30 de abril de 2011

Hierba de las golondrinas

Flor de Chelidonium majus, celidonia mayor o hierba de las golondrinas. Más información en otra entrada de este mismo blog del año 2008: http://tierracharra.blogspot.com/2008/06/celidonia-mayor_09.html


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29 de abril de 2011

El pastor

Hace un par de días publicamos unos versos del poeta mirobrigense Alejo Hernández Estévez dedicados al "mosto" de Lumbrales. Hoy traemos otra poesía de dicho escritor y también menciona a Lumbrales y además a Campilduero, con lo que uno empieza a sospechar que don Alejo tenía que tener bastante relación con esa población y con esta comarca. El poema estaba destinado también al libro "SALMANTINAS". Se publicó en el Semanario Avante de Ciudad Rodrigo a finales del mes de Julio de 1911.

El pastor

Yo lo he visto en la llanura,
en los secos rastrojales,
al volver de Extremadura
para invernar en Lumbrales:
Rostro enjuto, piel morena,
de mirada honda y serena,
con soñadoras pupilas,
como adurmiendo una pena
al rumor de cien esquilas.
De la noble estirpe charra
el arquetipo ideal,
es de apostura bizarra;
viste áspera zamarra,
calza medias de peal..
Tiene el alma soñadora
ébrio el cuerpo de salud
V en cuerpo y en alma adora
á una moza labradora,
llena de gracia y virtud.
Tiene un tesoro escondido
en el hueco de una encina:
un rabel que, bien tañido,
el cielo evoca al sentido
con música salmantina.
Lo trajo un martes de ituero
comprado al tamborilero
que ya no puede tocar
¡Dulce rabel milagrero,
alma del. Charro cantar!

En las tardes invernales
sonará dulce en el chozo
y los tiernos recentales
en las eras de Lumbrales
saltarán ébrios de gozo.
Y esa virgen campesina
que por él muere de amor,
en la hora vespertina,
oirá su copla divina
de poeta y de pastor.
; ¡Oh enamorado cabrero
de tu moza y tu rabel!
¡Feliz tu, si, en Campilduero
tu rabel es el primero
y tu moza no es infiel!
¡Feliz tu entre los cantares
que el rabel á tu alma arranca!
¡Feliz tu que oyes sonares
de las coplas populares
en tierras de Salamanca!

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28 de abril de 2011

Cimbalaria muralis


Cymbalaria muralis, es una planta herbácea perenne y rastrera comúnmente llamada picardia o hierba de campanario. Su habitat preferido son las gietas de muros, rocas, aceras, etc. (el ejemplar que véis en la fotografía crece en la calle de la Plazuela). Presenta hojas redondas o con forma acorazonada, con varios lóbulos.

Esta especie posee un método de propagación poco habitual. El tallo floral tiene inicialmente un fototropismo positivo, moviéndose hacia la luz; tras la fertilización, este fototropismo se vuelve negativo (se aleja de la luz), lo que facilita que las semillas caigan en el interior de las grietas de la pared o la roca donde vegeta para poder germinar.


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27 de abril de 2011

El mosto de Lumbrales

Traemos hoy a estas páginas unos versos del poeta, novelista traductor y abogado mirobrigense Alejo Hernández Estévez que publicó en el semanario "Avante" de Ciudad Rodrigo en julio de 1911. La poesía estaba destinada a formar parte de un libro titulado "Salmantinas" y que desconocemos si llegó o no a publicarse (he consultado el catálogo de la Biblioteca Nacional y no he encontrado nada de este autor con ese título). También desconozco las fechas de nacimiento y muerte. Es famoso por su ensayo titulado "Bécquer y Heine" publicado en 1946. Vamos con los versos:


El mosto
(Para el libro "SALMANTINAS")

¡Agüelo, llenái la bota
que rezuma la tinaja
y pinga ya gota á gota
de la espita por la raja!
¡Mirái que somero baja,
como miel de los panales..!
¡Llenaime, agüelo, la bota
con el mosto de Lumbrales!

¡Qué dulce y qué rico, agüelo!
Este no tié compostura
y, al beberlo, dice el cura
qu'el mesmo Dios con gran celo
le da cúdios celestiales...
¡Qué güeno es el Dios, agüelo,
que mos da el mosto en Lumbrales!

Como es leído, el tio Paco
dice que es zumo divino,
poi que con él un endino
se hizo dios y llamó Baco.
De Anacreonte á Monaco,
al artista trujo el vino
siempre creaciones geniales...
¡Verdá qu'es zumo divino
este mosto de Lumbrales!

Echáime en la bota vieja
hasta el brocal chirupía,
porque la zuidá mos deja
cuasin con gustos de tia...
Es tan dulce esta bebía
que, en las noches invernales,
me sabe la chirupía
como el vino de Lumbrales.

Tenis, agüelo, un afán
que á locura cuasin llega
y es dejarle al sacristán
aperarvos la bodega:
Cuando hay intierro, congrega
los cantores funerales
y Camilo y sacristán
- ¡Que no haiga puente! -dirán-
- ¡Venga mosto de Lumbrales!

Yo le pido al Dios del cielo
y á la su madre bendita
que vos tenga sano, agüelo,
y Vos dé vida enfinita;
pero si Dios vos la quita,
pa endulzarme algo los males...
¡Dejaime á mi esa viñita
que da el mosto de Lumbrales!

Alejo Hernández
Monasterio del Pueyo, 1911.
Ignoro si aún se sigue "cosechando" tan afamado mosto, pero si tan bueno era,... ¡merecería la pena conservarse! ¡Me refiero a las viñas, no al vino!
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26 de abril de 2011

Espuelas

Aqui tenemos a una conocida planta de jardín. La espuela de caballero, también conocida en otras partes como conejitos. Su nombre científico es Delphinium ajacis y pertenece a la familia de las Ranunculáceas. Es una planta herbácea que no requiere cuidados especiales y que además es perenne. Puede alcanzar alturas superiores a un metro y se caracteriza fundamentalmente porque su cáliz está prologado en punta al igual que una espuela, tal y como podemos apreciar en la primera de las fotografías (capullos sin abrir de la izquierda). El color más frecuente de sus flores es el azul-violáceo, si bien se pueden encontrar tambiénotras tonalidades.



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25 de abril de 2011

Un soldado francés enterrado en nuestra Iglesia

Se cumplen hoy 200 años de la muerte y entierro de un soldado francés en Villavieja. Desgraciadamente en aquellos años muchas personas perdieron su vida en la guerra, unas de forma directa y otras de forma indirecta. François Martin Moreau fue una de ellas. Un joven campesino francés de los campos que constituyen el denominado "granero de Francia", a quien la "mala suerte" hizo que le tocase ser reclutado de forma obligatoria para formar parte de los ejércitos imperiales y recorrer con ellos medio mundo. Un joven de unos veinte años que murió muy lejos de su familia y de su pueblo y que encontró eterno reposo en esta tierra charra. En vano esperarían sus padres su regreso. Quizás una carta o un informe escrito por algún oficial de su regimiento, el 69 de línea, llevaría a Francia la triste y luctuosa noticia. François Martin Moreau no regresaría jamás a los verdes y dorados campos de la Beauce, a su pequeña aldea de Godonville de la comuna de Villers Saint Orien. Curiosamente François va a descansar finalmente junto a otros soldados villaviejenses, también fallecidos a consecuencia de la guerra y enterrados igualmente en nuestra Iglesia. ¡Enemigos en vida, hermanados en la muerte!

Fracasada la ofensiva de Massena en Portugal, el día 5-6 de Marzo empezó la retirada del ejército francés de dicho país. El grueso de las fuerzas se replegó a Salamanca. En las cercanías de Ciudad Rodrigo se situó una división del 6º cuerpo, mientras que el 9º cuerpo ocupó la zona de San Felices de los Gallegos. Una parte de los efectivos de este último cuerpo estarían acantonados en nuestra tierra (posiblemente la denominada división Claparede, en la que estaba encuadrado el 4º batallón del regimiento 69). El repliegue ha sido una verdadera tortura para las tropas francesas, escasas de víveres y perseguidas y acosadas por la vanguardia inglesa de Wellington y por las enfermedades. Es justo en esos días cuando fallece en Villavieja un soldado francés, siendo enterrado en la Iglesia. En la partida se nos explicita toda clase de datos acerca del soldado, lo cual es un fuerte indicio de que en la población había algún destacamento de tropas francesas, quizás en recuperación, quizás en misiones de avituallamiento o vigilancia. La partida de defunción dice textualmente:

"En Villavieja a 25 de Abril de 1811 falleció Morau Luis (sic), natural de Villiers Saint Orien, cantón de Bonneval, departamento de Eure et Loire, soldado de la primera compañía del cuarto batallón del regimiento 69. Dile sepultura en esta parroquial, de que doy fe. D. Josef Sánchez Manibardo".

Imágenes obtenidas de GeoPartail (http://www.geoportail.fr/index.do)
Vista aérea de la localidad de Villiers Saint Orien (Eure et Loir, Francia)

Observese que en la partida dice Luis. Esto hizo que mi consulta a través de Internet de los archivos departamentales de Eure et Loir, en concreto las actas correspondientes a la comuna de Villiers Saint Orien, una pequeña población del centro de Francia de escasamente un centenar de habitantes, no tuviese éxito. En un primer momento no logré encontrar su acta de nacimiento, aunque si la de algunas de sus hermanas y hermanos. En realidad uno de los que yo creía eran sus 'hermanos" era el propio François y su apellido era Moreau y no Morau como escribe el párroco en la partida de defunción. Sus padres se llamaban Martín Moreau y Marie Louise Charpentier.

Una segunda búsqueda realizada varios años después de escribir esta entrada, me proporcionó su verdadero nombre, François Martín y no Luis, como decía el párroco. La pista me la proporcionó el hecho de encontrar su inscripción en el Regimiento 69 en el que además se nos dice que falleció en Villavieja el 25 de Abril de 1811. También en esa nota hay un error, ya que el oficial que la escribe sitúa a Villavieja en Portugal.


François Moreau formaba parte del regimiento número 69 de línea. A pesar de que el grueso de dicho regimiento formaba parte de la brigada Maucune de la división Marchand del Sexto Cuerpo de Ejército que mandaba el mariscal Ney, el 4º batallón pertenecía en el momento que nos ocupa a la división Claparede del Noveno Cuerpo al mando de Drouet d'Erlon. Su muerte en Villavieja se produjo justo cuando se estaban comenzando a dar los primeros pasos que desembocarían en la batalla de Fuentes de Oñoro.


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24 de abril de 2011

Villalar

Traemos hoy a estas páginas unos versos de Marcos Zapata Mañas (Zaragoza, 1842 - Madrid, 1914) pertenecientes a su drama "El Castillo de Simancas" (1873)en los que se rememora el desarrollo de la batalla de Villalar cuyo aniversario celebramos ayer:


VILLALAR

¡Oh Villalar!.. ¡Villalar!...
¡Campos de luto y horror!...
Aún me aturde el resonar
y el estrépito y clamor
del terrible batallar.

- ¡Dia triste!.., el suelo blando,
copiosa y tenaz la lluvia,
húmedo el aire silbando,
y las nubes eclipsando
del sol la madeja rubia!...
Firme y dispuesta la gente
llega al barranco fatal...
busca paso... y diligente
el ejército imperial
nos cierra barranco y puente.
Entonces embravecido
en ambas partes estalla
el rencor mal comprimido...
y entre el pavoroso ruido
da comienzo la batalla.
¿Quién puede el odio atajar
de aquellos pechos febriles
que llevaban al chocar
ese furor peculiar
de las discordias civiles?
¡Aquel feroz embestir,
aquel duro arremeter,
aquel tenaz resistir,
la manera de caer
y hasta el modo de morir!
No hay ejemplo, no hay trasunto,
de tanta furia y estrago
ni más horrible conjunto,
ni en la historia de Sagunto,
ni en los tiempos de Cartago.
Una infernal herrería
todo el campo semejaba,
y al tronar la artillería
la tierra se estremecía
y el espacio retemblaba;
y desde la puente al cerro,
provocada por el hierro
la sangre en su curso franco,
roto su caliente encierro
enrojecía el barranco.

-¡Arriba! clama potente
el animoso Padilla,
y arriba sube la gente
y á la traición aportilla
y echa a la traición del puente.
¡Más todo, todo se allana
de la fuerza á la presión!
Desde una altura cercana
iba mermando el cañón
la lealtad castellana:
Y ante la muerte y su imperio
quedó al fin tanto coraje
en fúnebre cautiverio
y aquel tétrico paraje
convertido en cementerio,
Padilla fué acribillado,
Bravo en su mortal fatiga
como fiera acorralado,
y yo caí ensangrentado
entre la turba enemiga.
¡Más quede aquí la traición!
¡La patria sin restaurar!
¡Castilla sin corazón!
¡Y en su fúnebre crespón
un cadalso en Villalar!

Marcos Zapata
(El Castillo de Simancas)

23 de abril de 2011

El pendón comunero de Salamanca

Hoy, 23 de Abril, fiesta de la Comunidad Castellana y leonesa, en la que conmemoramos la derrota de los Comuneros en Villalar, traemos a estas páginas una vieja fotografía de la capilla denominada de Talavera, de la Catedral Vieja de Salamanca. La imagen fue publicada en 1902 por la revista "La Basílica Teresiana" acompañada del siguiente texto:

Capilla de Talayera.—Llamada también del Salvador, es una de las que más curiosidad despiertan en el claustro de la Catedral Vieja.

Fué el fundador de la capilla D. Rodrigo Arias Maldonado. y ejercen hoy el Patronato de ella los Condes de Santa Coloma.

Es notable la cúpula de capilla y las columnitas de donde arranca la caprichosa nervatura del dovelaje.

En esta capilla se celebra en algunas festividades del año misa de rito mozárabe, y allí se conserva una antigua bandera que se dice haber sido tremolada por los Comuneros de Castilla en Villalar.


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22 de abril de 2011

Campos de amapolas

Vista de la vega del río Águeda a su paso por Ciudad Rodrigo. Algunas parcelas aparecen "sembradas de amapolas". La imagen es de hace algunos años, concretamente del día 13 de mayo de 2005.

21 de abril de 2011

Las varas del Corpus

Don Cesáreo Blanco Sierra fue un sacerdote villaviejense que llegó a ocupar a finales del siglo XIX y comienzos del XX altos cargos en el Cuerpo Eclesiástico de la Armada. En 1898, un año después de la noticia aparecida en el Adelanto y que vamos a reseñar era auditor Secretario del Vicario General, tal y como publica la Guía Oficial de España :
Cuerpo Eclesiástico de la Armada
  • Provicario general castrense y Delegado apostólico. Excmo. e Ilmo. Sr. D. Jaime Cardona y Tur, obispo de Sión.
  • Auditor secretario del Vicario general. Dr. D. Cesáreo Blanco y Sierra.
  • Asesor del Vicariato. D. Pedro Figueroa y López.
  • Teniente Vicario. Dr. D. Juan Fernández y López.

Noticia publicada en "El Adelanto"  el 10 de Mayo de 1897:

Muy en breve se entregarán a la iglesia de Villavieja ocho hermosas varas de plata, que el teniente vicario general castrense don Cesáreo Blanco regala a dicha iglesia, para la fiesta del Corpus, de la que es mayordomo.
Dichas varas, construidas en Madrid, son una obra primorosa de arte y de gran valor por la parte material, pues tienen una longitud de más de dos metros y tres centímetros de diámetro.

¿Son estas las varas que forman el palio que se saca en la procesión del Corpus Christi, tal y como podemos observar en la siguiente fotografía?


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20 de abril de 2011

Claveles

¡Los claveles que habré dibujado en mi vida! Confieso que es una de las vias de escape que utilizo para evadirme, siquiera mentalmente, de esas reuniones tediosas y aburridas que muchas ocasiones tenemos que soportar. Hay quienes con el boli rellenan los espacios cerrados de las letras del "orden del día" que tienen delante, otros comienzan a plegar la hoja de papel y terminan haciendo pajaritas,...Yo dibujaba claveles. Y había veces que al término de la reunión me encontraba con un buen ramillete de ellos. Claveles del estilo que véis a la derecha, pero sin colorear. Y tantos he dibujado, que finalmente se ha convertido en una de mis flores favoritas. Para completar esta entrada os muestro una fotografía de un clavel blanco -¡prefiero los rojos!. Es del año 2005.

Y casi siempre que dibujo alguno o los veo en un jarrón o en una floristería se me viene a la memoria la famosa "Revoluçao dos cravos vermelhos" en la que los soldados portugueses adornaban la boca del cañón de sus fusiles con una de estas bellas flores. Por cierto dentro de cinco días se cumplirán 37 años de ese episodio que llevó la democracia al pais vecino. ¡Nosotros tardaríamos algo más!


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19 de abril de 2011

Estudio histórico clínico de una doble epidemia (IX)

Continuamos hoy con la publicación del capítulo IX del trabajo de investigación llevado a cabo por el médico villaviejense don Dionisio García Alonso en 1897 y que resultó premiado simultáneamente por las Academías de Medicina de Barcelona y Madrid

MARCHA DE CADA UNA DE LAS DOS ENFERMEDADES

No voy en este capítulo á decir nada del mal llamado período de incubación en las dos enfermedades. No concibiéndose la idea de enfermedad sin manifestaciones ostensibles que la delaten, queda de hecho reducida la incubación, tan necesaria para la explicación del proceso morboso en esta clase de afecciones, a un asunto de pura disquisición científica, y cuyo lógico lugar lo tendrá, por tanto, en el capítulo dedicado á esclarecer la Etiología y Patogenia de las enfermedades que nos ocupan.

Tampoco voy a enumerar uno por uno los síntomas de los demás períodos en cada una de las dos enfermedades cuando atacaron a un individuo aisladamente, ni me entretendré en describir detalladamente la marcha de las enfermedades y sucesión de sus períodos. Huelga cuanto sobre esto pudiera decirse por demasiado conocido,y además me saldría del objeto principal que me he propuesto con la publicación de este escrito, que es el poner de relieve, fijar bien las diferencias que, dada la igualdad intrínseca de afecciones, distinguieron, sin embargo, á los enfermos y epidemia reciente de sarampión y coqueluche en Villavieja, de los enfermos y epidemias de enfermedades iguales en otros tiempos y lugares.

1º. Marcha del sarampión.— Concretándome al asunto, sólo diré que el primer período del sarampión (haciendo caso omiso de la incubación) en los casos regulares, caracterizado principalmente por la fiebre de tipo irregular y fenómenos catarrales de las mucosas ocular, nasal, bucal, faríngea y laringo-bronquial, osciló en esta epidemia entre dos y cinco días; que la erupción comenzó casi siempre en la noche por la frente, mejillas y mentón, extendiéndose luego al tronco y miembros en el espacio de dos días, al cabo de los cuales palidecía en los primeros puntos, hallándose en los últimos en apogeo, para venir también á descender y casi borrarse la erupción al cuarto ó quinto día; la fiebre, que subió en varios casos á 39° y 40° al principio de la erupción, acompañó á ésta en su baja y coincidió en la desaparición, iniciándose la convalecencia desde entonces, pero siguiendo la tos de carácter catarral por varios días y una desgana, displicencia, malestar, tristeza y depresión de fuerzas, impropias de las convalecencias de la infancia, que suelen ser muy cortas y que yo no había observado en otras epidemias de sarampión; esto sucedía en los casos normales, regulares, en los que no podía verse ni sospecharse siquiera la ingerencia de ninguna otra infección, ni complicación de ningún género, casos que ascenderían á poco más de la tercera parte del número total de atacados.

Estas convalecencias lentas é insidiosas, la apatía, el abatimiento, hasta el punto de tener que disponer sacaran á muchos niños á viva fuerza del lecho, ¿tendrían tal vez por causa la mayor fuerza patógena de que viniera investido el agente morbilioso? ¿Serían quizá debidos, más bien que á la calidad, á la cantidad de gérmenes recibidos por los niños? ¿O bien influirían las condiciones exteriores, el genio epidémico de los antiguos, dentro del cual cabría, como factor, la concomitancia de la epidemia de coqueluche, á pesar de que los niños á que ahora me refiero, no se hallaban afectos de tal enfermedad? De difícil contestación estas preguntas, puédese creer lógicamente y habida cuenta del modo y forma cómo se verificó el contagio en la inmensa mayoría de los casos, según se dirá más adelante, que el segundo extremo referente á la cantidad de gérmenes, debió realizarse en casi todos, lo que no obsta para admitir que la calidad, modificada ó no por las condiciones cósmicas, debió de tener también su intervención en los resultados.

2.º Marcha de la coqueluche,— La coqueluche aislada, en casi todos los casos comenzó por fiebre ligera de tipo irregular y signos de bronquitis; al cabo de ocho ó diez días, en los que la fiebre había ya desaparecido, los accesos de tos iban tomando poco á poco la forma característica de la ferina, y á los quince casi siempre estaba ya la enfermedad en su apogeo, con su tos convulsiva, edema de la cara, vómitos alimenticios y alguna vez hemorragias nasales, estomatorragias, equimosis palpebrales y subconjuntivales y hasta espasmos de la glotis; todo esto acompañado de un regular estado general, á no ser en los pocos casos en que las hemorragias ó los vómitos fueran muy copiosos y frecuentes; al mes, próximamente, había ya expectoración de materias viscosas y saliva, mezcladas á veces con los alimentos por el vómito; después la expectoración se hacía mucosa, purulenta, espesa, color blanco-ceniciento ó verdoso; los accesos de tos iban disminuyendo en fuerza y frecuencia, y en un intervalo de tres hasta seis meses, ha terminado la enfermedad; encontrándose aun hoy varios, en que habiéndoles desaparecido por algún tiempo, ha vuelto á reproducirse por una ó varias veces, con ocasión de catarros, la tos coqueluchoide, cuya forma producida por el hábito ó tal vez por restos intraor-gánicos del agente causal primitivo ó por nuevo contagio, ha venido á ceder mucho más pronto, con abundante expectoración y después de haber ofrecido mucha menor intensidad que la causada por el germen ó agente del principio del mal. En casi todos los niños hubo, en la terminación de la enfermedad, una recrudescencia por espacio aproximado de quince días, caracterizada por síntomas febriles, análogos á los del principio por aumento de los accesos de tos en fuerza y frecuencia, con corta expectoración, que muy en breve se aumentaba para concluir con ella el mal, cuando hacía presumir á los profanos que de nuevo iba á comenzar.

18 de abril de 2011

¡Sobre una peña!

Resulta sorprendente como las plantas pueden colonizar los sitios más diversos. Y aquí tenemos un buen ejemplo. Una escoba blanca (Cytisus multiflorus) creciendo sobre una peña. Cual si fuese un tiesto natural, la escoba ha aprovechado una depresión en la parte superior de la masa granítica rellena de un sustrato de polvo y musgo apelmazado que retiene bien el agua de lluvia para poder subsistir en estas condiciones no muy favorables. Que existe humedad nos lo demuestra la zona de intenso color verde orientada al Norte y que llega desde el rebosadero de la concavidad de la roca hasta el suelo. Y si además tenemos en cuenta que la escoba economiza grandemente el agua al evitar en gran medida la transpiración de sus reducidas hojas podemos comprender como ha podido crecer y vivir en tan singular medio.


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17 de abril de 2011

Pardillo común

Imagen de un macho de "pardillo común" (Carduelis cannabina) que se caracteriza durante este periodo del año por el llamativo color carmín con que adorna su plumaje. La fotografía se tomó el 9 de Abril del presente año 2011 en el camino que desde la Antanilla desciende hasta la carrtera de Villares a Villavieja. Más información acerca del pardillo la podemos encontrar dentro de nuestras páginas en el siguiente enlace: http://tierracharra.blogspot.com/2008/12/pardillo-comun.html

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16 de abril de 2011

La lechuza

Lechuza común - Fotografía Stevie B. Wikimedia Commons

Con la lechuza pasa algo similar a lo del cuco. Casi todo el mundo ha oido hablar de la ella o ha escuchado el curioso sonido de sus gritos o chillidos, pero casi nadie la ha visto. En el centro de Villavieja se suele escuchar durante el verano los gritos y siseos de una de ellas. Científicamente se denomina "Tyto alba". Transcribimos a continuación el texto sobre la lechuza publicado en una Hoja Divulgadora de 1948 editada por el antiguo Ministerio de Agricultura.



LA LECHUZA (Tyto alba)

Descripción.

Todo el mundo ha oído hablar de la lechuza, pero son pocos los que la ven. Es un hermoso animal, aunque de aspecto algo estrafalario. Cuando está posada, mantiene el cuerpo levantado, alcanzando la altura de una gallina; pero su corpulencia es bastante menor. La cabeza es muy voluminosa y lleva dos magníficos ojos, que durante el día permanecen cerrados, o sólo entreabiertos. La cara, el pecho y el vientre, son blancos, como también las patas, que están completamente recubiertas de plumas. El resto de la cabeza. e¡ dorso, la cola y las alas, son de color gris pardo; pero cada pluma, bien mirada, ostenta un delicado dibujo de listitas grises con algún lunar blanquinegro, sobre un fondo pardo anaranjado.

Nombres vulgares.

En casi toda España este ave es conocida con el nom bre de lechuza o coruja. En Galicia la llaman curuxa; en Cataluña, xura, y en las provincias vascas, sorgin, choria y ontza.

Vida y costumbres.

Durante el día está escondida entre las piedras de las ruinas, en las buhardillas, en los huecos de la sillería de las torres o en las cavidades de viejos y corpulentos árboles. Hasta que no es bien de noche, no sale de sus escondrijos. para lanzarse a volar en busca de su alimento. En primavera y en verano se oyen con frecuencia sus gritos, especie de chirridos o siseos que pueden amedrentar a quien no la conozca.

En los mismos escondrijos establece su nido, donde pone de cuatro a ocho huevos, y a veces más, de tamaño mitad que los de una gallina, bastante redondeados y de color blanco. Generalmente, la puesta es en marzo, y puede haber una segunda en pleno verano, o después. Los pollos tienen un aspecto más extraño aun que los adultos, parecen bolas de espesa pelusa blanca.

Beneficio.

La lechuza es uno de los más formidables auxiliares del agricultor, a pesar de ser mal mirada por muchos. Es sorprendente que haya tantos pueblos en España donde creen aquella fábula de que se bebe el aceite de las lámparas de las iglesias. Los cazadores tampoco la miran con simpatía. y algunos piden su exterminio, creyendo que son ellas, y no los cazadores furtivos y las malas artes de caza, lo que hace disminuir las perdices, conejos y codornices.

Pero ni las habladurías del que está mal enterado, ni las leyendas infundadas, han de tenerse en cuenta. La verdad es muy otra. Es la que puede hallar cualquiera que se entretenga en examinar las pelotas que vomitan estas aves. Estas pelotas se encuentran en los desvanes y al pie de los sitios que el ave elige para reposar y guarecerse. Están formadas a base de pelos, huesos, pellejos, uñas y otras porciones indigeribles, que son expulsadas normalmente después de cada digestión. El tamaño de las pelotas es de unos seis centímetros de largo por cuatro y medio de ancho.

Un entendido estudió 700 pelotas de lechuza, que reunió a fuerza de tiempo y mucho buscar. El estudio paciente de esas pelotas demostró que contenían los restos de más de 1.500 topos y ratones y de 134 ratas. Otra estudiosa persona examinó el contenido de los estómagos de 32 lechuzas y pudo comprobar que el 70 por 100 de todos los estómagos eran restos de ratones y topillos, un 7 por 100 eran restos de insectos perjudiciales y un 9 por 100 huesos y desperdicios de gorriones y otros pájaros pequeños dañinos. En total, el 86 por 100 del contenido de aquellos 32 estómagos eran restos de animales perjudiciales.

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15 de abril de 2011

Una churra indómita

¡Mira que hay sinónimos coloquiales para la palabra borrachera! Pues bien, he encontrado uno más. Confieso que nunca había oido el término "churra" para ese significado, pero para el redactor de "El Adelanto" que dió cuenta de la siguiente noticia debía resultar familiar. ¡La palabra me refiero!

El célebre maleta y matador de becerras, el Béjar cogió ayer tarde una churra, con la que no pudo, teniendo que ser conducido a la casa de socorro por los agentes de la autoridad, y después a su casa, no sin que antes le administrasen el amoniaco, en el benéfico establecimiento.
El Adelanto, 5 de Enero de 1897

14 de abril de 2011

Otra cantera frustada

Cual si fuese una piña o naranja abierta en gajos y colocados artisticamente en una bandeja asi parecen estos bloques de granito procedentes de una peña que en una explosión desafortunada se "rajó" de manera no correcta para los deseos de los canteros. Y ahí se quedaron.

13 de abril de 2011

Exposición del Traje Regional

El 18 de Abril de 1925 Sus Majestades los Reyes de España inauguraron en el Palacio de Bibliotecas y Museos de Madrid, la I Exposición del Traje Regional. Tras cuatro intensos años de trabajo, los organizadores lograron reunir más de trescientos trajes completos, compuestos por cerca de cuatro mil prendas y elementos textiles. Se expusieron también más de seiscientas fotografías y cerca de trescientas acuarelas. En la fotografía, publicada en "Mundo Gráfico" podemos ver la instalación de la provincia de Salamanca en dicha muestra.


Con el paso del tiempo, esta exposición temporal originaría la formación del ahora denominado Museo del Traje.

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12 de abril de 2011

Jaramagos

Si hay una planta que destaque en nuestros campos en estas primeras semanas de la primavera es, sin lugar a dudas, la que denominamos genéricamente como "jaramago". Sus poblaciones en algunas parcelas son tan abundantes que parecen formar un inmenso tapiz de color amarillo. Contrasta en ocasiones esta alfombra con el color de otras cercanas, donde los jaramagos brillan por su ausencia. Este es el caso de la fotografia que nos ocupa, tomada el día 2 de abril en las cercanías de "la Dehesilla"

11 de abril de 2011

Venganza charra

Recuerdo de pequeño haber asistido alguna vez al "tormento" -porque así habríamos de calificarlo hoy día- al que se le sometía a algún perro callejero que se atrevía a entrar en "territorio o barrio ajeno". El atarle una lata a la cola y azuzar al pobre perro para que corriese por las calles perseguido incesantemente por la lata rugiente que golpeaba el suelo tras él produciento un estrépito de mil demonios... Nunca me gustó esa "faena" que a la mayor parte de la gente le parecía harto graciosa.

Traigo hoy a estas líneas una pequeña poesía que trata de esa cuestión. Es original de don Matías García Miguel (1873-1954), natural de San Felices de los Gallegos y que fue más conocido con el sobrenombre de "el cura poeta", como se le denominaba en la zona donde desarrolló su ministerio sacerdotal (Navasfrías, Fuenteguinaldo, Ituero de Azaba,...) Pertenece al libro "El país charro".


VENGANZA CHARRA

Una charra salmantina
tenía un perro faldero,
muy bonito y muy simpático,
con un cascabel al cuello,
al que cogieron un día
unos cuatro zapateros
y le ataron a la cola
una lata de pimientos,
con cuyo ruidoso apéndice
el perro salió corriendo,
haciendo en el empedrado
tan fenomenal estrépito,
que lo llevaron en triunfo
los muchachos por el pueblo
y le mataron las pulgas
en el caño sumergiéndole...


Había pasado ya un mes,
y la charra sin aliento
presentóse en el taller
diciendo a los zapateros:

- Corréi, que en las pesebreras
se me ha entallao el jumento;
sacármelo por favor
plonto del atolladero...

Decididos a librar
al pollino del aprieto,
en el corral de la charra
entraron los zapateros,
que encontraron un novillo
provisto de enormes cuernos
que, arremetiendo con furia,
a uno cojo, al otro dejo,
los volteó por el aire,
los arrastró por el suelo
y bravamente jugó
a la pelota con ellos...

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10 de abril de 2011

¡Muito obrigado, Portugal!

¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?
No está aquí, ha resucitado!
(Lc 24,5-6).

¡Felices Pascuas!


Ayer sábado, 9 de Abril, durante mi ya clásico paaeo matinal sabatino me encontré, bajando desde la Antanilla a la carretera de Villares con un grupo de globos de colores atados con hilos de lana enredados entre unas zarzas y la alambrada de una parcela. Dada la relativa cercanía con el colegio pensé que se trataría de alguna actividad educativa o recretativa relacionada con el mismo. Le saqué una fotografía desde el camino y emprendí la marcha de nuevo. No había andado ni diez pasos cuando pensé que podía haber algún mensaje. Así que di la vuelta y me acerqué. Desenredé un poco los globos y saqué más fotografías. Y efectivamente, había tres papeles colgando, pero... ¡en portugués!  Lo cual parecía indicar que los globos procedían del vecino pais. El primer mensaje que leí estaba escrito a mano y, como suele ocurrir en estos casos, parece estar dirigido a quien lo encuentre. En este caso, ¡el afortunado he sido yo! Y a través de mi, todos vosotros, los que os acercáis a leer las entradas de este blog.Dice así:

Boa Páscoa, para ti
en desejo com muito amor.
Tem uma Páscoa feliz
e agradece ao Senhor.


¡Pues muchas gracias al niño/a desconocido/a que a través de este medio tan sencillo me ha hecho llegar esa felicitación! Desearía hacerle saber al remitente que su mensaje no se ha perdido, que ha tenido un destinatario y que se lo agradezco de todo corazón, pero... no sé cómo dárselo a conocer. Por eso escribo estas líneas. ¡Quien sabe si por este medio de comunicación tan moderno y a través de imprevistas y afortunadas coincidencias mi mensaje pueda llegar tambien a su destino¡ ¡Ojalá sea así! En cualquier caso, ahí va mi más sincera felicitación para todos los que leeis estas líneas y en particular para el anónimo remitente portugués:

¡Boa Páscoa!
¡Feliz Pascua de Resurrección!


Os muestro también los otros dos papeles que acompañaban al anterior mensaje. En el último de ellos (con forma de globo) quizás esté la clave para intentar averiguar de donde procede el mensaje. Hay algunos números EB 1 Nº 1 y luego y unas palabras ¿ano turma C? que no he logrado descifrar (¿clase de 2º año?, ¿un nombre quizás?, ...)
Villavieja de Yeltes, 10 de Abril de 2011
Manuel S. Calderero Sánchez


9 de abril de 2011

Estudio histórico clínico de una doble epidemia (VIII)

Tras un paréntesis de algunos meses -el último artículo de este estudio apareció en este blog el día 28 de Septiembre de 2010- continuamos hoy con la publicación del capítulo VIII del trabajo de investigación llevado a cabo por el médico villaviejense don Dionisio García Alonso en 1897 y que resultó premiado simultáneamente por las Academías de Medicina de Barcelona y Madrid


HISTORIA DE LA EPIDEMIA

Como ya queda apuntado en la Introducción, la materia objeto de esta Memoria tiene que versar sobre las dos enfermedades epidémicas, sarampión y coqueluche, que ya haciendo su evolución aisladamente en cada individuo ó ya reuniéndose para desenvolverse en el mismo enfermo, dominaron la escena morbosa de esta villa durante los dos últimos meses del pasado año de 1895 y primeros del presente de 1896.

Queda dicho con esto que las dificultades que siempre existen para historiar claramente la epidemia de una sola enfermedad, han aquí de aumentarse en grado máximo, por ser esta epidemia una epidemia doble, de dos enfermedades, igualmente importantes, ambas primitivas y con orígenes, causas y síntomas más ó menos claramente diferenciados, aun en los casos, numerosísimos, de doble enfermedad; cuyas dificultades y el poco acierto en obviarlas, han de ser causa de la incorrección que ha de notarse al exponer materia tan compleja y de repeticiones en el trascurso de la descripción, que de propósito no trataré de enmendar, sacrificando las buenas formas en interés de la claridad de los conceptos, que es la divisa que me servirá de norma, después de la exactitud, en la redacción de los siguientes capítulos.

CAPÍTULO PRIMERO

ORÍGENES DE LA DOBLE EPIDEMIA

1.° Origen riel sarampión.

Entre los varios pueblos De esta provincia que durante el pasado otoño fueron más ó menos castigados por la epidemia de sarampión, parece que uno de ellos debió de ser Espino de la Orbada, del partido de la capital, al decir de las familias de mis dos primeras atacadas, niñas de nueve años, hijas de pastores de ganado trashumante, que, en unión de sus padres y familia, habían pasado unos tres meses en dicho pueblo, en el que, á la sazón de su salida, á principios de Noviembre, hacía la epidemia, al parecer, algunas víctimas. Llegaron aquí el 3 en buen estado de salud, y los días siguientes asistieron á la escuela; aunque algo acatarradas, según decían sus madres, no las permitieron quedarse en casa, sin embargo, hasta el día 12, cuando la enfermedad las rindió, con cuyo hecho está conforme el libro de matrícula de la escuela, señalando la primera falta en dicho día; el 13 fui llamado para verlas, y ya las encontré en los comienzos del período de erupción de la enfermedad, cuyo período debió empezar el día anterior, según relación de las familias, que ya en la tarde las habían visto unas manchitas de color rojo en la cara, de las que no hicieron caso. Siguió la enfermedad su evolución normal, sin más complicaciones que la frecuencia y fuerza de la tos en una de ellas, y habiendo dispuesto lo conveniente á su más pronta curación, fué mi primer cuidado el tratar de aislar completamente las enfermas, para ver de conseguir que la enfermedad no se hiciera epidémica; y, en efecto, el aislamiento por mí eficazmente recomendado en orden á los niños, fué llevado á cabo con escrupulosidad y buena fe.

Mas, como se dice vulgarmente, no había contado con la huéspeda; y la huéspeda en este caso fué que cuando yo quería tomar estas precauciones y medidas, las únicas que, en mi concepto, podían dar el resultado apetecido, tenía ya á setenta niñas, todas las que, vírgenes del sarampión, habían asistido á la escuela los días anteriores, contaminadas ó infestadas de la enfermedad en esa fase ó período misterioso y de silencio, llamado de incubación, en el que nada se observa de anormal, en el que el organismo ejerce sus funciones ordenada y metódicamente, sin que pueda, no sólo verse, pero ni siquiera sospecharse que dentro de aquel ser, sano en apariencia, va oculto el germen, virus ó veneno que muy pronto ha de estallar en violentas sacudidas y conmociones orgánicas, delatoras de los cambios de dinamismo ó modo de ser de éste ó aquél sistema, de tal ó cual aparato orgánico.

Y que esto era así, se comprueba con el hecho de que cuando las dos atacadas apenas habían podido abandonar el lecho, cuando aún no habían salido á la calle, el 23 de Noviembre, diez días después del en que, por vez primera, visité dichas niñas, me encontré con otras once; el 24 con cuarenta y tres niñas y un niño de un año; el 25 con seis y un niño de dos años, y el 26 con siete y otro niño de dos años; todos ellos en el principio del período de erupción del sarampión; período que en su cualidad de característico, ó más bien patognomónico, es el que me ha servido de guía en toda la epidemia para contar las invasiones de cada día.

Con los setenta casos referidos quedó ya de hecho constituida la epidemia; y porque parecerá extraño el hecho de contar sólo tres niños pequeños entre tantas niñas, antes de pasar adelante he de advertir que las sesenta y siete niñas, todas ellas, como matriculadas en la escuela pública, habían asistido á ella por lo menos los días 9 y 11; de los niños, el primero era hijo de la Maestra y, como tal, la mayor parte del día la pasaba en la escuela, el segundo era hermano de una de las primeras atacadas y el tercero asistía á la escuela con frecuencia también y había ido dichos días, por condescendencia de la profesora, con una niña que lo llevaba; las niñas mayores de diez años y que habían padecido el sarampión en epidemias anteriores, las que no asistieron á la escuela los referidos días, los niños de la escuela pública y los niños y niñas matriculados en la escuela particular que existe en esta villa, no dieron contingente alguno á la epidemia en su comienzo.

De lo expuesto se deduce claramente que la epidemia de sarampión desarrollada en esta villa tuvo su origen en la epidemia de Espino de la Orbada, de donde fué importada en período de incubación por las dos niñas referidas, las que á su vez en su fase inicial ó período prodrómico, transmitieron la enfermedad, mejor dicho, su causa, á cuantas niñas en estado de receptividad asistieron con ellas á la escuela pública.

2." Origen de la coqueluche [tosferina].

Enfermedad ésta también, como el sarampión, casi exclusiva de la infancia, reconocida hoy, al igual que aquél, como contagiosa, epidémica y verosímilmente infecciosa, parece haber reinado en gran escala, no sólo en esta provincia, sino en toda España, durante todo el año pasado y el presente, á los que poco agradecida ha debido quedar la niñez, castigada á diestro y siniestro por tantas y tan terribles epidemias. Sentó sus reales en este pueblo allá por el mes de Septiembre del pasado año, importada por una niña que, procedente de Vitigudino donde hubiera pasado una larga temporada, venía buscando el alivio con el cambio de localidad; como la fecha del mal era aún reciente, ni para ella se obtuvo la mejoría que buscaba su familia, y en cambio contrajo la enfermedad á los pocos días una hermana suya, mas adelante unos primos, luego unos vecinos de unos y otras, y así paulatinamente se fué extendiendo, en términos que cuando hubo de declararse constituida la epidemia morbiliosa en los días 23 y 24 de Noviembre, apenas habría veinticinco niños atacados de coqueluche, sin que hubiese ocasionado ninguna víctima por falta de complicaciones, á pesar de haber sido muy intensos y frecuentes los accesos de tos en algunos de los atacados.

Esto, en una población en la que, según los datos tomados en el Registro civil, existían quinientos cincuenta y ocho niños de diez años abajo por entonces, de los que había que suponer con aptitud para el contagio al menos las dos terceras partes, ya que la. otra padecería la enfermedad en la epidemia del año 88, casi no merecía el nombre de epidemia; y de no haber venido luego el sarampión, posible hubiera sido que se hubiese ido trasmitiendo poco á poco, como en los dos meses primeros, sin que á las madres las hubiera asustado más que por las molestias que, tanto ellas como sus hijos, tenían que padecer; pero aquí, y unida á su congénere, el sarampión, en el fin común de atormentar más y más á los pobres seres en que hicieran su presa, quiso demostrar que no es un mal tan ligero como se cree, y lo consiguió, como diré más adelante al hablar de la marcha y pronóstico de la doble epidemia, que en lo que respecta á la coqueluche, queda demostrado que fué importada de Vitigudino por la niña referida y trasmitida por ella á los demás.

8 de abril de 2011

Vitigudino de lejos

La verdad es que la fotografía no tiene nada de calidad. Resulta interesante porque es una imagen de Vitigudino tomada desde una distancia de casi diez y ocho kilómetros. La saqué hace ahora un par de años desde la carretera de Villavieja a Bogajo. Tuve que sacrificar calidad para conseguir más zoom. Se distinguen perfectamente el alto edificio del silo del antiguo servicio Nacional de Cereales situado en la carretera de circunvalación al Norte de Vitigudino y la aguja de la capilla del Colegio del Pilar situada en la Plaza del Mercado.


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7 de abril de 2011

El Cuco

Oir su canto y pensar en la primavera y el buen tiempo suele ser todo uno. De hecho en bastantes zonas de Europa se le considera el "heraldo de la primavera". Resulta placentero oir su monótono "cu-cú" en la lejanía mientras admiras el hermoso paisaje primaveral con los campos cuajados de flores... Pero, a pesar de oirlo muy bien, resulta muy difícil verlo. Como se decía en un texto publicado por el antiguo Ministerio de Agricultura "es un ave que todos conocen y muy pocos han visto". Es en estos primeros días de Abril, cuando podemos escuchar sus primeros cantos. Hace ya un mes, paseando por la zona del Sierro pude oir el también clásico "u-pu-pú" de la abubilla muy parecido al del cuco.

Cuculus canorus (Cuco) - Fotografía de Gabriel Buissart. Wikimedia Commons

Su nombre científico es "Cuculus canorus". Vamos a transcribir aquí el mencionado texto publicado por el Ministerio de Agricultura en 1948 dentro de la colección "Hojas divulgadoras" y que nos describe perfectamente las costumbres de este ave así como lo beneficiosa que resulta para los agricultores.


Descripción.

El cuco es un ave que todos conocen y muy pocos han visto. Esto a causa, probablemente, de que es ave arisca, que no se deja acercar, y de que, cuando canta, permanece quieta entre el ramaje, pasando inadvertida. A veces cruza volando a la vista de todos, pero son pocos los que lo señalan y lo nombran. No es raro que los cazadores lo confundan con el alcotán, y esto se explica porque a primera vista no deja de tener algún parecido con esa ave de rapiña, tanto por su tamaño, como por la silueta de su figura y los tonos y dibujos de su plumaje. Pero los instintos, el pico y las alas, son muy diferentes de los de un ave rapaz.

La cabeza, el cuello, dorso, alas y cola son de color gris pizarra, salpicado en la cola y en las alas con manchitas blancas. Gran parte del pecho y el vientre son blancos y están preciosamente ondeados con listas negras. Los cucos jóvenes son de color pardo rojizo, donde los adultos gris pizarra, y poseen todas las plumas ondeadas o listadas.

Nombres vulgares.

Cuco, cucú, cuclillo y cuquillo, son los nombres con que, en unas u otras regiones españolas, se designa a este ave. Nombres vulgares vascos: kuboa, kukua.

Vida y costumbres.

A fin de marzo suele volver a España, después de haber invernado en África. Recién llegado se oyen en muchas arboledas sus insistentes cu-cús, conocidos de toda persona que haya vivido en el campo, aunque a veces se confunde el canto de la abubilla con el del cuco. Raro será el pueblo donde sus primeros gritos no sean recibidos con júbilo y anunciados como buena nueva en las conversaciones hogareñas de la tarde o en las tertulias de la taberna.

Lo más extraño del cuco son sus costumbres. Muchos sabrán que el cuco no hace nido, que ni siquiera incuba los huevos y que otro pájaro se encarga de incubárselos y sacar adelante a sus polluelos. "Pone el huevo en nido ajeno y otro pájaro lo cría", dice el refrán. Siendo tan extraño su modo de criar (debiéramos decir su modo de que le críen), no lo es que hayan surgido tantos cuentos y consejas a propósito de este ave. Mucho de lo que se dice es fabuloso, pero la mejor fábula de todas es la vida del cuco misma.

En abril y mayo, y a veces en mayo y junio, épocas en que se oye sin cesar su canto, la hembra de este ave va poniendo un huevo en cada nido. Al cabo de la temporada una sola hembra llega a poner 10 ó 12 huevos. Las víctimas del cuco son, sobre todo, pájaros de tendencia insectívora, tales como collalbas, ruiseñores, zarceros, lavanderas v otros muchos. Es fácil reconocer el huevo del cuco entre los demás huevos del pájaro, por su diferente color o tamaño. Por su tamaño, el huevo del cuco es casi igual al de un ruiseñor y no mayor que el de un vencejo. Este es un hecho muy notable, porque resulta extraordinariamente pequeño, en comparación con el ave que lo pone.

El pajarillo elegido por el cuco incuba su huevo con los propios, y, cuando nacen los pollos, alimenta sin preferencias a todos. Pronto, el pollo del cuco toma perversas iniciativas, que no son otras que cargar con sus hermanastros e irlos lanzando uno tras otro fuera del nido. Así queda como único beneficiario, que traga toda la ración. Su crecimiento es rápido, y al cabo de una serie de días el hijastro llega a sobrepasar en tamaño a sus pequeños padres adoptivos, que nunca lo extrañan y continúan alimentándolo con todo celo hasta darlo por bien criado.

Cuando los jóvenes cucos se escapan de los nidos, ya han emigrado al África sus padres. Uno o dos meses más tarde emigran, solos, los hijos, y esta es otra gran maravilla de la vida de este ave.

Beneficio.

Pero falta por decir lo interesante, desde el punto de vista práctico, que es el que ha de tener en cuenta el agricultor. Bien se puede proclamar a los cuatro vientos la gran utilidad que el cuco reporta a huertos, alamedas, bosques y a todos los cultivos en general. Casi todo su alimento consiste en insectos, caracolillos y otros bichejos, la mayoría de ellos de poca confianza y muchos causantes de considerables daños. ¿Quién no conoce los efectos desastrosos que la lagarta y las procesionarias ocasionan en los encinares y pinares? Estas orugas o gusanos, como dicen muchos, están revestidos de abundantes y rígidos pelos ásperos. Las personas que han tenido que destruir los nidos de procesionarias saben muy bien qué precauciones hay que tomar para evitar que el polvillo que sueltan estas orugas no caiga sobre la piel, y menos sobre los ojos, donde causaría una peligrosa irritación. Casi ningún pájaro se atreve a comer estas orugas. El cuco es una preciosa excepción, pues no sólo las come, sino que las come con gusto.

Las orugas de todas clases, peludas o no, son la base del alimento del cuco. Allí donde aumenta el número de eilas, allí acude él a comer. En España mismo hemos podido notar cómo en años de plaga de lagarta, los encinares invadidos son visitados por mayor número de cucos que de costumbre, quienes sin duda proporcionan una importante colaboración para evitar que la plaga prospere o alcance mayores proporciones.

En los estómagos de algunos cucos se han encontrado más de 200 orugas, de distintas especies.


Alimentando a un cuco - Fotografía de  Per H. Olsen. Wikimedia Commons

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6 de abril de 2011

El Libro de la Vida

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¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros!
¡Esta cárcel, estos hierros
En que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
Me causa dolor tan fiero,
Que muero porque no muero
....
Santa Teresa de Jesús


Estatua situada a la entrada del Cementerio municipal. Se denomina "El Libro de la Vida". Fue realizada y donada en su día por la empresa Granitos y Construcciones Merchán.

4 de abril de 2011

Xantoria calcicola

Nota. El día 11 de Noviembre de 2011 trecibí un correo electrónico de Juan José Ramón Encalado,  un experto en líquenes y cuyos blogs dedicados a este tema y a otros similares podéis seguir a través de los enlaces: http://liquenfreak.blogspot.com/http://libelulasyotrosbichos.blogspot.com/
 En dicho correo me escribía lo siguiente:

La foto del día 4 de abril, es una fantástica y un tanto raro, Xanthoria calcicola. Rara en nuestra tierra donde los carbonatos son escasos, si bien sobre granitos con abundante biotita, pueden acogerla. Si te fijas está casi totalmente cubierta de isidios, que son unos puntos que le dan un aspecto granuloso. Esos isidios se desprenden y propagan la especie de modo vegetativo ya que son hongo y albergan el alga simbiótica.
Así que, a tenor de lo que me escribe rectifico el título de este post y el nombre que yo le asigné a este liquen.
 
Hemos visto en entradas anteriores fotografías de este liquen amarillo sobre ramas de árboles. En este caso os muestro a la Xantoria parietina calcicola sobre un trozo de granito que forma parte de una pared, en pleno pueblo. El crecimiento de este liquen sobre rocas exige un sustrato con gran cantidad de sustancias nitrogenadas, materia que en este caso parece provenir de los excrementos de los pájaros que visitan asiduamente una higuera cercana.

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3 de abril de 2011

Homicidio en Mieza

El juego, la mujer y el vicio,
sacan al hombre de quicio.

¿Cuántas veces hemos visto acalorados debates por los juegos de cartas? La verdad es que muchas. Uno, que no es muy partidario de los naipes, se admira sobremanera cuando después de terminada una partida algunos jugadores repasan ésta como si fuese una "moviola". "¡Tenías que haber salido por oros! Porque entonces, bla, bla, bla ....."  Las cosas, a pesar de la fogosidad con que algunos jugadores defienden sus puntos de vista, no suelen ir a mayores, pero en algunas ocasiones, se pasan de las palabras a los hechos...

Veamos uno de esos desgraciados casos. Ocurrió en Mieza, hace más de cien años. Era la tarde de un domingo, el 19 de Enero de 1908. Cuatro jóvenes juegan una partida de tute en una taberna. Se entabla una discusión entre dos de los contendientes por una jugada y .... la cosa termina con un par de navajazos que le propina un jugador a otro. Resultado: muerte del herido en la reyerta a los tres días de los hechos.... La maquinaria judicial se pone en marcha y cinco meses más tarde se celebra el juicio en Salamanca. Esta es la crónica del encargado de la sección de tribunales en el periódico "El Adelanto" acerca de esta cuestión:


Homicidio en Mieza
El Adelanto, 23 de Junio de 1908

Ayer se reunió el Jurado del partido de Vitigudino en la Sección primera para conocer de la causa instruida en el mismo, por el delito de homicidio, contra Segundo Conde Barreña. Actúa en el juicio, en representación de la ley, el abogado fiscal sustituto, señor Castro Alburquerque, el que relaciona el hecho en sus conclusiones del modo siguiente: Sobre las nueve y media de la noche del día 19 de Enero último, se encontraban varios jóvenes del pueblo de Mieza en la taberna del vecino del mismo Luis Carretero, jugando al tute, y por si el procesado había hecho una mala jugada, disputó con Alfaro Bernal, y sin ser agredido por éste, le infirió tres heridas con una navaja, a consecuencia de las cuales falleció el 22 del mismo mes. En estos términos referido, lo califica como constitutivo de un delito de homicidio, del que considera autor al procesado, con la circunstancia atenuante en su favor de ser mayor de quince y menor de diez y ocho años el día que lo cometió. La defensa del Segundo, encomendada al letrado señor González Martín, conforme con la calificación del delito, y la participación de aquél en el mismo, sostiene que en su comisión obró en defensa propia, porque fue provocado y agredido por el finado Alfaro, concurriendo, por lo tanto en su beneficio la eximente 4ª del art. 8.° del Código penal. En la sesión de la mañana se practicaron las pruebas propuestas por las partes, con las que en concreto no se puntualizó de una manera indudable el modo y forma en que el hecho se realizó, pues mientras el procesado sostenía que obró en defensa, los testigos no lo precisaron así de un modo absoluto, dejando todo entre sombras. Después de terminadas, el fiscal y la defensa, insistieron en sus respectivas conclusiones. En apoyo de ellas pronunció en esta misma sesión el Ministerio público la mitad de su informe, y en este estado se suspendió hasta las cinco de la tarde. Abierto de nuevo, continuó su discurso el representante de la ley, razonando sus pretensiones, y terminó pidiendo al Jurado que, de acuerdo con ellas, dictase su veredicto. A continuación el señor González Martín, defensor del procesado, informó para mantener las suyas, que razonó destruyendo los argumentos del señor Fiscal, demostrando en contrario que estaba justificada la existencia en favor de su defendido de la circunstancia eximente de defensa propia que alegaba, y concluyó interesando del tribunal popular que así lo declarase en el veredicto que a su tiempo dictara. A las siete se suspendió el acto, hasta las diez de esta mañana, quedando pendiente sólo de la resolución del Jurado y la sentencia. El Licenciado Salvadera.

Al día siguiente, continúa publicándose el desarrollo del juicio dándose cuenta de la sentencia:

Homicidio en Mieza Ayer continuó el juicio oral de esta causa, y una vez abierta la sesión, el presidente de la Sección de Derecho, señor Casas, hizo el resumen prevenido por la ley, cumpliendo en él con los preceptos de aquéla. Se retiró el Jurado acto seguido a deliberar, y hora y media después pronunciaron veredicto, en el que declararon la culpabilidad del procesado Segundo Conde Barreña, considerándole autor del delito de homicidio, perpetrado en la persona de Alfaro Bernal, en la forma sostenida por el Ministerio público.
Juicio de Derecho. El señor Fiscal, en este trámite, de acuerdo con las declaraciones del tribunal de hecho, insistió en que Segundo Conde era autor del delito de homicidio, de que le acusó, con la circunstancia atenuante de ser menor de diez y ocho años el día de su comisión, y pidió que se le condenase a la pena de ocho años y un día de prisión mayor, accesorias de ley, pago de costas y a que indemnice a los herederos de Alfaro con la cantidad de 2.000 pesetas.

La defensa, en igual período, conforme con lo anteriormente expuesto por el representante de la ley, solicitó del Tribunal que se impusiera a su defendido la pena de seis años y un día de prisión mayor, y que se redujese la indemnización a 1.500 pesetas. En definitiva, la Sala dictó sentencia, condenando al repetido Segundo Conde Barreña, como autor del delito de homicidio, de que fue acusado, con la concurrencia en su favor de la circunstancia atenuante 2ª del art. 9.° del Código penal, a la pena de ocho años y un día de prisión mayor, accesorias, pago de costas y a que por vía de indemnización abone a los herederos del finado Alfaro Bernal la suma de 2.000 pesetas, declarándole de abono para el cumplimiento de dicha condena, la mitad del tiempo de prisión provisional sufrida. El juicio terminó a la una de la tarde.

¡Y todo, por una partida de cartas! En la que, probablemente, no se jugasen, tal y como suele ser lo habitual en estos casos, más que las consumiciones...  Total, un joven muerto, otro en prisión por una buena temporada... y dos familias destrozadas y probablemente enemistadas de por vida.... ¡Cosas de los naipes!

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2 de abril de 2011

Fumaria

Tres imágenes de una bonita planta del genero "Fumaria". Una de las fotografías fue tomada el pasado 8 de Marzo y las otras en la primavera del pasado año.
Presenta inflorescencias en forma de espiga, compuestas por un conjunto variable de flores tubulares, bilabiadas, y espolonadas, de color blanco a rosa-violeta con manchas púrpura en las extremidad superior.


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1 de abril de 2011

Traje charro


Fotografía de un hombre ataviado con el traje charro junto a la Catedral Nueva. Albert Calvert, 1908.

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