9 de junio de 2012

La Liga de Agricultores

A comienzos del siglo XX los agricultores y ganaderos de la provincia parecían despertar de un letargo de siglos y empezaron a formar diferentes Asociaciones y Sindicatos cuyo fin último era la defensa de los intereses de esa gran clase de pequeños y medianos agricultores. Ya hemos visto en una entrada anterior como en la Fiesta de San Isidro del año 1912 hubo charlas y coloquios acerca de este tipo de asociacionismo. Unos meses antes se organizó también un conjunto de conferencias en Villavieja impulsadas por la Liga de Agricultores y ganaderos de la provincia. Así lo recogía el diario provincial El Adelanto en sus páginas del 29 de Febrero de 1912.

La Liga de Agricultores y ganaderos de la provincia.

Conferencias en Villavieja y Fuenteliante.

Es verdaderamente digna de todo elogio la labor que vienen realizando, desde que se constituyó esta asociación, las personas que forman el consejo de administración de la Liga y sería muy lamentable que dejasen de secundar este movimiento los labradores todos de esta provincia, aunque a decir verdad, en todas partes se notan deseos de emancipación. A continuar esta propaganda salimos de aquí el domingo último en el tren de la línea portuguesa y a las cinco de la mañana los señores don Nicolás del Teso, presidente honorario de la citada Liga de agricultores y ganaderos; don Mariano Cobaleda, secretario de la misma, y el vocal don Manuel García Puente, acompañándolos el que esto escribe.

A poco más de las ocho llegamos a la estación de Villavieja, donde nos esperaban don Tomás García y algunas otras personas, dirigiéndonos inmediatamente al pueblo. El señor García nos hospedó amablemente en su casa y allí restauramos nuestras fuerzas con un excelente almuerzo. A las once nos dirigimos a la Casa Consistorial y a poco comenzó el acto, lleno completamente el local de agricultores. Dio principio al acto el teniente alcalde don Fernando Durán, saludando en nombre del pueblo de Villavieja a los conferenciantes y haciendo resaltar la importancia que para los labradores tiene la agrupación. Inmediatamente después concedió la palabra a don Manuel García Puente. Se levantó a hablar el señor Puente en medio de una gran expectación.

Comenzó diciendo: Señores: no pretendáis ver en nosotros oradores que os subyuguen con palabra elocuente, porque quedaríais defraudados en vuestras esperanzas; nosotros somos unos modestos labradores que sin pretensiones de perorar llevamos por todas partes la buena nueva llenos de entusiasmo a fin de despertar de este letargo de veinte siglos a la clase más noble y más resignada. Después y con conocimientos nada comunes, habló de los impuestos que pesan sobre el labrador, leyó a este respecto estadísticas muy interesantes. Trató también de las Cajas agrícolas, hizo referencia de las que existen en Bélgica, a las que consideró como modelo en su género, terminando su notable conferencia aconsejando la unión de todos los elementos agricultores, para que se rehabiliten y salgan de esta situación de inferioridad en que están colocados. El señor Puente fue estrepitosamente aplaudido. A continuación se concedió la palabra a don Pedro Cuadrado, el cual se encontraba incidentalmente en Villavieja. Es el señor Cuadrado un entusiasta é inteligente agricultor que ha contribuido y contribuye constantemente a elevar el nivel de cultura de esta clase. Es, además, un fogoso propagandista de la asociación, y de esto dio pruebas en su conferencia de Villavieja. Con conocimientos profundos,habló de los abonos minerales, y sobre todo de las escorias Thomas, desconocidas para la mayoría de los labradores de esta tierra. Después, con palabra ardiente, abogó por la unión de todos los labradores, recibiendo muchos aplausos. Don Nicolás del Teso, alma y vida de la Liga, con palabra reposada habló de infinidad de cosas; dijo que debía existir caridad en el de arriba para que la resignación del de abajo no sufriera quebranto. Habló de los fines que se proponía esta Liga, cómo se inició, su desarrollo, de la nobleza de sus pretensiones. Si fuéramos a seguir paso a paso al conferenciante, llenaríamos algunas cuartillas. Baste decir que fue mucho y de enjundia lo que dijo. La labor del señor Teso fue coronada con muchos aplausos. El señor Cobaleda aclaró algunos puntos dudosos para los oyentes, y el señor Durán dio por terminado el acto dando las gracias a los conferenciantes por ir a honrar al pueblo de Villavieja. Hubo mucho entusiasmo y se hicieron muchos socios. Desde allí nos trasladamos a casa del acaudalado propietario señor García (don Tomás), donde nos sirvieron una opípara comida. Me complazco en reiterar en nombre de todos nuestro agradecimiento por lo admirablemente que hicieron los honores tanto él como su esposa.

Con el bocado en la boca, como suele decirse, montamos a caballo y salimos para el pueblo de Fuenteliante, llegando a las cuatro de la tarde. Inmediatamente fuimos a la casa Ayuntamiento, donde nos esperaban absolutamente todos los labradores de este pueblo, modelo de pueblos por su unión, su cultura y su riqueza. El alcalde don Elias Rodríguez saludó a los forasteros y concedió la palabra al señor Puente, El señor García Puente, en tono familiar, como correspondía en aquella reunión, les fué explicando, con el reglamento de la Liga en la mano, los artículos más importantes de que este consta, siendo sus palabras acogidas con unánime asentimiento. El señor Cuadrado, que habló después, les hizo ver la necesidad de asociarse, y el señor del Teso resumió brillantemente los discursos. Todos estos señores fueron cordialmente felicitados. También hicieron uso de la palabra el médico, secretario y don Francisco Rodríguez, abogando por la unión de todos los agricultores. Este acto, hecho sin alharacas, con toda sencillez, revistió gran importancia, porque casi todos los presentes se asociaron. Una vez terminada la reunión, el alcalde obsequió a todos con dulces y vino, dirigiéndonos los forasteros a casa de don Francisco Rodríguez, previamente invitados por este señor, donde volvimos a ser obsequiados espléndidamente. Después a tomar el tren en Bogajo, y en Salamanca a las diez de la noche. Esta es la labor realizada por estos jóvenes entusiastas é inteligentes, que sin temor a molestias y a que sus palabras caigan en el vacío, van de pueblo en pueblo predicando la buena nueva.

UN LABRIEGO.

El Adelanto, 29 de febrero de 1912