13 de diciembre de 2010

Hurto de caballerías

Indudablemente, uno de los delitos más frecuentes en los anteriores siglos era el hurto o robo de ganado. Y también uno de los más dolorosos -económicamente hablando- para el que lo sufría, sobre todo si era un pequeño agricultor o ganadero. Que este delito estaba muy mal visto, nos lo indican las penas que se podían imponer a los culpables. Si el delito era considerado "abigeato" o cuatrería, el reo podía ser condenado a la pena capital:

El que hurte ganado porque tenga costumbre de hacerlo, toda vez que ésta sea probada, incurre en la pena capital, lo mismo que si de una sola vez roban diez o más ovejas o carneros, o cinco puercos, o cuatro yeguas; porque se considera para los efectos civiles que este número en cada una de las especies enumeradas forma rebaño; y los encubridores de los ladrones cuatreros, como los que les guardan mientras roban, o aquellos adonde ocultan el ganado robado, serán castigados con la pena de diez años de presidio, o con la de destierro

Los ladrones de ganado han existido siempre, pero dado lo tipificado en las leyes, tenían que tener muchísimo cuidado con el número de cabezas robadas, no fuesen a caer en lo que la justicia calificaba como cuatrería.

Aquí tenemos un par de reseñas muy escuetas -hay muchísimos más ejemplos- de hurtos que posiblemente fuesen "pecata minuta". Fueron publicadas en "El Adelanto" en 1916.
Hurto de caballerías.
Participa el sargento de la guardia civil del puesto de Lumbrales, haber sido detenido Juan José Simón (a) Sacristán, y Feliciano Gajate (a) el Malo, vecinos de Ahigal de Villarino y Sobradillo,por hurto de caballerías.

El cabo de la benemérita del puesto de Monleón, denuncia el robo de una caballería al vecino de Pereña, Rafael Ullán.