8 de septiembre de 2010

Las Ferias de Salamanca

Comienzan hoy, con la festividad de la Virgen de la Vega, las fiestas de nuestra capital de provincia, pero,.... ¿cuál fue su origen? Transcribimos a continuación lo publicado en el "Noticiero Salmantino", el día 8 de Septiembre de 1898.

El día 27 de Agosto del año 1476 (sic), el Rey don Enrique IV, que se hallaba a la sazón en Medina del Campo, concedió la celebración de la feria de Septiembre á Salamanca, en cédula que dirigió al Concejo, como representación del pueblo de la ciudad, «por los buenos é leales é señalados servicios que me avedes fecho.»

En dicho año de 1467 se celebró la primera feria de Septiembre, sin que desde entonces á acá haya dejado de haberla ningún año.

A pesar del real decreto de 28 de Septiembre de 1853, ley de 25 de Septiembre de 1863, ley municipal de 21 de Octubre de 1868 y ley orgánica de la misma fecha, disponiendo que no es necesaria la autorización del Gobierno para el establecimiento, supresión y traslación de ferias, y que los Ayuntamientos pueden deliberar sobre establecer, suprimir o trasladar las ferias y mercados que hubiesen de celebrarse en sus respectivas demarcaciones, y de lo determinado, en la ley de 20 de Agosto de 1870 en su artículo 67, que es el 72 en la reformada de 2 de Octubre de 1877, en cuyas disposiciones se señala como de la exclusiva competencia de los Ayuntamientos cuanto tenga relación con las ferias y mercados, se concede a dichas corporaciones la facultad de acordar su establecimiento, traslación, supresión, etc, consultando el interés de los pueblos; no se tiene noticia de que el Ayuntamiento salmantino haya pensado nunca ni suprimir la tradicional feria de Septiembre ni trasladarla a otra época del año.

Es, pues, la que da principio, ó sea la de 1898, la cuatrocientas treinta y una de las que van celebradas.

Fotografía de la imagen de la Virgen de la Vega publicada en "La Basílica Teresiana" el año 1905.

En el Noticiero salmantino del mismo día se nos habla también de la imagen de la Virgen de la Vega, la Patrona de Salamanca, en estos términos:
LA VIRGEN DE LA VEGA

La imagen de nuestra Señora de la Vega, que en solemne precesión ha sido conducida hoy por las principales calles de Salamanca, fue siempre considerada como una de las más antiguas que reciben culto en España. Cuando allá por los años 1160 los canónigos de San Isidoro de León, admitiendo la donación del caballero leonés D. Iñigo de Velasco, consistente en una ermita y varios terrenos contiguos qué poseía en Salamanca á orillas del rio Termes, vinieron á establecerse en nuestra ciudad, cumpliendo lo ordenado en Breve de Alejandro III y autorizados por el rey Fernando II, ya, estaba muy difundida en este pueblo la devoción á María Santísima en la veneranda imagen que desde tiempo antiguo existía en la ermita donada.

Afirma la tradición que la escultura de Nuestra Señora de la Vega, que recibió culto por espacio de más de 700 años cerca de las orillas del Tormes y que desde la exclaustración de las órdenes religiosas se encuentra en el cuerpo principal del retablo mayor de la suntuosa Iglesia del insigne convento dominicano de San Esteban, fue traída de Constantinopla.

No sabemos el grado de credibilidad que debe concederse á semejante tradición. Lo que si puede afirmarse, admitiendo la opinión del erudito don Juan Catalina García, es que dan una prueba de la remota antigüedad de la imagen de que venimos hablando, el revestimiento de metales con que la piedad la guarneció, así como la notable silla esmaltada en que se asienta, elementos que revelan que esa imagen es quizás anterior al siglo XII, en que fueron construidas las planchas de revestimiento guarnecidas de piedras y la artística silla abrillantada con curiosos esmaltes.

Según el Sr. Villar y Macias, profesaba gran devoción á esta imagen Fernando II y no se lo profesaban menos los salmantinos. El fuero menciona “la iura que fó fecha en Sancta María de la Vega” cuando se alzaron contra aquel monarca.

A su amparo, continúa diciendo el citado historiador de Salamanca, se acogió el príncipe don Juan, cuando se amotinaron los salmantinos; a ella acudían éstos con piadosas rogativas; ya cuando se veían afligidos por asoladora peste, ya en estériles años solicitando la fecunda lluvia, ya el popular sosiego en turbados días, ya en los rudos combates el triunfo de las huestes salmantinas.

Ante dicha imagen juró el Ayuntamiento de Salamanca con gran solemnidad el día 6 de Mayo de 1618 tener y defender como de fe el misterio de la Concepción Inmaculada de María.

Recuerdo de este solemne juramento y prueba concluyente de que el amor que Salamanca siente hacia su patrona no decae, sino se robustece, ha sido la ceremonia de la Jura que hoy ha tenido lugar y los solemnes cultos que, a presencia de numerosos fieles y con asistencia de las autoridades, corporaciones y personas notables de la ciudad, se han celebrado esta mañana en la Santa Basílica Catedral.

Nosotros, amantes como el que más de todo lo que Salamanca ama, admiradores de sus glorias y entusiastas defensores de sus recuerdos, nos complacemos en reproducir en nuestro diario la imagen de la Vega, que hasta ahora, no obstante su mérito arqueológico é histórico, no ha sido dada á conocer en publicación alguna.

Para terminar estas líneas y como ilustración del grabado que va á la cabeza de ellas, he aquí las frases con que en cierta ocasión describía el erudito y malogrado doctor don Elías Ordoñez Álvarez de Castro la renombrada imagen que aquel copia.

Está sentada la imagen de Nuestra Señora en una silla de madera de enebro guarnecida de chapa de cobre sobredorado y en su respaldo y lados, tiene cinco figuras de Apóstoles esmaltados. La imagen, que mide unas tres cuartas de alto, tiene en la mano izquierda el niño que se sienta sobre el regazo de su madre y en la mano una azucena de plata. El niño mide una tercia de alto, con la mano derecha extendida en actitud de dar la bendición, y en su izquierda tiene un libro cerrado. El cuerpo de la Virgen y del Niño es también de enebro guarnecido de cobre dorado, mas la cabeza y las manos son de metal macizo, consistiendo en dos piedras los ojos de la madre, cuyo cuerpo está sembrado de otras piedras, de mucha vista, aunque de escaso valor.
En la actualidad, la imagen de la Virgen de la Vega se encuentra en el Altar Mayor de la Catedral Vieja de Salamanca.