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10 de marzo de 2013

Ojeos de lobos


Hoy día están prohibidos por la normativa europea al sur del río Duero. Antes no había prohibiciones de este tipo y cuando se tenía constancia de la existencia de un lobo se montaba la de "San Quintín". ¡Ni tanto ni tan calvo! Es verdad que los ganaderos son los que sufren los ataques del lobo, pero no es menos cierto que ha sido el hombre el que le ha ido quitando el terreno y las presas naturales de las que se alimentaba. Quizás por eso la Administración pública ha decidido protegerlo en esta zona. Pero claro, se deberían arbitrar las correspondientes medidas compensatorias para los ganaderos que resultasen afectados. Y no echar "balones fuera" como suelen hacer ahora achacando los ataques a perros asilvestrados.

En Villavieja celebróse días pasados una batida, en persecución de dos enormes lobos que, durante una temporada, han venido haciendo grandes destrozos en los ganados de aquella localidad. Al tercer ojeo que se dio en la dehesa de Santidad, el simpático charro Juan Manuel Rodríguez tuvo la fortuna de tumbar á uno de ellos. Con tal motivo hubo en Villavieja bailes y otras muestras del contento que en dicho pueblo tan satisfactoria expedición.
El Adelanto, 12 de Febrero de 1899 

12 de febrero de 2013

En lucha con un lobo

Lobo ibérico - Wikimedia Commons (Juan Jose González Vega)
Hace un par de días dábamos cuenta de una esquela publicada en El Adelanto el 27 de Enero de 1920. En el mismo periódico aparecían un par de noticias curiosas. Recogemos hoy la primera de ellas, en la que se nos relata la lucha feroz de un pastor contra un lobo. Resulta, la verdad sea dicha, dificil de creerse el relato que se nos hace en el periódico, pero bueno...., ¡aquí lo tenéis!


En lucha con un lobo

Sobre las dos y media o las tres de la mañana del día 23 de los corrientes, se encontraba el pastor Francisco Rivera Rosado en su chozo de la dehesa de Gallegos de Crespo, del término municipal de Larrodrigo, cuando oyó ladrar furiosamente a su perro, que custodiaba en el campo el ganado.

Alarmado salió del chozo, sin esperar a calzarse y a medio vestir, únicamente provisto de una gruesa cayada, y al encontrarse conque su perro sostenía una gran lucha con un enorme lobo, se lanzó contra éste, y después de cerca de una hora de combate, que por lo tenaz parece una nueva reproducción del relato que Manelich, el personaje de Guimerá, hace en «Tierra Baja», pudo dar muerte al feroz animal, no sin salir él de la refriega con algunas heridas, no de importancia afortunadamente.

El Francisco Rivera ha presentado el lobo muerto en el Ayuntamiento de Larrodrigo, para tener opción al premio que la ley de caza señala al efecto.