo una diferencia de comportamiento abismal entre las tropas francesas (enemigas) que tomaron la ciudad en 1810 (no hubo saqueo) y las inglesas (aliadas) que lo hicieron en 1812 (hubo saqueo, violaciones, asesinatos, ...)


Patente de corso, por Arturo Pérez-Reverte

XLSemanal, Número: 1081
Del 13 al 19 de julio de 2008

NUESTROS ALIADOS INGLESES

Esta semana que viene toca de nuevo conmemorar batallita. Y no se trata de una cualquiera: en Bailén, el 19 de julio de 1808, dos meses y medio después del 2 de Mayo, a las águilas de Bonaparte les hicieron cagar las plumas. Por primera vez en la historia de Europa, un ejército napoleónico tuvo que rendirse después de un partido de infarto, en el que nuestra selección nacional –tropas regulares, paisanos armados y guerrilleros– aguantó admirablemente los dos tiempos y la prórroga. También es verdad que fue la única vez que ganamos la copa, pues luego los franceses nos dieron siempre las del pulpo; o ganamos, cuando lo hicimos, con ayuda de las tropas inglesas que operaban en la Península. Si algo demostramos los españoles durante toda la campaña fue que para la insurrección y el dar por saco éramos unos superdotados, pero que a la hora de ponernos de acuerdo y combatir organizados no había quien nos conciliara. Paradojas de la guerra: por eso los gabachos nunca pudieron ganar. Acostumbrados a que alemanes o austriacos, por ejemplo, después de derrotados en el campo de batalla, se pusieran a sus órdenes con la policía y todo, preguntando muy serios a quién había que meter en la cárcel por antifrancés, no comprendían que los españoles, derrotados un día sí y otro también, no terminaran de rendirse nunca; y encima, en los ratos de calma, se incordiaran y mataran entre ellos mismos.

Al hilo de todo esto, un historiador británico se lamentaba hace poco de que aquí conmemoremos el bicentenario de aquella guerra con poco agradecimiento al papel que las tropas inglesas tuvieron en ella; ya que fueron éstas las que proporcionaron ejércitos disciplinados y coordinaron, con Wellington, las más decisivas operaciones. Y tiene razón ese historiador. En batallas y asedios, Bailén y los sitios aparte, la contribución británica fue decisiva. Lo que pasa es que de ahí a que los españoles deban agradecerlo, media un trecho. En primer lugar, los ingleses no desembarcaron para ayudarnos a sacudir el yugo francés, sino para establecer aquí una zona de continuo desgaste militar para su enemigo continental. Además, y salvo ilustres excepciones, su desprecio y arrogancia ante el pueblo español que se sacrificaba en la lucha fueron constantes, compartidos por la mayor parte de los historiadores británicos de entonces y de ahora. Por último, las tropas inglesas en suelo español se comportaron, a menudo, más como enemigas que como aliadas, cebándose en la población civil. Eso, manifestado ya durante la desastrosa retirada del general Moore en La Coruña, se evidenció en los saqueos de Ciudad Rodrigo, Badajoz y San Sebastián.

Y no hablo de trincar unas monedas y un par de candelabros. Historiadores españoles contemporáneos como Toreno y Muñoz Maldonado, por aquello de la delicadeza entre aliados, pasan por el asunto de puntillas; pero los mismos ingleses –Napier, Hamilton, Southey– lo cuentan con detalle. Sin olvidar la memoria local de los lugares afectados, donde todavía recuerdan los tristes días de la liberación británica. En Ciudad Rodrigo, por ejemplo, la toma de la ciudad a los franceses fue seguida de una borrachera colectiva –extraño, tratándose de ingleses–, asesinatos, saqueo de las casas de quienes salían a recibir alborozados a los libertadores, y violación de todas las señoras disponibles. Wellington atribuyó los excesos a que era la primera vez que sus tropas liberaban una ciudad española, y estaban poco acostumbradas; pero la cosa se repitió, aún peor, en la toma de Badajoz, donde 10.000 ingleses borrachos saquearon, violaron y mataron españoles durante dos días y dos noches, y culminó en San Sebastián, donde al retirarse los franceses y salir los vecinos a recibir a los libertadores, éstos se entregaron a una orgía de violencia, saqueos y violaciones masivas que no respetó a nadie. Luego vino el incendio de la ciudad: de 600 casas, de las que sólo 60 habían sido destruidas durante el asedio, quedaron 40 en pie. Habría sido ahí muy útil la feroz disciplina que, más tarde, Wellington impuso a las tropas que lo acompañaron en la invasión de Francia, cuando fusilaba sin contemplaciones a todo español que cometía algún exceso como revancha contra los franceses.

Puestos a eso, la verdad, simpatizo un pelín más con los gabachos. Al menos ellos saqueaban, mataban y violaban porque eran enemigos, tomando al asalto ciudades donde hasta los niños te endiñaban un navajazo. Los súbditos de Su Graciosa son harina de otro costal: iban a lo suyo y los españoles les importaban un carajo. Así que, en lo que a mí se refiere, que a Wellington y las tropas inglesas los homenajee en Londres su puta madre.


17 de julio de 2008

Cristóbal Fernández de Córdoba y Rojas

Decimotercer y último Señor de Villavieja
Duodécimo Marqués de Cardeñosa
Séptimo Marqúes de Algarinejo
Octavo Conde de Luque
Octavo Marqués de Valenzuela
.....

Nació el 6 de marzo de 1804. era hijo de Cristóbal Rafael Fernández de Córdoba Pérez de Barradas y de su segunda esposa María del Carmen Rojas Narváez. A la muerte de su padre en 1833 heredó sus posesiones y títulos, si bien muchos de ellos ya "descafeinados" debido a las leyes y decretos de abolición de señoríos y mayorazgos, sobre todo en lo que se refería al ámbito jurisdiccional (nombramientos de alcaldes y otros oficios municipales). Con él finaliza, por tanto, el periodo señorial para nuestro pueblo.

Los títulos de conde de Luque y marqués de Cardeñosa, Algarinejo y Valenzuela se han seguido transmitiendo hasta nuestros días. No así, el de Señor de Villavieja. En 1837 finalizaba este periodo de nuestra historia que había durado más de 250 años.

Cristóbal Rafael Fernández de Córdoba y [Pérez de] Barradas

Duodécimo señor de Villavieja
Undécimo Marqués de Cardeñosa
Sexto Marqúes de Algarinejo
Séptimo Conde de Luque
Séptimo Marqués de Valenzuela
.......

Nació en 1761 y era hijo de Francisco de Paula Fernández de Córdoba Venegas y de su primera esposa Leonor Pérez de Barradas y Fernández de Henestrosa. Al morir su padre en 1796 heredó todos sus títulos y mayorazgos.

Contrajo matrimonio en tres ocasiones. La primera con María Antonia [Pérez] del Pulgar de quien tuvo una hija, María Dolores Fernández de Córdoba Pérez del Pulgar que andando el tiempo se casaría con Fernando Pérez del Pulgar, marqués del Salar.

Su segundo matrimonio fue con María del Carmen Rojas Narváez, con quien tuvo un hijo llamado Cristóbal Fernández de Córdoba Rojas, nacido el 6 de marzo de 1804, que sería el heredero de sus títulos.

Su tercera esposa fue Micaela Díez de Tejada, que antes había sido su cuñada.

Cristóbal Rafael vivió ya los últimos coletazos de los "señorios y mayorazgos". Recordamos que estos fueron abolidos en plena Guerra de la Independencia por las Cortes de Cádiz (decreto del 6 de mayo de 1811). Al finalizar la contienda Fernando VII anuló todo lo legislado por las Cortes gaditanas. Durante el trienio liberal (1820-1823) volvió a entrar en vigor el decreto de 1811 y además se promulgó una nueva ley (3 de mayo de 1823) que lo ampliaba. Lamentablemente duro en vigor muy poco tiempo. Hacía un mes que un ejército francés, los Cien Mil Hijos de San Luis, habían invadido España para reponer a Fernando VII como monarca absoluto. Hubo que esperar a la muerte de éste y a la regencia de María Cristina para, con el Motín de la Granja (1836) volver a restablecer, ahora ya definitivamente, los dcretos de 1811 y 1823 y promulgar además una nueva ley de abolición de Señorios (26 de agosto de 1837) y de mayorazgos (19 de Agosto de 1841).

Cristóbal Rafael murió en 1833, sucediéndole en sus títulos su hijo Cristóbal Fernández de Córdoba y Rojas, que sería al fin y al cabo, el Decimotercer y último Señor de Villavieja.

16 de julio de 2008

Francisco de Paula Fernández de Córdoba Venegas

Undécimo señor de Villavieja
Décimo Marqués de Cardeñosa
Quinto Marqúes de Algarinejo
Sexto Conde de Luque
Sexto Marqués de Valenzuela
....

Nació en 1739. Era hijo de Cristóbal Rafael Fernández de Córdoba y María Vicenta [Egas] Venegas de Córdoba. Estuvo casado dos veces y al final terminó de presbítero. Su primera mujer fue Leonor Pérez de Barradas, de la que tuvo ¿dos? hijos, Cristóbal Rafael Fernández de Córdoba y [Pérez de] Barradas que heredó sus títulos y Juan de Dios Fernández de Córdoba.

Contrajo matrimonio en segundas nupcias con María Josefa Álvarez de Bohórquez, de la que tuvo tres hijos, María Dolores, Antonio y José Fernández de Córdoba. Antonio heredará los títulos que pertenecían a su madre, entre los que se encontraban el de Marquesa de los Trujillos. María Josefa profesará como religiosa del convento del Carmen de Granada.

Tras la muerte de su segunda esposa terminó haciéndose sacerdote. La leyenda cuenta que encontrándose Don Francisco de Paula Fernández de Córdoba muy enfermo, hasta el punto de estar a las puertas de la muerte, se encomendó a Nuestro Padre Jesús de Algarinejo, ofreciéndole si sanaba erigirle en la Villa una iglesia todo lo mejor que él pudiera. Se curó y cumplió su promesa, además de hacerse presbítero. Gastó en la obra una gran cantidad de dinero (se decía que era la mayor fortuna de todos los nobles que no eran Grandes de España), contratando para su ejecución a uno de los mas afamados arquitectos del siglo XVIII, Ventura Rodríguez.

Murió en 1796, dejando por heredero de sus títulos a su hijo Cristóbal Rafael Fernández de Córdoba y Barradas.

11 de julio de 2008

Cristóbal Rafael Fernández de Córdoba Ordóñez

Décimo señor de Villavieja
Noveno Marqués de Cardeñosa
Cuarto Marqués de Algarinejo
Quinto Conde de Luque
Quinto Marqués de Valenzuela

Cristóbal Rafael nació el 28 de mayo de 1707. era hijo de Juan Andrés Fernández de Córdoba Morales y Ana Dorotea Ordoñez López de Chaves. Contrajo matrimonio el 9 de Octubre de 1731 con María Vicenta Egas Venegas de Córdoba. Tenía Cristóbal 24 años. Lo anecdótico del caso es que María Vicenta contaba únicamente 13 años de edad (había nacido el 2 de enero de 1718). Quizás esta cuestión es la que se utilizó más tarde para conseguir, en aquella época, un sorprendente "divorcio", tras el cual María Vicenta ingresó en el convento de Santa Isabel de Toledo.

De los cinco títulos que reseñamos al comienzo del artículo, Cristobal recibió el de Señor de Villavieja y Marqués de Cardeñosa por parte de su madre, el de Marqués de Algarinejo por parte de su padre y los de Conde de Luque y Marqués de Valenzuela por su matrimonio con María Vicenta.

A su muerte, ocurrida en 1785, le sucedió su hijo Francisco de Paula Fernández de Córdoba y Egas Venegas de Córdoba, que se convirtió, por tanto, en el Undécimo Señor de Villavieja.

Ana Dorotea Ordóñez [Portocarrero] López de Chaves

Novena Señora de Villavieja
Octava Marquesa de Cardeñosa
Tercera Marquesa de Algarinejo

Ana Dorotea nació el 16 de febrero de 1674, posiblemente en Zamora, ciudad de residencia habitual de sus padres Cristóbal Ordóñez Portocarrero y Luisa Teresa de Chaves Guzmán.

Contrajo matrimonio en Zamora el 13 de julio de 1705 con Juan Andrés Fernández de Cordoba y Morales (1674-1743), convirtiéndose por este enlace en la Tercera Marquesa de Algarinejo.

Heredó los títulos de Señora de Villavieja y Marquesa de Cardeñosa al fallecer sin sucesión directa en 1734 su hermano Esteban Ordoñez [Portocarrero] López de Chaves.

Ana Dorotea falleció en 1752, heredando sus títulos su primogénito Cristóbal Rafael Fernández de Córdoba y Ordóñez López de Chaves.

Esteban Ordóñez [Portocarrero] López de Chaves

Octavo Señor de Villavieja
Séptimo Marqués de Cardeñosa

Nació en el año 1673, presumiblemente en Zamora, ciudad de residencia habitual de sus padres, Cristóbal Ordoñez Portocarrero y Luisa Teresa López de Chaves y Guzmán.

Heredó los títulos de su madre, al fallecer ésta alrededor de 1718. También fue regidor de Toro (Zamora) oficio que le venía por parte de su padre Cristóbal.

Estuvo casado con Sinforosa Folch de Cardona Belvis. Es probable que de este matrimonio naciese alguna hija que debió fallecer a temprana edad, ya que quien le sucedió en los señoríos, mayorazgos y títulos fue su hermana Ana Dorotea Ordóñez [Portocarrero] López de Chaves. Se sabe que existieron, por lo menos dos hijos naturales, Ignacio y Diego. El primero, llamado Ignacio Ordóñez Portocarrero de Chaves fue canónigo de la Catedral de Salamanca y administrador de los bienes de la familia en la provincia de Salamanca. Sus tíos Ana Dorotea y Juan Andrés residirían habitualmente en Algarinejo (Granada).

A lo largo de toda la historia de los López de Chaves, con sus emparejamientos señoriales, fueron acumulando una enorme cantidad de bienes. En el caso que nos ocupa, Esteban, tenía dentro de los diversos mayorazgos, solamente en la provincia de Salamanca, posesiones en: Alba de Tormes, Aldeanueva de la Sierra, Cerralbo, La Fuente de San Esteban, Pedraza, Villavieja de Yeltes, Sobradillo, Barquilla, Villares de Yeltes, Villarmuerto, Retortillo, Iruelos, Martín Hernando, Cabeza de Béjar, Fuenteguinaldo, Espino de Orbada, Ciudad Rodrigo, Salamanca, Santiz y Olmedo.

Falleció en 1734, sucediéndole en sus títulos, su hermana Ana Dorotea Ordoñez López de Chaves.

10 de julio de 2008

Luisa Teresa López de Chaves y Guzmán

Séptima Señora de Villavieja
Sexta Marquesa de Cardeñosa

Era hija de Garci López de Chaves Herrera y Olalde y María de Guzmán Maldonado Ocampo. Nació en 1644 y podemos suponer que lo hizo en Villavieja, ya que por aquel entonces su familia residía en nuestra población, debido a las circunstancias de la Guerra con Portugal (Guerra da Restauraçao). Hay constancia de que su hermana Mencía (1639) y su hermano Diego (1652) nacieron aquí.

Contrajo matrimonio con Cristóbal Ordoñez Portocarrero. Éste, que había nacido en 1618, era, por tanto 26 años mayor que ella y antes de su matrimonio se había dedicado a la carrera de las armas llegando a ser capitán de infantería. Asistió como Procurador por Toro (Zamora) a las Cortes celebradas en Madrid entre 1646 y 1647. Y en ellas, tal y como era costumbre, los asistentes a las mismas efectuaban diversas peticiones (mercedes) al Rey, que en bastantes ocasiones solía concederlas. Según consta, "D. Cristoval Ordoñez Portocarrero, Regidor y Procurador de Cortes pidió se le hiciera merced del Corregimiento de Saña y Chiclayo, ó Caxamara, Collaguas o el Cuzco en el Perú, ó en Nueva España uno de los de Suchitepeque Soconozco ó Chiapa, para el viaxe de 1648. La Junta opinó por que se enviara decreto al Consejo de Indias para que le consulte en los puestos que pretende conforme á sus partes y meritos." Y efectivamente el Rey decretó: "lo que toca á D. xptoval ordonez esta bien siendo decreto para que precisamente se le Conss.te en vno de los officios que pide." Y así se llevó a efecto. Estuvo en Perú. Fue corregidor de Huamanga y más tarde, por recomendación del Duque de Alba, pasó a ser Gobernador de la Villa y mina de azogue (mercurio) de Huancavélica. Debió regresar a España hacia finales de la década de los sesenta.

El matrimonio de Luisa Teresa y Cristóbal debió celebrarse alrededor del año 1670. Fueron vecinos de Zamora. Del matrimonio nacieron un hijo, Esteban (c. 1671) y una hija Ana Dorotea (1674).

Luisa Teresa se convirtió en Señora de Villavieja y Marquesa de Cardeñosa en 1704, al fallecer su sobrino José López de Chaves y Toledo, según dejó mandado éste en su testamento. En los años siguientes se sucedieron una serie de pleitos debido a esta cuestión, planteados por la que, en buena lógica, debería de haber sido la heredera, que era la hija de José, llamada Ana López de Chaves.

A la muerte de Luisa Teresa, ocuurrida entre 1715 y 1720, le sucedió en sus títulos su hijo Esteban Ordoñez López de Chaves.

José López de Chaves y Toledo

Sexto señor de Villavieja
Quinto Marqués de Cardeñosa
Quinto Marqués de Villamagna

Situaremos su nacimiento alrededor del año 1660. Sabemos que fue bautizado en la parroquia de San Isidoro de la ciudad de Salamanca. Fueron sus padres Alonso López de Chaves y Guzmán e Inés de Toledo Enríquez.

Heredó el marquesado de Villamagna por testamento otorgado por su abuelo materno Luis de Toledo Enríquez, poseedor de dicho título, en el que lo declara por sucesor en su casa, estado y mayorazgo.

A la muerte de su padre, ocurrida en 1699, le correspondió también el marquesado de Cardeñosa, que llevaba aparejado, entre otras cosas, el señorío de Villavieja. No disfrutó mucho de éste, ya que falleció en el año 1704, dejando tras de sí una maraña de pleitos y un verdadero quebradero de cabeza a sus albaceas José Francisco Álvarez y Francisco Antonio de Quiñones, debido a su testamento.

José López de Chaves tenía una hija Ana María de López de Chaves Guzmán, que estaba casada con Sebastián Antonio de Layseca Alvarado, corregidor de Ávila. En buena lógica debería de haber sido la heredera de todos sus títulos y posesiones, pero no lo fue. Ignoramos las razones de ello. Únicamente le dejó a su hija los bienes libres, es decir, los que no pertenecían a ningún mayorazgo ni señorío. El marquesado de Villamagna pasaría al tronco de procedencia, haciendose con él uno de sus primos, Bartolomé Ramírez de Arellano y Toledo. El marquesado de Cardeñosa, que como hemos dicho anteriormente lleva aparejado el señorío de Villavieja, lo heredó su tía Luisa Teresa López de Chaves y Guzmán, que se convirtió por lo tanto, en la Sexta Marquesa de Cardeñosa.

9 de julio de 2008

Alonso López de Chaves y Guzmán

Quinto Señor de Villavieja
Cuarto Marqués de Cardeñosa

Nació alrededor de 1635. Desconocemos el lugar, aunque lo más probable es que fuese en Ciudad Rodrigo, ya que de su padre sabemos que era vecino y regidor de dicha ciudad. Era hijo de Garci López de Chaves Herrera y Olalde y María de Guzmán Maldonado Ocampo. Tuvo, por lo menos, cuatro hermanos: Mencía (1639), Luisa Teresa (1644), Diego (1652) y María Antonia. En el Archivo Histórico Nacional se conserva un documento en el que el notario de Villavieja Pablo Antonio Marquez, da fé de las partidas de bautismo de Mencía y Diego López de Chaves. Así pues, por lo menos estos dos, nacieron en Villavieja. Y es bastante probable que Luisa Teresa también.

Alonso se casó con Inés de Toledo Enríquez, hija de Luis de Toledo Enríquez, (en ocasiones aparece como Luis Álvarez de Toledo Enríquez), marqués de Villamagna, y María (o Mariana) Gaitán de Ayala Mendoza. Tuvo por lo menos dos hijos, José y Antonio. Este último debió fallecer tempranamente, por lo que a la muerte de Alonso, ocurrida en 1699, su hijo José López de Chaves y Toledo se convirtió en el Sexto señor de Villavieja y Quinto Marqués de Cardeñosa además de Marqués de Villamagna, título que heredó de su abuelo materno.

Alonso López de Chaves y Guzmán fue también regidor de Salamanca, oficio que compró a Francisco Ruiz Ladrón de Guevara por 17.000 reales de vellón.

6 de julio de 2008

Garci López de Chaves Herrera y Olalde

Cuarto Señor de Villavieja.
Tercer Marqués de Cardeñosa.

Guiándonos por los años de nacimiento que se conocen de algunos de sus hijos podemos establecer que el que sería Cuarto Señor de Villavieja probablemente nació entre los años 1605 y 1610. Fue uno de los hijos de Diego López de Chaves Herrera y de Ana María de Retana Olalde heredando de su padre el Señorío de Villavieja que había adquirido su abuelo paterno de igual nombre por compra realizada en 1571 al rey Felipe II.

Estaba casado con María de Guzmán Maldonado Ocampo que heredó de su tío Juan de Guzmán y Vivanco el marquesado de Cardeñosa y el señorío de Sobradillo.

Garci López de Chaves Herrera y Olalde fue probablemente el Señor de Villavieja que más relación tuvo con el pueblo, ya que vivió aquí durante bastante tiempo. De hecho, sabemos que, por lo menos dos de sus hijos/as nacieron en Villavieja: Mencía (1639) y Diego (1652) y es probable que Luisa Teresa (1644 también.

Era vecino y regidor de Ciudad Rodrigo. La cercanía de esta población a Villavieja hizo que viviese en nuestro pueblo posiblemente largas temporadas. De hecho Lorenzo Campeggio, nuncio apostólico, le concede licencia en 1635 para tener oratorio privado en las casas de su morada en Villavieja. Además, a finales del año 1640 comienza la denominada Guerra de Independencia de Portugal (Guerra da Restauraçao). Dicha contienda se extendió hasta 1668 y supuso sin lugar a dudas el periodo más funesto y aciago para toda nuestra comarca, que sufría repetidamente las incursiones y correrías de las tropas portuguesas que saqueaban, robaban y destruían poblaciones, cosechas y ganados. Claro que también los vecinos portugueses soportaban lo mismo por parte de las tropas españolas.

Villavieja fue saqueada e incendiada en varias ocasiones: 1650, 1651, .... Es probable, por tanto, que debido a esto desapareciese la casa palacio (casa fuerte) que Garci López de Chaves debía tenía en nuestro pueblo, probablemente en la zona denominada El Torreón, junto a la Iglesia. Aún se conservan dos posibles vestigios de dicho palacio una columna y un portón.

En el año 1650, Garci López de Chaves Herrera escribe un memorial al rey Felipe IV sobre la antiguedad del linaje y la calidad y nobleza de la casa Garci López de Chaves solicitándole el título de conde o marqués.

Falleció en 1667, pasando el señorío a su hijo Alonso López de Chaves y Guzmán.

Diego López de Chaves y Osorio

Tercer señor de Villavieja. En algunos documentos se le llama Diego López de Chaves Herrera. Heredó el título al morir su hermano mayor Garci López de Chaves y Osorio luchando en Francia en las guerras que sostuvo el rey Felipe II a finales del siglo XVI como consecuencia de la pretensión de que el trono de Francia, vacante tras la muerte de Enrique III, le fuese adjudicado a su hija Isabel Clara Eugenia.

Podemos situar su nacimiento alrededor del año 1575. Fue el segundo hijo de Garci López de Chaves Herrera y Trejo y María Osorio. Llegó a ser paje de la Infanta Isabel Clara Eugenia (1566-1633) hija de Felipe II e Isabel de Valois, su segunda esposa.

Diego fue incluido en el proceso que se siguió contra su hermano Antonio por fugarse este de la cárcel de Ciudad Rodrigo, al estar encausado por la muerte de una persona ocurrida en Málaga, ciudad de la que era corregidor su padre, Garci López de Chaves Herrera y Trejo. En el mismo proceso se incluyeron todas aquellas personas de Ciudad Rodrigo y pueblos cercanos (lógicamente Villavieja) que ayudaron de una forma u otra a que el fugado escapase a Portugal. Muchos de ellos eran criados, administradores de bienes, clérigos y frailes, etc.

Diego López de Chaves y Osorio se casó con Ana Maria de Retana Olalde, hija mayor de Pedro de Retana Olalde y de Luisa de Hervás Aniñón. Como resultado de este matrimonio Diego López de Chaves accedió, con el paso de los años, al oficio de "Alcalde Mayor" de Sevilla que pertenecía a Pedro de Retana y Olalde. A la muerte de Diego este oficio pasaría, segun declaración de su viuda Ana María, a su cuñado Juan de Henestrosa Cárdenas marido de su única hermana Josefa Gabriela de Retana Olalde.

Le sucedió en el señorío de Villavieja su hijo Garci López de Chaves Herrera y Olalde, que por matrimonio llegaría a ser el tercer Marqués de Cardeñosa, a cuyo título seguiría vinculado a partir de entonces el mencionado señorio villaviejense.

5 de julio de 2008

Garci López de Chaves y Osorio

Segundo Señor de Villavieja. Debió de nacer alrededor del año 1570. Fueron sus padres Maria Osorio y Garci López de Chaves Herrera y Trejo, de quién debía heredar el título de Señor de Villavieja, pero que, caso de hacerlo, debió disfrutar muy poco, ya que falleció luchando en Picardía (Francia) en las guerras que mantuvo Felipe II contra los franceses (1595-1598). El título de Señor de Villavieja pasó entonces a su hermano Diego López de Chaves y Osorio, a quien consideraremos, por tanto, como tercer Señor de Villavieja.

Garci López de Chaves Herrera y Trejo

Un primer intento de establecer el señorío de Villavieja, entonces Villar de la Vieja, ocurre en el año 1440. El rey Juan II, padre de Enrique IV, en reconocimiento a los servicios prestados a la corona por Ferrand Nieto el Mozo, de El Cubo, le hizo donación de los lugares de Villar de la Vieja y Bañobárez. El concejo de Ciudad Rodrigo se opuso fuertemente a estas cesiones y entabló una serie de pleitos que se resolvieron en el año 1445. El rey Enrique IV terminó por conceder a Ciudad Rodrigo la jurisdicción de los lugares de Villar de la Vieja y Bañobárez, anulando por tanto la creación de este primer señorío.

Villar de la Vieja recibió el título de villa de manos de Felipe II en 1571 cambiando el antiguo nombre por el de Villavieja y desagregando el término del alfoz de Ciudad Rodrigo. En dicho año Villavieja es enajenada junto a su población, señorío y alcabalas a Garci López de Chaves, noble mirobrigense, hijo de Juan de Chaves Herrera y Beatriz de Trejo, con la oposición del Concejo de Ciudad Rodrigo, de los Pacheco, marqueses de Cerralbo y de los propios habitantes de la villa, que intentaron infructuosamente comprar ellos el señorío.

Es por tanto Garci López de Chaves Herrera y Trejo, el primer señor de Villavieja. Desconocemos la fecha de su nacimiento aunque podemos situarla alrededor del año 1540. Fueron sus padres Juan de Chaves Herrera y Beatriz de Trejo y Villalba. Se casó con Maria Osorio y tuvo, por lo menos cuatro hijos: Garci López de Chaves y Osorio, Diego López de Chaves y Osorio, Gabriel de Chaves y Osorio y Antonio López de Chaves y Osorio que debieron de nacer entre los años 1565 y 1575. De los dos últimos existe más constancia documental ya que Gabriel de Chaves fue Gobernador de la Isla de Santo Domingo ("La Española") entre los años 1627 y 1634 y a su hermano Antonio López de Chaves se le incoaron entre 1592 y 1598 diversos procesos motivados por su fuga de la cárcel de Ciudad Rodrigo a Portugal, acusado por la muerte de un hombre en Málaga, en donde era corregidor su padre. En dichos procesos se procede contra familiares (en concreto contra su hermano Diego), amigos, criados, frailes, vecinos de los lugares por donde pasó para ir a Portugal, administrador de la hacienda del mayorazgo de Villavieja, oficiales de Ciudad Rodrigo, etc.

Garci López de Chaves Herrera y Trejo fue comendador de las encomiendas de Villasbuenas y Belvis y Navarra, de la orden militar de Alcántara, regidor de Ciudad Rodrigo y corregidor de Málaga y Valladolid.

4 de julio de 2008

Palomar


Imagen de los "agujeros" de entrada y salida en un antiguo palomar situado en el camino del Valle de los Prados. Fecha: 4 de julio de 2008.

2 de julio de 2008

¡Atención al tren!


Imagen de una de las pocas señales que aún se conservan de la señalización de la vía férrea. Está situada en el camino del Lodero. Señales como esta podían verse en la mayor parte de las intersecciones de los caminos con la línea del ferrocarril de La Fuende de San Esteban a Barça d'Alba. En las aspas se podían leer los mensajes "Paso sin guarda", "Ojo al tren". En la parte inferior nos alertaban con un "Atención al tren". Fotografía tomada el 2 de Julio de 2008.