30 de junio de 2010

El sitio de Ciudad Rodrigo en 1810 (IV)

Continuamos en esta cuarta entrega, el relato que el general gobernador de la plaza de Ciudad Rodrigo, don Andrés Pérez de Herrasti, hizo del sitio que sufrió dicha ciudad en el año 1810 por las tropas francesas.

Hacia los fines del mes de mayo fueron llegando más tropas enemigas, que a proporción de su número iban extendiendo la línea de sus campamentos, y últimamente se situaron en el cerro de Ivanrrey y casería de Carboneros; cogiendo en semicírculo desde el vado de este nombre a la misma orilla del rio, hasta el de Cantarranas por la parte del convento de la Caridad, estableciendo un campamento de caballería apoyado a éste, otros dos de infantería sobre el camino de Zamarra, otros tres de la misma arma a la derecha de Pedro de Toro, otro muy grande de caballería sobre la izquierda y a la espalda de dicho pueblo, otro de infantería a la bajada del camino Real de Salamanca, otro en la Casa-blanca, otros tres desde los Lagares a Valdecarros, tres más de caballería desde el camino de san Felices al cerro de Mata-hijos, dos de infantería en el monte de Ivanrrey, y uno de caballería en Carboneros, cuyo total ascendía de 28 a 30 mil hombres de infantería, y de 7 a 8 mil de caballería, según nuestro cálculo, aunque los desertores que diariamente se pasaban a la plaza los hacían subir a mayor número ; pero nada adelantaron estas tropas, durante el mes de mayo, en los trabajos para el sitio, y se conoció que se empleaban en hacer salchichones, cestones y otros aprestos, perfeccionar sus abarracamientos, y formar otros para el mayor número de tropas que debían venir, y retardó el Iluviosísimo tiempo que hizo, que puso cuasi intransitables los caminos, abarrancó su artillería gruesa que había muchos días que estaba encallada en el pueblo de Matilla, y solo pudieron sacar adelante las piezas más ligeras, e inmensidad de municiones y otros efectos que conducían de Salamanca, cuyos parques y almacenes principales fueron estableciendo en el lugar de Pedro de Toro y convento de la Caridad.

Mariscal Ney, al mando del VI Cuerpo de Ejército francés

El 30 de mayo, que eran los días de nuestro Soberano el señor don Fernando VII, queriendo hacer una ostentación de nuestro reconocimiento, fidelidad y adhesión a este nuestro legítimo Monarca, dio orden el Gobernador de que se ejecutara un triple saludo general de todos los fuegos de la plaza ; y para que fuese al mismo tiempo de alguna ventaja en nuestras operaciones, se procedió al romper el día al 1º de toda la artillería de las murallas con pólvora sola, y al 2º a las doce en los mismos términos; pero para el de la tarde se cargaron todas las piezas con sus respectivos proyectiles, y pusieron en puntería conveniente, y como la curiosidad tenía a los enemigos en expectativa de él, y la confianza de que era sin bala, les había hecho salir de sus campamentos y aproximarse para verle mejor, pagaron el descuido con algunos daños, y tuvimos el agradable espectáculo de verlos correr por todas partes, y aun acudir muchos a las armas en aquella primera impresión de la sorpresa y aturdimiento.

Seguidamente toda la guarnición que estaba colocada en los dos recintos de la plaza y la caballería y compañías de cazadores que se hallaban formadas en el frente y costados del arrabal de san Francisco, hicieron su triple descarga graneada de fusilería, con que se completó la celebridad en que al mismo tiempo les dimos una muestra de los respetables fuegos que teníamos por todas partes y de todas armas.
El Mariscal André Massena, príncipe de Essling, duque de Rivoli.

El mismo día (según supimos después) había llegado al campo enemigo el mariscal Massena, príncipe de Slingh, general en jefe del ejército llamado de Portugal, que iba a mandar en persona las operaciones del sitio contra la plaza, y con él vinieron igualmente otras tropas de aumento, a todas las cuales pasó revista en los días consecutivos, y desde luego comenzó a colocar en posiciones algo más adelantadas, y conocimos iban a empezar con actividad los trabajos para los ataques; pero como por todas aquellas avenidas estaban, tomados los caminos, de suerte, que había mucho tiempo que no temarnos comunicación alguna, ni podíamos tener noticia de sus movimientos de la parte de Salamanca, quedamos ignorantes de si habían traído a la inmediación la artillería gruesa, y todo lo demás necesario para formar las trincheras, y establecer las baterías de sitio; y a fin que nuestras tropas que defendían la línea del arrabal no pudieran ser cortadas durante la noche, no siendo dable por las razones dichas ejecutar todas las obras proyectadas, se determinó como más breve el situar dos estacadas a derecha e izquierda de dicho arrabal para ponerlo a cubierto y que le sirviesen de alas, formando como una especie de hornabeque, y dirigiéndolas para enfilarlas, la primera desde el convento de santo Domingo al revellín dicho, y la otra desde el de san Francisco a las obras de la izquierda de la puerta del Conde; lo que fue de mucha utilidad para su defensa.

Al día siguiente, 1º de junio, vimos que principiaron a echar dos puentes de madera sobre el rio Águeda, uno por la parte de Cantarranas, y otro por la de Carboneros, cuyos caballetes y tablazones, según avisos antecedentes, habían construido en Salamanca, los que reconocidos y dado aviso de ellos al general Craufurd, comandante de la vanguardia del ejército inglés que estaba todavía en Gallegos, de acuerdo con este jefe, que vino el día 2 de junio a verlos por sí mismo, y aprovechándonos de una crecida bastante fuerte que entonces tenía el rio, tratamos de probar a destruírselos, enviando a unos lanceros de la partida de don Julián Sánchez, hombres de confianza y conocedores de aquel terreno, para que por la parte superior de la corriente en el monte del Carrascal, hiciesen una corta de árboles, que arrastrados por ésta pudiesen acaso verificarlo; pero aunque se ejecutó esta operación no resultó de ella el efecto que se pretendía, porque lo impidieron las tortuosidades del curso del rio, que hacían detener y encallar los troncos que debían causar el destrozo de los caballetes.

Los enemigos, luego que tuvieron dichos puentes establecidos, pasaron a situarse a la otra orilla del rio, colocando primero campamentos a la cabeza de los puentes, y extendiéndolos después progresivamente a mayor distancia, hasta que circunvalaron enteramente la plaza, e interceptaron todos los caminos y puntos de avenida de Gallegos, el Bodón, Pastores y Fonseca, con lo que nos cortaron del todo la comunicación.

Ejecutado esto, siguieron a destruirnos los molinos harineros llamados de Barragán y de los Cañizos, habiendo hecho antes, lo mismo con el de la Caridad y el de Carboneros, a pesar de que estaban fuera de la jurisdicción de la plaza, y no podíamos servirnos de ellos ; pero las dos primeros nos eran muy necesarios, y la posesión que de ellos tomaron nos empezó además a estrechar, por estar situados en puntos muy inmediatos, y con la ventaja el de Barragán, de que lo encubría de nuestros fuegos una grande y espesa alameda, que desde la inmediación del puente llegaba hasta él.

En consecuencia dispuso el Gobernador el día 6 que se ejecutase una salida de 400 hombres de infantería a las órdenes del teniente coronel don Luis Minayo, comandante y actual jefe del regimiento de infantería de Mallorca, antiguo, bizarro y acreditado oficial, con el doble objeto de arrojar a los enemigos de dicho molino, y de las huertas inmediatas llamadas de Samaniego, donde se habían igualmente  alojado, y de talar por los zapadores al mismo tiempo la alameda dicha, que nos impedía poder batir con los fuegos de la plaza todo aquel terreno, y el de la orilla opuesta del rio, aspillereando también los tres costados de la cerca del convento de santa Cruz, contiguo, lo que nos fue muy ventajoso, pues dirigiendo ellos por su inmediación sus líneas de ataque se le retardaron los trabajos con pérdida de mucha gente. Estos empeños se realizaron con el mejor éxito, por la buena dirección de dicho jefe y demás oficiales que se destinaron a su ejecución, y por la intrepidez propia de las bizarras tropas que concurrieron a ella; y habiéndose conducido hasta el extremo de la alameda los dos morteros ligeros que sirvieron en la salida del día 1º de mayo, no solo se les desalojó del molino, y de todos los caseríos y huertas de Samaniego, sino que se les hizo retroceder hasta Palomar, a pesar de que enviaban de sus campos de Valdespinos crecidos refuerzos de tropas hacia aquel punto, y adelantaron por la caída del teso de san Francisco dos obuses y un cañón de campaña para sostenerlas y tirar contra las nuestras; pero éstas se mantuvieron firmes hasta completar la operación que auxilió la plaza con un vivo fuego de la artillería de todo aquel frente, de manera, que se les causó una pérdida muy crecida, que no bajó de 100 hombres entre muertos y heridos, y hasta en la retirada de sus refuerzos se les acertaron cinco ó seis tiros de balas y bombas en medio de sus columnas, que las pusieron en dispersión. La acción duró desde las doce hasta las cuatro y media de la tarde, y por nuestra parte solo tuvimos en ella dos soldados muertos y un oficial, un sargento y cinco soldados heridos.

La tala de la alameda no pudo completarse enteramente porque eran necesarios muchos días y brazos para ella, aun sin tener enemigos que la impidiesen ; pero se continuó los días siguientes al abrigo de partidas que se avanzaban a sostenerla, y solo quedaron por último diez ó doce árboles al extremo, que no fue posible abatir, por estorbarlo las trincheras y apostaderos que ya entonces habían formado los enemigos a su inmediación, bien, que no encubrían la jurisdicción del molino y de toda su circunferencia.

El día 8 por la noche comenzaron los enemigos a formar espaldones en la cima del teso de san Francisco, e hicieron varios hoyos a los costados de las huertas de Samaniego, en los que amanecieron colocados el día 9, tiroteando desde ellos sobre nuestras avanzadas, y aunque estas y la artillería de la plaza les hicieron un vivo fuego todo el día, no se les pudo desalojar a causa de la profundidad en que se encubrían, en la que no podían causar efecto nuestras balas, y únicamente lo hacia alguna otra bomba ó granada que por casualidad se les acertaba a introducir.

Pero reconocida de antemano la torre del convento de san Francisco (sobre la que tratamos de probar si se podría colocar algún cañón, lo que no nos fue dable por su estrechez, y ser necesario ejecutar muchas obras para realizarlo, que las circunstancias no nos permitan emprender) establecimos, en ella algunos mosquetes, que servidos por buenos tiradores de urbanos hicieron un continuo y acertado fuego sobre los trabajadores del teso de san Francisco, con el que se les hacían retardar las obras, y causaban pérdidas considerables de gente.

Sucesivamente fueron aumentando y adelantando dichos apostaderos y hoyos, cuya línea corrieron hasta la orilla del rio, frente al molino de Barragán, y a pesar del activo fuego que hacia todos ellos se les dirigía de continuo de todas partes, con especialidad por las noches, cuando oíamos ó nos daban aviso las avanzadas de sus trabajos, los siguieron constantemente por todo el frente de la izquierda de la plaza, y desde ellos comenzaron una especie de ataque de fusilería, tirando sin cesar sobre nuestros recintos, e introduciendo sus balas hasta en las calles y casas de la ciudad, donde mata ron e hirieron a varios ; y como no era posible impedirles aquel establecimiento por medio de una salida, que no teníamos tropa suficiente para emprender con la fuerza que era preciso, ni debíamos aventurar estando ellos en una situación tan ventajosa y cubierta, y en número tan superior, nos ceñíamos a algunos ataques parciales de guerrillas, y al incesante fuego que día y noche se les hacía de artillería y fusilería desde los recintos de la plaza, donde se habían formado sobre el parapeto aspilleras de sacos a tierra para el uso del fusil, y cubrir a sus defensores, con los que probablemente, y según hemos sabido después se les causaron pérdidas muy crecidas de gente.

Por último, en la noche del 15 al 16, al abrigo de estos apostaderos dichos, abrieron la trinchera formal que se extendía desde el principio de la cima del teso de san Francisco, frente del mismo convento, hasta la casa principal de la huerta de Samaniego, con dos líneas de defensa por los costados, y muchos ramales de comunicaciones para dirigirse a ella, y situar tropas que la sostuviesen ; pero no la realizaron a poca costa, pues luego que por el ruido de los útiles conocimos el trabajo, se les dirigió contra él un fuego el más activo de todas armas, con el que se les hizo un destrozo considerable, hasta que pudieron cubrirse de nuestros tiros.

Al mismo tiempo iban por la derecha y frente de la plaza adelantando sus posiciones desde el molino de los Cañizos por las huertas llamadas de Céspedes, la Cantera, san Agustín el viejo, Paredones, Cementerio y Casa de Pero Pulgar, por medio de emplazamientos y espaldones que construían de noche ; pero todos estos terrenos los fueron ganando a palmos, especialmente los primeros que les costó mucha sangre el ocuparlos, y solo lo consiguieron en fuerza de la superioridad de su número ; pues como desde el día 18 del anterior mes de mayo, notando la actividad de las conducciones de efectos de los enemigos para emprender los ataques contra la plaza, y siendo preciso reforzar con mayor número de tropa los puestos exteriores de ella, y aumentar algunos para la observación de sus movimientos había destinado el Gobernador con este objeto al batallón de voluntarios de infantería de Ávila, dando a su Teniente Coronel y Jefe don Antonio Vicente Fernández el mando de todos, y poniendo a sus órdenes igualmente los 400 hombres de las compañías de Cazadores de la guarnición, que hasta entonces habían desempeñado éste servicio a las de don Antonio Camargo, Comandante del mismo, constando la fuerza del batallón de Ávila de 857 hombres, resultaron 1257 en el nuevo establecimiento, de nuestra línea exterior, y se colocaron en la forma que pareció más conveniente, para que estuviesen apoyados unos puntos de otros, procediendo el expresado Jefe don Antonio Vicente Fernández en este arreglo y colocación, según las instrucciones que recibió del Gobernador, con la pericia e inteligencia que le son propias, y acreditando en el desempeño del encargo su actividad, celo y conocimientos militares, y muy desde luego comenzó a experimentarse el buen efecto de esta disposición.

Porque habiendo los enemigos emprendido en las noches inmediatas varias sorpresas y ataques a nuestros puestos avanzados, fueron siempre vigorosamente recibidos y rechazados por todos ; y posteriormente en la noche del 17 de junio se portaron con el mayor valor las tropas del expresado regimiento de Avila, que cubrían la avanzada de las huertas de Céspedes, conteniendo con un fuego el más vivo y bien dirigido a una columna enemiga muy crecida de infantería, que apoyada de otra de caballería vino a atacarles, y llegó sobre ellos hasta tiro de pistola, a cuya distancia les dio la primer descarga; pero firmes en sus puestos, y llenos de espíritu y confianza, a pesar de su inferioridad, se sostuvieron hasta hacer retroceder de su empeño a los enemigos, y obligarlos a retirarse desordenada y precipitadamente, dejando muchos cadáveres y despojos en el campo de la refriega, que a la mañana siguiente se recogieron y trajeron a la plaza.

Por la parte del Caño del Moro intentaron también otro ataque los enemigos la noche del 19, de que fueron igualmente rechazados, y lo repitieron la del 20 a un puesto avanzado por su izquierda, que estaba establecido sobre el costado derecho del convento de santa Cruz, donde llegando una numerosa partida de caballería francesa hasta la inmediación de las centinelas que tenia avanzadas el oficial de Ávila que lo mandaba, y dándoles éstas el quién vive, respondieron en muy buen castellano, “lanceros de don Julián” ; y adelantándose entonces el oficial a reconocerlos, lo rodearon, acuchillaron y se lo llevaron herido, como igualmente a los centinelas ; pero alarmada la guardia, y conocido el engaño, les hizo fuego, y obligó a retroceder, libertándose de este modo de ser igualmente envuelta y cogida por la misma astucia : de resultas de lo cual, se estableció desde aquella noche (para que prevaliéndose de la obscuridad no pudiesen volver a usar de otra estratagema semejante, que les facilitaba sin duda la proporción de los españoles que tenían consigo) que en lo sucesivo, el propio don Julián Sánchez, después de obscurecer, diese a todos los puestos de la línea exterior una contraseña particular, a fin de que pudiesen distinguir a la tropa suya, cuando se acercase de patrulla ó reconocimiento.
Moderna réplica de un cañón situado en las murallas mirobrigenses que apunta hacia el teso de San Francisco, justo detrás de los edificios, donde se situó la artillería de brecha francesa,

29 de junio de 2010

Cancionero salmantino

Con este título se denomina a la gran recopilación de conciones tradicionales salmantinas realizada y publicada por el insigne músico mirobrigense, Dámaso Ledesma Hernández (Ciudad Rodrigo, 1886 – Salamanca, 1928), sacerdote y organista de la catedral de Salamanca. En esa recopilación aparece algunas veces el nombre de Villavieja. Veamos una de ellas. La canción se titula "Al Mellizo de Villavieja" y fue recogida por don Dámaso en Carpio de Azaba, pueblo de la comarca de Ciudad Rodrigo.

Al Mellizo de Villavieja

Y el Mellizo en Villavieja...
y está despreciado ya...
la culpa la tuvo la tuerta
y su hija Regalá...

Eran disculpas que ella ponía
de que el mellizo no la quería .....
Busto de don Dámaso Ledesma colocado en la plaza de su mismo nombre en Ciudad Rodrigo.
Al fondo, el palacio de los Águila.

28 de junio de 2010

El sitio de Ciudad Rodrigo en 1810 (III)

Continuamos hoy el relato que el general Gobernador de la plaza de Ciudad Rodrigo escribió con motivo del asedio que las fuerzas francesas del VI Cuerpo de ejército francés ejercieron sobre la población mirobrigense. Comienza esta parte con la llegada nuevamente de los franceses a finales del mes de Abril, para comenzar ya formalmente el sitio que concluiría dos meses y medio después.



En efecto, el día 25 de abril, a las tres y media de la tarde, se presentaron los franceses delante de Ciudad-Rodrigo, viniendo por el camino de Valdecarros en número de 8 a 10 mil hombres de todas armas; y tomando posición desde el cerro de Matahijos hasta la Casablanca, dieron todas las señales de que venían a embestirla de firme, pues supimos que otra división suya, la mayor parte de caballería, se había situado el día antes en el lugar de Zamarra, había adelantado descubiertas hasta el de Pastores, establecido puestos en los vados del rio, y que todos los pueblos intermedios desde Salamanca hasta Sancti-Spiritus estaban cubiertos de sus tropas.

Inmediatamente se tiró de la plaza el cañonazo de señal, según estaba de antemano prevenido en las instrucciones formadas por el Gobernador para cuando llegara este caso, y salieron guerrillas por todos los puntos a situarse en observación de sus movimientos  y desde la misma tarde, una serie continuada de acciones diarias de mas ó menos empeño, según las circunstancias, y todas ventajosas siempre para nosotros, comenzó a llenar de gloria nuestras armas, dar confianza a la guarnición, e imponer a los enemigos.

El día 26 a las ocho de la mañana bajaron por el camino de Zamarra cinco gruesas partidas, las dos de infantería y tres de caballería, que dirigiéndose hacia el convento de la Caridad, hicieron ademan de reconocimiento por aquella parte de la plaza; pero . habiéndose adelantado al alcance de nuestra artillería, se les hizo fuego de ésta con tan buen acierto, que cayendo una bomba y dos granadas sobre las columnas de caballería, se las hizo retirar con precipitación hacia Pedro de Toro, e hicieron alto frente al camino de Salamanca, donde permanecieron hasta la tarde, que volvieron a retroceder por donde habían venido.

La división de caballería del regimiento de voluntarios de Ciudad-Rodrigo, compuesta de unos 240 hombres, que al mando del capitán del mismo cuerpo don Julián Sánchez hacia su servicio de guerrilla por la provincia de Castilla la Vieja, y era dependiente de la plaza, llamada y reunida en ella desde los días anteriores por los avisos que ya teníamos de los movimientos y disposiciones del enemigo, fue durante todo el tiempo del cerco un auxiliar utilísimo, y desde luego empezó a obrar con la mayor bizarría en los destinos que se le señalaron, llenándose de gloria, así el expresado jefe, como todos sus oficiales y tropa, que llegaron a hacerse temibles a los franceses hasta un punto que no es fácil explicar. A dicha fuerza se añadió desde principios del mes de mayo la de algunos oficiales, y ciento y tantos sargentos, cabos y soldados, cuasi todos desmontados del mismo regimiento de voluntarios de caballería de Ciudad-Rodrigo, que por disposición del general en jefe del ejército de la izquierda marqués de la Romana, habían venido desde Badajoz a la plaza a formar de nuevo el cuerpo, y eran las reliquias que de resultas de las acciones y dispersiones antecedentes habían quedado de él; y como las circunstancias exigían aumentar en cuanto nos fuese dable el número de caballería para los servicios exteriores de grandes guardias, patrullas, partidas de reconocimiento, guerrillas y escuchas que era necesario establecer, así como para ejecutar salidas cuando se ofreciese, se dio la disposición de montarlos inmediatamente con los caballos que sin distinción de personas se requirieron a todos los jefes y oficiales de la guarnición e individuos de las demás clases de la ciudad que los tenían, con lo que se aumentó la fuerza de esta arma en unos cien caballos mas, que alternaban a proporción en el servicio con la división de lanceros de don Julián Sánchez, y se portaron muy bien el tiempo que permanecieron adictos a la plaza, bajo el mando de don Cayetano Puente, capitán de dicho regimiento.

Todas las compañías de cazadores de los cuerpos de la guarnición, que a las órdenes del teniente coronel y comandante del batallón de voluntarios de infantería de Ávila don Antonio Camargo, estaban nombradas anteriormente para hacer el servicio exterior, dar partidas de guerrilla y cubrir los arrabales y demás puntos que importaba sostener, situadas desde luego en los parajes convenientes, empezaron a desempeñar estos servicios con la mayor utilidad, exactitud y valor, acreditando en todos los encuentros que por sí solos ó unidos con la caballería dicha tenían diariamente con los enemigos en las descubiertas, reconocimientos y salidas que se hacían, la firmeza, espíritu y deseo de gloria que son característicos de la nación española.

La guarnición de la plaza se componía del regimiento veterano de Mallorca, que aunque con la formación y pie de dos batallones, no tenía en su total más que 706 hombres de fuerza.

El batallón de voluntarios de Ávila con la de 857.

El regimiento provincial de Segovia con la de 311.

Los tres batallones de voluntarios de infantería de Ciudad-Rodrigo, de los que el 1º constaba de 867 plazas, el 2º de 720 y el 3º de 835, todos de creación moderna.

El cuerpo de Urbanos de la plaza, compuesto de los hombres útiles del vecindario de la ciudad y socampana, que ascendía a 750.

Sesenta zapadores, con dos oficiales agregados, de creación nueva.

Un batallón de artillería con 37 plazas efectivas de artilleros viejos, y propiamente tales, 353 de reclutas instruidos apresuradamente para el manejo de las piezas, a que se agregaron 310 oficiales, sargentos, cabos y soldados de los cuerpos antecedentes de la guarnición.

Y una compañía de inválidos, la mayor parte inútiles, compuesta de 23 individuos.

A todas estas tropas se les tenia antecedentemente señalada su colocación correspondiente en los recintos y puestos de la plaza, y todas acudieron al momento a los puntos de sus destinos, que desde aquel día se cubrieron con la mitad de la fuerza de la guarnición, y según los casos que ocurrían, se aumentaban con el otro cuarto ó con el todo, a cuyo efecto estaban dispuestas las señales para que lo ejecutaran sin confusión cuando fuese necesario.

Los cinco días primeros desde la presentación de los enemigos hubo varios choques entre nuestras avanzadas y las partidas, que aquellos adelantaban a reconocer el terreno por la circunferencia de la plaza, y en todos se les contuvo e hizo retroceder con pérdidas de gente muy crecidas, que desde luego empezaron a experimentar.

El día 30 de abril a las cinco de la tarde salió don Julián Sánchez a ejecutar un reconocimiento de la posición de los enemigos, que le mandó hacer el Gobernador, y habiéndose dirigido hacia las tapias del cementerio con 120 caballos de su partida, sostenido de dos guerrillas de infantería de 50 hombres cada una, trabaron una acción con las grandes guardias de caballería de los franceses que estaban por aquella parte situadas en Escalones, las que fueron sucesivamente reuniéndose hasta el número de más de 200 dragones y 150 de infantería; pero a pesar de su superioridad, los cargó don Julián con tanto ímpetu, resolución e inteligencia, que los hizo retroceder por espacio de media legua, matándoles e hiriéndoles un crecido número, y ya anochecido, se volvió a la plaza sin otro descalabro que el de tres soldados heridos de su partida, y dos de las de infantería.

El 1º de mayo se dispuso una salida para hacer retirar los puestos de caballería enemiga de los puntos avanzados en que se habían establecido, por el frente de los abarrancamientos que iban formando, que aunque no al alcance de la artillería de la plaza, les servían de apoyo para forrajear libremente a su frente y habiendo el comandante de artillería propuesto al Gobernador, que para ejecutarlo con mas ventaja, se podían llevar dos morteros ligeros del calibre de seis pulgadas que había en el arsenal, y colocados en carros correspondientes, podrían arrastrarlos los mismos artilleros, y servirlos con oportunidad en el paraje que conviniese; se ejecutó así, y encargado de ellos el teniente coronel y mayor de brigada de artillería don Isidro López de Arce, yendo don Julián Sánchez con la mayor parte de su caballería a la cabeza, y escoltando y cubriendo dichas piezas todos los cazadores no empleados al mando de don Antonio Camargo, a pesar de una copiosa lluvia que en el instante de la ejecución sobrevino, a las cuatro y media de la tarde se dirigieron en columna hacia los paredones, donde comenzaron sus ataques con una intrepidez que puso desde luego en movimiento toda la línea enemiga, y alarmó sus campamentos, desde los que enviaron al instante crecidos refuerzos al punto del ataque; pero luego que estos estuvieron reunidos, rompieron el fuego sobre ellos los morteros con tanto acierto, que cayéndoles varias granadas en medio de sus columnas las pusieron en desorden, y acometidas al mismo tiempo en sus flancos por la caballería de don Julián y por las partidas de guerrilla de infantería, que se avanzaron con ella, se formó una acción de las más brillantes que pueden verse, y en todos los movimientos que hicieron los enemigos, se conoció el desorden y confusión que les había causado tambien combinado e impetuoso ataque.

Duró éste hasta el obscurecer, en que después de haber hecho los nuestros retroceder a mucha distancia, así a las avanzadas y grandes guardias enemigas como a los refuerzos que habían acudido a su auxilio, con una pérdida que por un cálculo prudencial  no bajó de 150 hombres, se mantuvieron en posición sobre los paredones hasta media hora después de anochecido, en que les mandó el Gobernador se retirasen, y trajeron consigo varias armas y despojos, habiendo habido por nuestra parte nueve heridos en la refriega, de los cuales solo dos eran de consideración. Engreída nuestra tropa con este feliz suceso, continuó desde aquel día en las descubiertas y reconocimientos que diariamente se ejecutaban, imponiéndoles respeto siempre, y acometiéndoles en cuantas ocasiones se presentaban de igual ó aun mayor número de fuerzas enemigas, sin que se verificase un solo caso en que no quedase la ventaja por nuestra parte.

A pesar de esto, el día 12 de mayo volvió el general francés a hacer otra tentativa de seducción, presentándose a las tres y media de la tarde un oficial parlamentario en nuestras avanzadas con el pliego que se copia en el número 3º, el que llevado al Gobernador por un oficial de nuestra gran guardia, y viendo por su principio que el contenido era insistir sobre la entrega de la plaza, sin pasar adelante en su lectura, dijo al oficial que lo había traído, contestase de palabra al conductor, que no se cansasen en hacerle más intimaciones, pues su respuesta estaba dada para siempre antecedentemente, y era invariable, y que tuviesen entendido que en adelante no se admitiría parlamentario alguno, pues no teníamos que tratar sino a balazos.

Entre tanto íbamos nosotros en el arrabal de san Francisco, baluarte de san Andrés e interior de la plaza siguiendo nuestros trabajos incesantemente, y ellos formaban abarracamientos desde Valdecarros hasta Pedro de Toro, donde habían colocado su cuartel general; pero no se les permitía adelantar la línea por ningún punto, y se mantenía libre la comunicación por la orilla izquierda del rio que no habían tomado.

Así permanecimos durante la mayor parte del mes de mayo, en cuyo tiempo tomaron diferentes situaciones en sus campamentos, y fueron conduciendo de Valladolid y Salamanca varios de sus efectos de sitio, y formando depósitos y almacenes de ellos, todo lo que vio el general Craufurd, comandante de la vanguardia del ejercito inglés que estaba a la sazón en Gallegos, y varias veces durante dicho tiempo vino a la plaza, e hizo reconocimientos de cuánto va expresado.

En uno de ellos el día 17 de mayo, habiendo salido dicho general escoltado por don Julián Sánchez, que con 60 hombres de caballería de su tropa iba a manifestarle de orden del Gobernador las nuevas posiciones que ocupaban, y. a quienes se agregó el capitán don Cayetano Puente, que con dos ordenanzas de la suya quiso también acompañarle, luego que los franceses los vieron salir de la plaza se fueron reuniendo hacia el punto de su dirección, y formando tres gruesas divisiones de caballería de unos 300 hombres entre todas, sostenidos de 200 de infantería que acudieron del campamento inmediato, les acometieron hacia el barranco del teso de san Francisco, dirigiéndose uno de los trozos como a cortarles por su derecha, y atacándoles los otros dos por la espalda y costado y en vista de lo cual, notando el general Craufurd la superioridad de fuerzas, y conociendo el intento, temeroso de que lo lograsen, dijo a don Julián que le parecía se retirasen ; pero este partidario, conocedor a palmos del terreno, diestro en aprovecharse de sus ventajas, y experimentando por otros encuentros del carácter de los enemigos, temiendo que en el caso en que se hallaban, si los veían retroceder se les echarían encima y quedarían envueltos, determinó por el contrario salir del apuro con un golpe de resolución, y diciéndole al general que no tuviese cuidado, mandó volver caras a su tropa y tocar en seguida a degüello, lo que ejecutaron con tal denuedo, que sorprendidos los franceses que los atacaban, volvieron caballos y comenzaron a huir a todo escape desordenados y llenos de terror; pero los lanceros los siguieron en la fuga tan encarnizadamente, que les mataron más de 50 dragones con un jefe de escuadrón y otros tres oficiales, al mismo tiempo se dispararon de la plaza dos bombas sobre las columnas enemigas que huían desordenadas, con tan buen acierto, que cayendo la una en medio de ellas, y la otra muy inmediata, acabaron de ponerlas en dispersión, y 300 hombres de nuestras guerrillas de infantería que visto el empeño que se iba formando, había mandado el general Gobernador saliesen a sostener, situados a la caída del teso, dieron tres descargas tan oportunas sobre las divisiones de caballería enemiga, y los tiradores de infantería que se habían adelantado a su apoyo, y se retiraban igualmente envueltos en el desorden, que se hizo una mortandad que no bajó de 200 hombres, y se trajeron a la plaza 19 caballos de los dragones y otros muchos despojos, dejando el campo de la, refriega sembrado de ellos y de cadáveres, y viniendo el general Craufurd admirado de lo que había visto, y haciendo los mayores elogios así de la intrepidez de nuestros lanceros y demás tropa, como del conocimiento, pericia y resolución de don Julián Sánchez, que desde aquel día logró un aprecio y crédito extraordinario entre los ingleses, así como impuso un terror pánico a los enemigos, que en lo sucesivo no veían salir ninguna partida de su tropa, aunque fuese muy inferior en número que no les pusiese en cuidado y respeto hasta llegar a huirla con un tercio más de fuerza. La acción fue verdaderamente de las más memorables que hubo en todo el tiempo del cerco y sitio, y los enemigos quedaron tan escarmentados en ella, que no volvieron a empeñar otra en las diferentes salidas a reconocimientos que después se ejecutaron.

27 de junio de 2010

Ferias y Fiestas 1952

En 1952, el pueblo de Villavieja de Yeltes echó la casa por la ventana, como se suele decir. Se aprovechó la circunstancia de que el 31 de Agosto era domingo, con lo que las fiestas duraron cuatro días. Hubo dos encierros, dos novilladas y dos partidos de pelota. Aparte de los correspondientes bailes, etc, etc.
Este era el programa:


GRANDES FERIAS Y FIESTAS EN 
VILLAVIEJA DE YELTES.

Agosto de 1952.

Día 28

En la mañana, solemnidades religiosas para honrar a la Patrona de la Villa, Santísima Virgen de los Caballeros. A las 5,30 de la tarde se celebrará una

GRAN NOVILLADA

en la que serán lidiados, banderilleados y muertos a estoque 4 seleccionados novillos toros, 4 de la famosa ganadería de D. Higinio Luis Severino, de FUENLABRADA "(Antes de D. ROGELIO MIGUEL del CORRAL) con divisa negra, blanca y verde" por los valientes NOVILLEROS

José Moreno, "Joselete"
de Córdoba 

Félix  Saugar, "Pirri"
de Madrid 
con sus correspondientes cuadrillas

Día 29

Inauguración de la feria de caballerías
Típico encierro de la corrida según costumbre local.
A la misma hora que el dia anterior se celebrará otra
MAGNIFICA NOVILLADA
con ganado que donan los mayordomos D. AGUSTÍN GARCÍA  GARCÍA y  D. ANDRÉS CELESTINO RODRÍGUEZ GARCÍA de sus propias y acreditadas ganaderías, quedando la lidia a cargo del famoso novillero
Teodoro Hernández "El Zamorano" 
con su respectiva cuadrilla.

Día 30
A las 5,30 de la tarde, extraordinario PARTIDO de PELOTA, contendiendo el equipo de
AZPEITIANO  con el de  CHAVARCAS

Día 31

Otro gran partido de pelota a la misma bora que el dia anterior, enfrentándose el equipo que gane el día 30 con el de
VALDECARROS

La BANDA Provincial de Salamanca amenizará todos los festejos y dará conciertos en los lugares de costumbre. Funcionarán los salones de baile y se celebrarán  animadas VERBENAS. Aparecerán los Gigantes y Cabezudos al compás de las clásicas dulzainas de la Comarca.

La Comisión.

26 de junio de 2010

Nueva Iberia

El 25 de Agosto de 1922, aparecía en Ciudad Rodrigo un nuevo periódico titulado la "Nueva Iberia". Se trataba de un periódico decenal -algo raro hoy en día- ya que se publicaba siempre los días 5, 15 y 25 de cada mes. En los primeros números llevaba la siguiente cabecera.

Aparte de diversos artículos sobre historia, literatura o actualidad, publicaba también la típica sección de la prensa de entonces que hoy día englobaríamos en lo que se suele conocer con el nombre de "ecos de sociedad": bodas, bautizos, fallecimientos, "idas y venidas", etc, etc. Veamos un ejemplo. Se publicaba en el nº 45 de fecha 4 de septiembre de 1923 (en esta época había pasado a ser ya semanal):

Salieron para Valladolid, nuestros buenos amigos don Felipe Rebollo, y don Santiago Domingo; para Salámanca don José Manchado y don Alberto Carballo; para Madrid, nuestro compañero de redacción don Alejo Hernández; y para Morasverdes, la esposa e hijos de don Petronilo Custodio,

Regresaron de Villavieja, doña Concepción Vasconcellos y sus hijos Asunción y Jacinto; de Figueira da Foz, don Juan Suárez, don Justo Salvador, don Nicolás Escanílla, don José G. Polanco, don Andrés L. Brusí, médico de Morasverdes, con sus distinguida familias...

Digamos de pasada que la localidad portuguesa de Figueira da Foz era entonces considerada como la "playa mirobrigense" acogiendo durante el verano a un buen número de familias de Ciudad Rodrigo.
También se escribían en el periódico cosas con humor e ironía. En concreto alguna que otra poesía -si es que puede llamarse de ese modo-. Veamos una de ellas. Se publicó en el número 3 de fecha 15 de Septiembre de 1922. Se titulaba "Caricatura del charro".


Caricatura del charro

El charro de Salamanca
es, sí bien se le examina
de alma generosa y franca
fuerte como una palanca
y duro como una encina.

Es de elevada estatura
y tiene el carácter serio;
mas por su escasa cultura
se encuentra a la misma altura
que los del Celeste Imperio.

Parece que en el calzón
con que de ordinario viste
va impresa una maldición
y que esta prenda resiste
a la civilización.

Cualquier charro presentado
con su pintoresco traje
ante un público ilustrado
parece un hombre salvaje
o un animal disfrazado.

Hace poco fue a la Corte
un charro de mi lugar
y creyeron, por su porte,
que era un antiguo ejemplar
de los bárbaros del Norte.

Os confieso imparcialmente
como persona erudita
que el charro probablemente
es directo descendiente
del huraño troglodita.

Pues en cuevas naturales,
aún habita entre canchales,
asa carne en los tizones
y se abriga con zurrones
de lanudos animales.

Cuando fatigado suda
en la brega del trabajo
bajo su corteza ruda
trasciende a cheiro de ajo
y apesta a cebolla cruda.

En las rondas de la aldea
relincha cuando jijea
y requiebra toscamente
bajo el chopo de la fuente
a su zafia Dulcinea.

El buen charro, no exagero,
acostumbra a ser tan llano
que con ademán grosero
limpia el moco con la mano
y con un canto el trasero.

EL BACHILLER
SANSÓN CARRASCO

25 de junio de 2010

Malva moscada

Malva moschata
Planta perenne provista de tallos que alcanzan 1 m de altura. Las flores son solitarias y se disponen sobre pedúnculos pelosos. La corola está formada por 5 pétalos rosados o violáceos recortados en su extremo. El androceo tiene numerosos estambres cuyos filamentos están soldados formando un tubo a través del cual pasa el estilo, que surge de un ovario multicarpelar. Crece en cunetas y orillas de caminos, en prados y herbazales, en grietas de rocas e incluso en suelos arenosos; también es posible observarla en zonas ajardinadas.
La fotografía la tomé el pasado domingo, 20 de junio de 2010 en el camino de los Vallejos, en la zona "acallejada" del mismo en la que existe bastante sombra y humedad.

24 de junio de 2010

Nuevo "look" para el Conde Rodrigo

Que Ciudad Rodrigo está inmerso en plena fiebre "bicentenaria" no se puede negar. Cualquiera que la visite estos días se dará cuenta de ello. Aquí tienen, por ejemplo, la fachada del Hotel Conde Rodrigo, adornado con las bandas tricolores francesas y con nuevos rótulos -suponemos que temporales- más acordes con la época del asedio francés de 1810. Así podemos observar por ejemplo, que el Hotel se ha transformado en Posada y el Restaurante en Bodega. Nos imaginamos que dentro de un par de años -se conmemorará el asedio inglés- la actual "posada" se adornará con la conocida "Union Jack" del Reino Unido de la Gran Bretaña.
Y para que el ambiente sea todavía más cercano a aquella realidad, podemos ver transitar por la calle a personajes caracterizados vestidos de época y que forman parte del rodaje de una película documental sobre el sitio de 1810.

23 de junio de 2010

Un jilguero laborioso

En las tres fotografías que vienen a continuación se puede observar a un laborioso jilguero trabajando en la recolección de semillas de una planta situada en la calle Plazuela.Tardó en la faena poco más de un minuto, haciendo unos equilibrios circenses que daba gusto verlo. La lástima es que a la distancia a la que me encontraba no puede captarlo con más nitidez. De todas formas, creo que mereció la pena.

22 de junio de 2010

Un gordolobo "blanco"

En otra entrada de este blog habíamos hablado ya del gordolobo, una planta de flores amarillas y que se solía usar con bastante frecuencia en medicina natural. Precisamente de sus flores los romanos extraían un pigmento que se empleaba para teñir el pelo de color rubio. El pasado domingo, justo cuando comenzaba mi paseo matinal me encontré con Paco Calderero y su esposa, que terminaban justamente el suyo. Me comentaron que en el camino de Pedro Álvaro -precisamente adonde yo me dirigía- había una planta de gordolobo algo fuera de lo corriente, ya que tenía las flores de color blanco. Gracias a sus indicaciones la localicé facilmente y aquí os la muestro.

La planta estaba justo a la derecha del camino, a unos cien metros del cruce que nosotros denominábamos de pequeños como "los cuatro caminos". Al lado crecían un montón de gordolobos normales. La verdad es que es un ejemplar raro -nunca había visto flores de gordolobo blancas- y el origen de este anómano color quizás se deba a una mutación genética.

21 de junio de 2010

El sitio de Ciudad Rodrigo en 1810 (II)


Continuamos con el informe que el general gobernador de la plaza de Ciudad Rodrigo, hizo del sitio que sufrió dicha ciudad en el año 1810 por las tropas francesas de los mariscales Ney y Massena. En esta segunda entrega, se nos relatan los preparativos de la defensa realizados por la guarnición mirobrigense tras la primera intentona de rendir la plaza en febrero de dicho año.

Pero la escasez de medios con que nos hallábamos para activar las obras necesarias, hacer acopios suficientes de víveres, reparar muchas partes de la fortificación que lo exigían, etc., no permitía que se pudiesen llevar a debido efecto los presupuestos que se formaron desde luego, así por el director de ingenieros don Juan de Belesta, brigadier de este Real cuerpo, como por el de la misma clase don Francisco Ruiz Gómez, comandante general de la artillería, y el teniente coronel e ingeniero del detall don Nicolás Berdejo, y tuvimos que ceñirnos a solo lo más urgente, trazándose y empezándose a construir inmediatamente una batería en figura de revellín sobre la plaza de armas que estaba a la derecha de la puerta del Conde, entre esta y la de san Pelayo, frente del convento de santo Domingo, que además de cubrir una gran parte de los recintos principal y falsa braga, tenía la ventaja de defender el flanco derecho del arrabal de san Francisco, sus bocas-calles, porción del campo de Toledo, y batía la parte de las huertas de los Cañizos, y todas sus avenidas; cuyo trabajo aunque grande, costoso y de prolija ejecución, se logró concluir enteramente, y llegó a servir en los últimos ataques con mucha utilidad para nuestra defensa.

En el arrabal de san Francisco se trazaron y pusieron en ejecución igualmente varias obras que lo cercaban, proponiéndonos dilatarlas hasta el teso de san Francisco por la izquierda, y a la altura de las canteras por la derecha, en cuyos extremos debían establecerse dos reductos, y fortificados al mismo tiempo los conventos de santo Domingo, santa Clara y san Francisco, formaba entonces el todo una línea ventajosísima para la defensa de aquel frente, pues debía tener dicho reducto de la izquierda una línea de comunicación dirigida hacia la otra batería construida ya anteriormente en la plaza de armas frente el tesillo del Calvario, que pasando por él había de estar coronado también por otro reducto; y el de la derecha, igualmente con su comunicación, quedaba defendido en parte por dicho revellín; poniéndose a cubierto de este modo el arrabal y teso, que eran los puntos más esenciales que debíamos sostener.

Pero de este proyecto solo pudieron verificarse el foso y parapetos del frente del arrabal, las cortaduras de sus calles, las aspilleras de los conventos, y algunos, otros apostaderos en los flancos para colocar tropa de defensa, no habiendo habido tiempo ni medios para todo lo demás.

El convento de la Trinidad, que por estar situado a tiro de pistola de las murallas de la plaza, sobre la derecha del frente de la puerta del Conde, era uno de los padrastros que más nos podían perjudicar en el caso de un sitio, se procedió inmediatamente a demolerlo, aprovechando sus materiales para la construcción, del revellín dicho, (a que se. dio el nombre de san Andrés), y con la mayor parte de los escombros se rellenaron al mismo tiempo muchas desigualdades y barrancos del terreno inmediato al glacis, que igualmente podían sernos perjudiciales.

Por la parte de las Canteras se hizo una cortadura (a costa de los sargentos del cuerpo de Urbanos de la plaza, que se ofrecieron a ello) para impedir la comunicación a un camino cubierto que naturalmente formaba el terreno, y por el cual podían los enemigos dirigirse a todo salvo a establecer una batería de morteros contra la plaza, sin que pudiésemos impedirlo.

Se taló toda la Alameda que desde la salida del arrabal de san Francisco formaba doble paseo, hasta la cruz Texada.

Se derribó el lado de la cerca del convento de santa Cruz, que miraba a la plaza, que exterior del recinto por el frente de Sancti Spiritus podía también, ocupada por los enemigos, servirles de apostadero para tirar a cubierto con fusilería contra los recintos de ella.

Igualmente se demolió la casa y tapias de la huerta exterior de enfrente del convento de san Francisco, que era otro punto donde podían alojarse con ventaja en el caso de un sitio.

En el interior de los recintos de la falsa braga y muralla alta, después de colocar correspondientemente toda la artillería de que eran susceptibles, dando de nuevo a las troneras y situación de las piezas menores las direcciones que parecieron más convenientes, según los [puntos] flacos de la plaza y las dominaciones exteriores que indicaban su ataque, se formaron varios espaldones de salchichones, tierra y tepes para cubrir las enfiladas y resguardar nuestra artillería de los fuegos que los enemigos pudieran establecer contra ella.

Como en la plaza no había ningún almacén ni edificio a prueba donde colocar la pólvora con el debido resguardo, ni cabía la gran cantidad que teníamos de ésta en el único paraje algo más seguro, que era el castillo viejo situado sobre la derecha de la puerta de la Colada, se procedió con toda actividad a cargar la bóveda de la torre de la catedral, que fue el sitio que encontramos mas proporcionado para establecer el principal depósito de tan esencial y delicado artículo; y al mismo tiempo distribuimos otras menores cantidades de él en varias bodegas de casas particulares, que se apuntalaron y cargaron al propio efecto, quedando de resultas este punto tan importante, lo mejor colocado, repartido y asegurado que nos era dable en la situación.

En todos los parajes de la plaza que nos parecieron más convenientes, y lo permitía el terreno, se pusieron blindajes para abrigar la guarnición, y vecindario cuando ocurriese un bombardeo, los cuales fueron de mucha utilidad; y previendo todos los accidentes de él, se escribió desde luego por la Junta Superior de armamento y defensa al encargado de negocios de nuestra corte en Lisboa don Evaristo Pérez de Castro, para que mandase construir, y remitiese inmediatamente tres bombas de apagar incendios, que en virtud de la actividad del expresado ministro, llegaron oportunamente a la plaza veinte días antes de que estableciesen sus baterías de sitio los enemigos.

Todas las de nuestro recinto alto se proveyeron de crecidísimas pilas de bombas, granadas y balerío correspondiente a las piezas; de cajones de cartuchos; de juegos de armas; de tinas de combate; y de cuanto pudiera necesitarse en los primeros días de fuego; y de trecho en trecho se establecieron asimismo depósitos de granadas de mano cargadas ; y se abrieron puertas a las habitaciones de las casas contiguas a la muralla, que estaban proporcionadas, para que sirviesen de cuerpos de guardia a la tropa de su guarnición.

Se compusieron algunas banquetas de ambos recintos, levantando unas y rebajando otras con proporción a lo que necesitaban para quedar en debida forma, y se hicieron acopios de tierra en el terraplén del frente del ataque; y como su estrechez no permitía grandes montones, se pusieron otros en la plazuela de Amayuelas y parajes más inmediatos.

En la falsa braga se hicieron cinco grandes cuerpos de guardia para el abrigo de la tropa que los guarnecía, construyéndolos y techándolos con la piedra, madera y tejas de las oficinas accesorias del convento de la Trinidad demolido.

Se recorrieron los escarpados de la parte del río, entre la puerta de Santiago y la de la Colada, haciendo pozos de lobo en unas partes, cortaduras en otras, y poniendo estacadas que imposibilitaban el acceso.

Últimamente se cegaron las surtidas que eran inútiles, y podían ser perjudiciales, e hicieron cuantas obras y trabajos permitió el corto tiempo y facultades que tuvimos para poner la plaza en el mejor estado posible de defensa; siendo necesario para cubrir los gastos de tantas atenciones a un tiempo (cuando había cinco meses que no se había recibido otro caudal que 400.000 reales que la Junta Central había librado a la Superior por noviembre; la tesorería no tenía ni recaudaba un cuarto; y la tropa de la guarnición estaba a media paga los oficiales, y cuatro cuartos los soldados), que el Gobernador, pidiéndolo prestado a varios particulares del pueblo, supliese crecidas cantidades, para que no se parase en llevar a efecto las obras y demás que tanto importaban.

No era entretanto menor el afán del Gobernador y de la Junta Superior a que presidía, en procurar el reemplazo de los repuestos de víveres que para el caso de un sitio eran necesarios, ya que anteriormente se había procedido por disposición de la misma Junta; pero como en algunas de las necesidades urgentes del ejército de la izquierda, y últimamente en la reunión de las tropas del mismo que se hizo al abrigo de la plaza, después de la dispersión de Alba de Tormes, se habían desfalcado en la mayor parte los acopios hechos, unos con conocimiento de la Junta, y otros sin él, y solo por disposición del intendente para suplir a sus apuros; era preciso proceder cuasi de nuevo a formarlos, lo que imposibilitaba la falta de numerario en que nos hallábamos.

De todo se hicieron varias representaciones a la Suprema Junta Central Gubernativa del Reino, pero no tuvieron efecto; y únicamente se logró que se atendieran, cuando se repitieron de nuevo al Consejo de Regencia establecido después, que decretó dos millones para la plaza, de los cuales recibió uno en el mes de abril, remitido de Lisboa por don Evaristo Pérez de Castro, a quien se le dirigieron desde Cádiz, y el otro en el mes de mayo; mas con préstamos como se ha dicho, y otros arbitrios que se buscaron, se fue supliendo en lo posible, para que no cesasen los trabajos, y se continuasen algunos acopios, que por comisiones de la Junta se hacían en Portugal y en la provincia misma.

El capitán general de Castilla la Vieja, y general en jefe del ejército de la izquierda, marqués de la Romana, a quien se le hicieron reclamaciones repetidas sobre el mismo punto, contribuyó también por su parte a proveernos en cuanto estaba a su alcance, mandando se nos remitiesen algunas harinas que había en Villabequia, enviadas por la dirección de Provisiones para el surtido de su ejército; y sobre todo debimos al celo, eficacia e interés que siempre tomó por la plaza el mencionado don Evaristo Pérez de Castro, encargado de negocios de nuestra corte en Lisboa (a quien recurríamos de continuo), una considerable parte de los auxilios que tuvimos, aunque escaso de medios, para procurarnos todos los que necesitábamos.

Por último, no omitiendo diligencia alguna para prevenirnos a la defensa en cuanto permitía nuestra situación, logramos que se fabricasen 247.000 raciones de galleta, e hicimos otros acopios de menestras, tocino y caldos, que aunque no eran iguales a los que había habido primero, y estaban decretados, pudieron suplir a la manutención de las tropas de la guarnición los setenta y siete días que duró el cerco y sitio de la plaza, habiendo la ciudad por su parte dado disposiciones al mismo tiempo de formar repuestos para el vecindario, y mandado con anticipación que este se proveyera en lo posible en su particular, respecto a la constante resolución en que estábamos todos de sostener la plaza hasta el último extremo, en el caso de ser atacados, que veíamos aproximarse, según las noticias que de Salamanca y de otros puntos se recibían.

20 de junio de 2010

Vencejos

Ayer tarde, mientras esperaba la llegada de la comitiva de la boda para sacar algunas fotos, observaba el "guirigay" que montaban las bandadas de vencejos -en Villavieja los llamábamos gorriones- en sus constantes vuelos circulares alrededor de la Plaza Mayor. Me ha recordado mis tiempos de niño. He intentado fotografiarlos y aquí tenéis lo que tras algún intento fallido, he conseguido.

19 de junio de 2010

Salmantinos en el presidio de Santoña

En el transcurso de ciertas investigaciones sobre un homicidio ocurrido en Villavieja a finales del siglo XIX y que espero publicar en fechas próximas, me encontré con una serie de artículos publicados por el periódico El Adelanto en junio de 1900 acerca del antiguo presidio de Santoña. Era un establecimiento penitenciario que estuvo en funcionamiento en la dársena de ese puerto de Cantabria hasta comienzos del siglo XX, época en la que se construyó el actual penal del Dueso, también situado en el mismo municipio. Me llamó poderosamente la atención que un periódico salmantino pusiese tanto interés en describir un penal de este tipo hasta el punto de enviar a un reportero o colaborador (Manuel Revilla Castán) al mismo. Y es que había una poderosa razón, tal y como podemos leer en uno de esos artículos:


La mayor parte de los penados que lo habitan, son salmantinos, como también es salmantina la guardia que los custodia y esta ha sido la causa que me ha impulsado a describir a la ligera sus costumbres y relatar sus crímenes.

¡Pues, si señoras y señores! Un alto número de los reclusos internados en el Presidio de la Dársena de Santoña en el año 1900 eran salmantinos. Hasta el punto de que en el interior del penal formaban un especie de clan, "los salmantinos", que se oponían a otro también numeroso, "los catalanes". Y se puede uno imaginar que de la confrontación de ambos grupos no podía salir nada bueno. Y ¿por qué había tantos salmantinos en prisión? ¿Eran nuestros antepasados tan ·calientes" que a la menor afrenta ya estaban las navajas fuera? Pues parece ser. Y sobre todo en la Sierra, como veremos más adelante. Recordaremos aquí además una serie de crímenes famosos que ocurrieron en la última década del siglo XIX y que conmocionaron a la sociedad salmantina: Grandes, Galisancho, Ituero de Huebra, La Fuente de San Esteban, Cepeda, ....(algunos de estos podéis encontrarlos relatados en este mismo blog). Pero volvamos a los relatos de "El Adelanto" y veamos la descripción del penal.


En medio de tanta podredumbre como se agita en el fondo de los establecimientos penitenciarios españoles, el presidio de Santoña es una justa excepción. Es un moderno edificio que se levanta a orillas del mar. Nada tiene de lúgubre su exterior y nadie dice, al contemplar sus paredes, que encierran a trescientos homicidas.

Sólo en presencia de los soldados que, el arma afianzada, se pasean sobre el baluarte, comprendemos la triste realidad. La muralla que une al recinto es de 12 pies de altura y en forma de cuadrilátero, sobre cuyos vértices se levantan las garitas de los centinelas, de piedra berroqueña y desde las cuales se domina el interior por completo; tiene también cada una cuatro pequeñas ventanas con el objeto de que el vigía pueda darse cuenta de todos los incidentes que al exterior se verifiquen como escalas, comunicaciones con los presos, intentos de evasión etc., y de hacer fuego sobre el que al recinto se aproxime sin previo reconocimiento.

Hay entre la muralla y el cuerpo del edificio un foso de cuatro metros de anchura, que permite a los guardianes extremar su vigilancia é impedir que los presos se comuniquen con el exterior; por este foso patrullan de continuo algunos soldados y de este modo, sin necesidad de un contingente numeroso, se hace imposible de todo punto la evasión de los reclusos.

Una sola puerta, que mira a Occidente, sirve de entrada al Presidio y en ella se escalona el grueso de la fuerza que componen un oficial, un sargento, dos cabos y veinte números que alternan como vigilantes con machete al cinto, o como centinelas con el fusil cargado.

En el presidio no entra ningún fardo, cargamento o mercancía sin ser reconocido. Hasta el pan y la carne son objeto de la más escrupulosa vigilancia, pues de antiguo se refiere que en las cestas de comestibles o entre los materiales de trabajo, se escondían las armas con que los penados realizaban crímenes que hoy se consideran como leyendas, al contemplar la transformación provechosa que en el penal se ha verificado, gracias al celo, actividad y energía de sus directores.

Esto me recuerda que uno de los reclusos, Juan Orozco, del partido de Sequeros, condenado a 29 años de prisión por robo, homicidio y reincidencia, trató de fugarse, introduciéndose en un cajón de madera lleno de zapatos. Ya fuera del rastrillo, un joven de corta edad sintió un ruido sospechoso en el interior de la caja, y dio parte a la guardia que acudió presurosa, extrayendo al homicida medio asfixiado.

Salvado el rastrillo, nada revela todavía el establecimiento penitenciario. Contemplaremos un claustro sencillo con arcos ojivales y un patio limpio y extenso con pendiente para el desagüe. Numerosas ventanas con fuertes rejas, tras las cuales se escucha el crujido y martilleo de las herramientas de los penados que dedican sus largas horas de reclusión a un provechoso trabajo. En el piso principal se encuentran los dormitorios, amplios y con excelente ventilación; hay en ellos algunas camas, aunque pocas, pues al ingresar un penado en el presidio, solamente se le entrega una manta y parte del empedrado para que repose; no obstante, el Director, persona dignísima y respetada de todos, permite dormir en lecho a aquellos que con el fruto de su trabajo se le proporcionen, así como a los que observen buena conducta y a los cabos del rastrillo. Hay también algunas otras dependencias como retretes, escuela, enfermería, despacho del Director, sala de escribientes, cuartos de aseo, celdas, capilla, etc., etc.

En la planta baja se hallan establecidos tres talleres, en los cuales el trabajo está perfectamente reglamentado, si se tiene en cuenta que allí existe el mismo régimen de todos los regimientos de infantería; no obstante, como es particular y el producto beneficio exclusivo del que trabaja, puede el recluso olvidarse de los talleres y pasear todo el día por el interior con tal de asistir a todas las formaciones que son diarias e inalterables. Pero aunque allí el trabajo no produce los justos rendimientos (pues todos se aprovechan de la reclusión forzosa de esta clase de operarios, modelos siempre en su oficio), ninguno deja de asistir a los talleres, agotando de continuo sus energías por un salario que nunca excede de una peseta....


A pesar de lo que nos dice el reportero, de que se trata de un moderno edificio, etc, etc, la cosa no debía de pintar muy bien cuando siete años más tarde se comienza la construcción del nuevo penal del Dueso al que se trasladarán todos los reclusos internados en éste. Bien es verdad que parte de la culpa del traslado la tuvieron los propios santoñeses a los que les disgustaba enormemente que el presidio estuviese en pleno centro de la ciudad. Pero continuemos con el relato en el que se nos habla ya de los salmantinos:


No encierran sus paredes ni al ratero insignificante que comete un simple hurto a espaldas del propietario, ni al asesino terrible que ha de arrastrar su cadena hasta el sepulcro, y sin embargo, la mayor parte de los penados que lo habitan, consiguieron fijar la atención de los salmantinos por ladrones y homicidas. Béjar y Sequeros tienen en el Penal una representación bastante numerosa por desgracia. Es ya cosa corriente; cuando se penetra en el patio principal y se pregunta a un recluso a qué pueblo pertenece, si responde que a Cepeda, o al Endrinal, Santibáñez, El Cerro, Mogarraz, Valverde o cualquier caserío de la Sierra... la cuestión no ofrece duda... ¡homicidio seguro!... Los pícaros serranos tienen una fama terrible; hay quien supone que por un “quítame allá esas pajas” le endosan cuatro tiros al propio [Papa] León XIII .... y no van muy descarriados; hoy la guardia civil los va metiendo en cintura, pero hace algún tiempo, cuando los que habitan este penal andaban por el mundo, en la Sierra un homicidio era cosa tan vulgar como el salto de una pulga... ;y cuidado que las pulgas son indiscretas en aquellos pueblecitos

Interrogando a los presos sobre el crimen causa de su reclusión, se saca en consecuencia que en la mayoría de los casos el perverso Cupido metió su cuarto a espadas en el asunto. La mujer... ¡siempre la mujer!...

Referir la historia de todos ellos, sería interminable, por lo tanto me limitaré a transcribir algunas notas que puedan confirmar las precedentes afirmaciones.

  • Gabriel Fernández Gascón vecino de Cepeda (Sequeros), condenado a 29 años de presidio por haber muerto a puñaladas a uno de sus vecinos, por obstáculos que éste opuso a sus relaciones con una hermana suya, a la cual también mató del mismo modo y en el mismo día.
  • Justo Giménez vecino de Tala (Alba de Tormes), 17 años de prisión por homicidio realizado en compañía de Victoriano Mori, también condenado a la misma pena.
  • Antonio de Blas, de Mogarraz (Sequeros), que el próximo mes de Julio cumplirá los 20 años de reclusión que se le impuso de condena por haber muerto a puñaladas en un baile a un vecino del pueblo a causa de la novia. Agustín de Blas, cómplice de su hermano en el delito y sentenciado a la misma pena.
  • Miguel Martin, de Cepeda (Sequeros), 24 años de arresto mayor por tres atentados contra el Alcalde, que por fin apareció cierto día cosido a puñaladas.
  • Rufino Marín, de El Cerro (Béjar), condenado a 20 años de reclusión por haber muerto de un tiro al querido de su novia.
  • Manuel Cachorro, de El Colmenar (Béjar), 15 años de condena por homicidio perpetrado en la persona del Alcalde con motivo de las elecciones.
  • Fulgencio de Arriba Nieto, de Valverde (Béjar), 15 años de prisión por matar a puñaladas a su rival en un baile público.
  • Melquíades Sánchez, de Ledesma y Fidel Albín de Salamanca, 29 años de prisión por varias causas de robo y asesinato frustrado.
  • Juan Ovejero, natural de Robleda (Ciudad-Rodrigo), que también mató por celos a un vecino suyo y fue sentenciado a 17 años de prisión.
  • José María Carballo, del mismo pueblo que el anterior, 12 años de prisíón por homicidio y robo.
  • Celestino García Sánchez, de Herguijuela (Sequeros), 17 años de condena, por homicidio.
  • Ceferino Santos, de Vitigudino, homicidio por celos, 15 años de reclusión.
  • José Gómez Montejo, de Ledesma, que mató en compañía de su mujer a un vecino suyo, condenado a 14 años de presidio.
  • Bonifacio Lomberto, de La Alberca (Sequeros), 15 años de prisión por homicidio.
  • Antonio Sánchez Pérez, de Fuentes de Béjar, 16 años de reclusión, por matar a puñaladas a su rival e intento de homicidio en la persona de su novia.


De este modo pudiera prolongar la lista de salmantinos (principalmente serranos) que se pasean por el Penal de Santoña, pero con tales muestras, ya se puede conocer el paño tejido por muchos infelices que sólo pudieron apagar su ardor y mitigar sus ansias con la sangre de sus víctimas. Hoy muchos de ellos se arrepienten de aquel pecado que les privó de la libertad y les condujo a presidio…

18 de junio de 2010

Adobe

El adobe es un material de construcción hecho de una masa de barro mezclada generalmente con paja, moldeada en forma de ladrillo y secada al sol. Es un elemento constructivo de fácil fabricación y además barato, por lo que se ha utilizado a lo largo de todas las épocas y en multitud de sitios. Resulta especialmente útil en aquellos lugares donde escasea la piedra. Recuerdo haberlo visto en algún edificio en Villavieja. Las imágenes que pongo a continuación están tomadas en Paradinas, un lugar donde no existe prácticamente granito. Así pues, en construcciones de uso agrícola y ganadero (pajares, cuadras, etc) la gente usaba adobe sobre un pequeño muro de "rollos" tal y como se puede apreciar en las fotografías.

17 de junio de 2010

Paradinas de Abajo

Con motivo de la presentación de un libro escrito por mi primo Antonio, nos acercamos a Paradinas de Abajo, una pedanía de Castillejo Martín Viejo, situada precisamente junto a la antigua calzada (véase: http://bit.ly/arA62J) que va desde Villavieja a Ciudad Rodrigo. Está, por tanto, a 18 km de nuestro pueblo por dicho camino. Hoy apenas tendrá unos 30 ó 40 habitantes. Podéis ver un par de fotografías de la iglesia, una exterior y otra interior. El edificio se conserva en buen estado, debido a una reciente restauración.

16 de junio de 2010

Ranita de San Antón

Aquí tenemos a una preciosa rana de San Antón con su característico color verde, dormitando bajo los ardientes rayos del sol sobre una rosa de color rojo. Se dejó fotografiar desde todos los ángulos.

15 de junio de 2010

Veleta del Frontón

Aquí presentamos un par de imágenes -una con bastante detalle- de la veleta situada en el Frontón de Villavieja de Yeltes. Como puede observarse muestra a un pareja de jugadores con paleta, algo no muy típico por estos lares, donde lo tradicional era el juego de pelota a mano.

14 de junio de 2010

El sitio de Ciudad Rodrigo en 1810 (I)

Con motivo de la celebración del bicentenario del asedio de Ciudad Rodrigo por las tropas francesas en 1810, durante la Guerra de Independencia  vamos a ir extractando en días sucesivos el relato que de dicho sitio hizo el gobernador de la plaza don Andrés Pérez de Herrasti. En esta primera entrega podremos leer los primeros intentos de conquistar la ciudad.

RELACIÓN HISTÓRICA Y CIRCUNSTANCIADA DE LOS SUCESOS DEL SITIO DE LA PLAZA DE CIUDAD RODRIGO EN EL AÑO DE 1810, HASTA SU RENDICIÓN AL EXÉRCITO FRANCÉS, MANDADO POR EL PRINCIPE DE SLINGH EL 10 DE JULIO DEL MISMO, FORMADA POR SU GENERAL GOBERNADOR DON ANDRÉS PÉREZ DE HERRASTI, PARA PERPETUA MEMORIA DE LOS HECHOS OCURRIDOS EN SU DILATADA Y GLORIOSA DEFENSA.


La plaza de Ciudad-Rodrigo está situada en el reino de León en Castilla la Vieja, a la margen del rio Águeda, a cuarenta y seis leguas al Oeste de Madrid, diez y seis de Salamanca y cinco de la frontera de Portugal, a once grados cincuenta y ocho minutos de longitud, y cuarenta grados, treinta y seis minutos de latitud.

Esta plaza la tomaron los Portugueses y sus aliados en cuatro días el año de 1706, no obstante que en aquel tiempo no estaba tan adelantado como está en el día el arte de atacar; y posteriormente la reconquistaron los Ingleses en ocho días con todo de que se hallaba aumentada su línea de defensa exterior, con los reductos y demás obras detalladas desde luego por nuestros ingenieros, que no pudieron realizarse por falta de medios y de tiempo.

En la última guerra vino a ser un punto de mucha importancia por el país que cubría, y ha traído su prolongada defensa ventajas considerables para la libertad de España como se demostrará.


Por el plano que acompaña de dicha plaza se verán las muchas ventajas que presenta el terreno al sitiador, pudiendo establecer sus baterías desde luego que la embista en la altura ó teso de san Francisco, que domina a la muralla alta, sobre una y media toesas de elevación, y está a doscientas noventa y una de distancia ; y las pocas del sitiado por no tener su fortificación más que un recinto antiguo irregular, muy estrecho y sin baluartes ni fuegos de flanco, excepto algunos pequeños torreoncillos, como se ve en dicho plano, en el que van también señaladas la falsa braga, arrabales, posición de las baterías enemigas, y algunas de sus trincheras, omitiéndose la demarcación de los diferentes ataques que hicieron a los arrabales, convento de santa Cruz, huertas de Céspedes de los Cañizos, y demás puntos de la circunferencia, y ciñéndose solo a señalar el principal, por no retardar la publicación de la obra.

Después que los franceses, rompiendo por Sierra-Morena el día 20 de diciembre del año 1809, corrieron rápidamente por todas las Andalucías, apoderándose de la mayor parte de sus capitales, y engreídos con este suceso se pregonaban ya dueños de toda la España; trataron de hacer una nueva tentativa contra la plaza de Ciudad-Rodrigo, -por el mes de marzo de 1809 habían hecho otra parecida, aunque no tan esforzada, en tiempo del teniente general don Juan Miguel de Vives, de que igualmente fueron rechazados-, a cuyo efecto se dirigió el mariscal Ney sobre ella con 12.000 hombres que sacó de Salamanca el día 7 de febrero de 1810, y presentándose a su frente el 12 del mismo a las siete de la mañana, intimó al Gobernador su rendición en el oficio que se expresa con el número 1º, a que contestó éste con la respuesta que se copia en el número 2º, y vista la negativa, comenzaron las tropas enemigas de todas armas que conducía a hacer movimientos y tomar posiciones de ataque, a que se les opusieron inmediatamente varias partidas de guerrillas y cuerpos avanzados, que mandó el general Gobernador saliesen por todos los puntos, y se trabó una escaramuza general que duró todo el día, conteniéndoles los nuestros, y rechazándoles por cuantos parajes intentaban adelantar, usando por los más de la artillería de la plaza cuando se ponían a alcance, y causándoles una pérdida visible, que no bajó de cincuenta muertos y doble número de heridos, sin que por nuestra parte resultasen más que dos de los primeros, y trece de los segundos.

Al anochecer cesaron las escaramuzas, y habiéndose sus partidas replegado sobre la línea que ocupaba el grueso de sus tropas, quedaron las nuestras en posición y los fuegos suspendidos.

Pero a las siete y cuarto de la noche empezaron de sorpresa a arrojar granadas sobre la plaza, desde la caída del teso de san Francisco, donde conocimos habían colocado una batería de obuses para este efecto, que no podían haber parapetado y construido en debida forma, en el corto intermedio que habían tenido desde que obscureció hasta aquella hora.

En el momento se les dirigieron contra ella todos los fuegos que teníamos por aquel frente, y al cabo de dos horas y media se les logró acertar una bomba y una granada en medio de dicha batería, con las que se les hizo callar, inutilizándoles una de las piezas, y desmontándoles otra según se supo después.

Quedaron de resultas en silencio durante todo el resto de la noche, y nosotros continuamos en vivac en todos los puntos, y sobre las murallas, esperando si romperían por algún otro lado sus tentativas; pero no tuvieron por conveniente repetirlas, y cuando amaneció los vimos formados en batalla fuera del tiro de cañón de la plaza, y a las nueve de la mañana comenzaron a desfilar por el camino de Valdecarros con dirección hacia san Felices. Destacamos entonces varias partidas a picarles la retaguardia y perseguirlos en la retirada, las que mataron algunos de ellos, y les obligaron a dejar numerosas grandes guardias de caballería para cubrir su marcha, una de las cuales nos mató al cadete del regimiento de Mallorca don Andrés Araujo, e hirió al de la propia clase y cuerpo don Juan Pérez, que llenos de ardor se habían empeñado demasiadamente sobre ellos.

Desde este día, desengañados de que no tenían que esperar fruto alguno de sus tentativas y seducciones para tomar la plaza de Ciudad-Rodrigo, y que como se les había manifestado en la respuesta dada a su intimación, estaban el Gobernador, guarnición y habitantes resueltos a sostenerla con las armas hasta el último extremo, comenzaron a dar disposiciones de aprestos, preparativos y reunión de tropas para su sitio formal, y por nuestra parte, recelosos de él, no omitimos cuánto pudo estar a nuestro alcance para prevenirnos a la defensa.

Documentos a los que se refiere el texto anterior:


NÚM.º 1

Carta de intimación primera, escrita por el Mariscal Ney, duque de Elchinguen, sobre la rendición de la plaza de Ciudad-Rodrigo, dirigida a su Gobernador don Andrés de Herrasti el día 12 de febrero de 1810 a las siete y media de la mañana,

SEÑOR GOBERNADOR.

He tenido el honor de escribiros hace algunos días, para haceros proposiciones relativas a la plaza de que tenéis el mando.

Recordándoos el contenido de mis cartas me limitaré a añadir lo que vos sabéis ya sin duda; y es que cuasi todas las plazas de Andalucía han abierto sus puertas a S. M. C., y que todo anuncia en fin la entera pacificación de la España.

Vos sois sin duda bastante razonable, señor Gobernador, para juzgar que nada puede ya en adelante retardar tan bello resultado, y es bajo este supuesto que yo os suplico me deis una seguridad, respondiendo a mis dos cartas.

Tengo el honor de ser, señor Gobernador, vuestro mas rendido servidor el Mariscal duque de Elchinguen, comandante en jefe del 6.° cuerpo del ejército.= Ney.

NÚM.º 2º

Respuesta dada por el Gobernador a la carta antecedente.

Como Presidente de la junta superior de Castilla la Vieja; como Gobernador de la plaza de Ciudad-Rodrigo ; y como militar, tengo jurada la defensa de esta plaza por su legítimo Rey don Fernando VII, hasta perder la última gota de mi sangre : así pienso cumplirlo ; y toda la guarnición y habitantes de la ciudad están resueltos a lo mismo, que es la única contestación que da a las proposiciones que se le hacen.

El General, Gobernador de la plaza de Ciudad-Rodrigo. = Andrés de Herrasti.

NOTA.

Las cartas anteriores que supone en la suya el Mariscal Ney, remitidas al Gobernador, fueron unas circulares que generalmente dirigió a todos los generales de divisiones, y jefes de los ejércitos, después de la entrada de las tropas francesas en Andalucía, tratando de atraerlos, en el supuesto que funda de que ya estaba cuasi toda la España acorde y sumisa al intruso Rey José, y no tenían que esperar fruto alguno de su continuación en sostener la causa de nuestro legítimo Rey Fernando.

Estas no llegaron a manos del Gobernador, y fueron cogidas y remitidas al general don Gabriel de Mendizabal, que las envió todas al marqués de la Romana, y así no hubo caso de anticipar la misma respuesta que se dio a la última.

13 de junio de 2010

Virgen de Caballeros

Con motivo de la boda de Lucía y David, el retablo de la ermita de la Virgen de Caballeros estuvo profusamente adornado de flores, tal y como podemos apreciar en la imagen superior.

12 de junio de 2010

Bicentenario del sitio de Ciudad Rodrigo


La Ciudad frente a Napoleón
Este es el título de una magnífica exposición con la que Ciudad Rodrigo conmemora el bicentenario del sitio que los mirobrigenses sufrieron entre los meses de abril y julio de 1810 en el transcurso de la Guerra de Independencia. La muestra, que fue inaugurada el pasado día 22 de mayo se exhibe en el Palacio de los Águila de Ciudad Rodrigo y se podrá visitar hasta el día 12 de Diciembre del presente año. La exposición permite realizar un recorrido por la historia y vida de la época de la forma más fidedigna posible, mediante la exhibición de un conjunto de más de 500 piezas originales de la época entre las que se encuentran cuadros, grabados, trajes, porcelanas, y la colección de armas de la época más importante de Europa. 
Horario: lunes a domingo: de 10:30 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:30

11 de junio de 2010

Digital o dedalera

Todos los años por estas fechas, aparecen unas plantas de "dedalera" (Digitalis thapsi)-llamada por estos lares, villoria- sobre el tejadillo y en los contrafuertes de la fachada meridional de la la Iglesia. Este año no han faltado a la cita. Resulta casi increible que en tan pequeña grieta pueda prosperar y florecer una planta.

10 de junio de 2010

Arco iris artificial

Si es que lo podemos llamar de ese modo. Hacía tiempo que había observado en algunas ocasiones la descomposición de la luz en los siete colores del arco iris cuando esta atravesaba circunstancialmente las gotas de agua proyectadas por un aspersor. Pero era una cosa muy pequeña y pasajera. El pasado lunes, 7 de junio, las circunstancias de la inclinación de los rayos del sol ya cerca del horizonte y la tupida cortina de agua propiciaron que el fenómeno se pareciese a un verdadero arco iris. La foto está tomada a unos veinte metros de distancia.

9 de junio de 2010

Iglesia de Vitigudino

Imagen de la torre de la Iglesia Parroquial de Vitigudino dedicada a San Nicolás. Por su parte sur presenta evidentes rasgos militares de tipo defensivo, característica esta que fue aprovechada por varias personas que en 1839 se atrincheraron en dicho edificio haciendo frente desde él a la facción de Calvente, una partida carlista que realizó una incursión en dicho año por estas tierras del oeste salmantino -hay quien asegura que dicha partida atravesó también el municipio villaviejense-.

8 de junio de 2010

El mercado de Vitigudino

¡Hoy apenas ha quedado reducido al mercadillo y poco más! pero antiguamente.... era algo importante en la vida del propio Vitigudino y de la comarca. Yo recuerdo haber ido de pequeño con mi padre a vender ganado. Fuimos andando, claro. Por el antiguo camino de Villavieja a Vitigudino, hoy en desuso. Parte del mercado sentaba sus reales en el espacio ocupado hoy por los edificios situados frente a los portales de Santa Ana, desde la estación de autobuses hasta las inmediaciones del Centro de Salud.

El tradicional mercado de los martes de Vitigudino sufre un verdadero auge a mediados del siglo XIX justamente cuando el municipio es designado cabeza de un partido judicial abarcando un extenso territorio formado por 59 pueblos. Este hecho, obligará al desplazamiento de los habitantes de la comarca a Vitigudino para realizar los correspondientes trámites administrativos y ello conllevará una potenciación muy importante de otras actividades comerciales y ganaderas. El mercado de los martes, como hemos dicho, va a ser una de ellas. En él vendían los campesinos los excedentes de sus cosechas y ganados y se proveían de otros muy diversos géneros.  Alrededor de este mercado gravitaba también la compraventa de diversos productos de artesanía: zapatos, telas de lienzo y sayales con los que se vestía entonces la clase agrícola, alfarería, harinas, ... Todo esto propició la aparición en Vitigudino de una serie de servicios adicionales, que a la larga han hecho de este municipio lo que hoy es. Al amparo del mercado nacieron también tabernas, mesones y fondas en las que pernoctaban los viajeros y tratantes, buscando el resto acomodo en la portales de Santa Ana situados, como hemos indicado anteriormente frente a la explanada donde se celebraba el mercado.
Vamos a transcribir a continuación una referencia al mercado celebrado el martes 29 de enero de 1889 aparecida en el Semanario "El Avanzado" publicado el 31 de Enero de dicho año.


Nunca hemos presenciado en esta época mercado tan concurrido como el último que ha tenido lugar.
Jamás habíamos visto en un mercado del mes de Enero número tan considerable de toda cñase de reses: por una parte hermosos bueyes luciendo y sonando sus esquilones, por otra novillos en vena gordos y limpios, sumando con las cotralas 931 reses de las cuales se vendieron  140.

Los cerdos presentados que arrojan un total de 708 fueron poco solicitados en atención al precio elevadísimo que ha llegado esta clase de ganado, vendiéndose solo 174. Bien merece se llame la atención de los ganaderos sobre el precio tan ele-vadisimo, con lo que ahuyentan del mercado a los compradores cosa que no debieran hacer pues seguramente redunda en su perjuicio dada la facilidad de la cria y la riqueza inmensa que dicho ganado reporta al país.

De semillas también estuvo concurridísimo sobresaliendo la cantidad presentada de algarrobas que ascendió próximamente a 1.000 fanegas, todas las cuales se vendieron.

PRECIOS: Bueyes de labor, 1300 reales. Novillos, en vena de 3 años, 1300 idem; Erales en buenas carnes: 1000 idem:ñojos, 340 idem. Cotralas a razón de arrobas cada una, 45 idem; Cerdos de año y medio 170 idem: de un año, 140 idem; de seis meses 110 idem; al destete 85 idem.

GRANOS: barbilla a 29 reales; centeno, 16 idem; cebada, 13 idem; algarrobas, 18 idem: garbanzos la fanega de 60 a 100 idem; patatas, 1,40 idem.

7 de junio de 2010

Zumillo (Thapsia villosa)

Otra de las plantas típicas que están en plena floración en estos momentos, es la denominada "Thapsia villosa" que en castellano recibe generalmente los nombres de zumillo y cañaheja hedionda.  Se trata de una hierba perenne, que puede alcanzar hasta 1 m de altura con tallo  liso, sin pelos, ramoso en la parte superior, con restos fibrosos de hojas viejas en la base. Hojas basales, a ras de suelo,  muy divididas y con mucho vello por ambas caras. Florece en primavera y verano con una inflorescencia en umbela compuesta, con forma esférica. La umbela central es grande y posee de 12 a 25 radios, siendo las laterales más pequeñas y, a menudo, estériles. Presenta flores amarillas formadas por 5 pétalos. Androceo con 5 estambres. Tras fructificar la planta se seca, y pierde la parte aérea. Quedando latente para la próxima temporada de lluvias apareciendo nuevas hojas en el otoño, para dar lugar a un nuevo ciclo. Su raíz napiforme expulsa, al ser cortada, un látex de color blanco.

La planta tiene propiedades purgantes, eméticas, aunque esta aplicación no es aconsejable y resulta bastante peligroso tomar esta planta como remedio casero sin consultar previamente a un médico. La raíz es un purgante muy fuerte (tóxica), y por eso no es conveniente usarla. En algunas zonas se ha utilizado también para impregnar las aguas y pescar fraudulentamente, atolondrando a los peces para capturarlos con facilidad.
La corteza de la raíz, infundida en aceite, se aplica para combatir el reumatismo y suele utilizarse en forma de cataplasma, para aplicar directamente en la zona afectada por el dolor. En la provincia de Salamanca se utiliza para reparar las grietas de las pezuñas de las caballerías.

En la primera de las fotografías podemos ver varios ejemplares de esta especie en el teso de la Antanilla, teniendo de fondo la capilla mayor de la Iglesia parroquial. Las otras dos imágenes muestran varios insectos (escarabajos y moscas) alimentándose del néctar, algo que suele ser muy frecuente en esta especie de planta.