Terminado este mi escrito, llégame la noticia de haberse encontrado el cadáver del vecino de este pueblo Daniel Fernández, pendiente de una viga de un cabañal, por una correa con nudo corredizo alrededor del cuello. El desgraciado era mozo de labor en la casa del rico ganadero Dionisio García Martín, de quien era el corra l en que el cadáver ha aparecido, sospechando todo el mundo que la muerte ha debido ser por suicidio aunque no se encuentran causas que lo motivasen, mas que si acaso algún pequeño disgusto de familia y el carácter apocado y pusilánime del muerto. Para defender la vida y conllevar sus sinsabores hay que tener valor y ese parece que faltaba a este desgraciado. Dios le haya perdonado e infunda valor a su viuda y tres hijos pequeños.
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23 de abril de 2012
Probable suicidio
Finalizamos la crónica "Desde Villavieja" del día 6 de abril de 1912 en el Adelanto con una triste noticia que hace referencia a un posible suicidio.
23 de junio de 2011
Un niño ahogado
Con este titular, daba cuenta el rotativo "El Salmantino" publicado el 16 de Septiembre de 1911, una luctuosa noticia producida en Villavieja. Transcribimos a continuación el texto completo en el que se relata tan desgraciado suceso:
Tres o cuatro años más tarde, Tomás tuvo otro hijo varón al que se le puso otra vez el mismo nombre, Aniano. Hace unos meses falleció en Villavieja a la edad de 96 años.
Por cierto, o mucho me equivoco o la huerta donde ocurrió el suceso fue años más tarde propiedad de mi bisabuelo Abel Calderero, continuando posteriormente hasta nuestros días en manos de la familia.
La guardia civil del puesto de Villavieja, da cuenta a esta comandancia, de que en una huerta propiedad del vecino de dicha villa, Francisco Calderero Montero, sita en el termino municipal de la misma y sitio de la Pernalona, la cual tiene arrendada a Tomás Manzanera Prieto, ha perecido ahogado el niño de tres años llamado Aniano Manzanera Prieto, hijo del Tomás, en un estanque que tiene la huerta mencionada, para el riego de las hortalizas. No se sabe cómo pudo meterse en el estanque, ni tampoco como pudo ahogarse, a no ser, como era, un niño de corta edad.
El estanque no tiene más que una altura de treinta centímetros, siendo de fondo llano y de piedra de cantería. Inmediatamente que se tuvo noticia de esta triste desgracia, se presentó la benemérita y el Juzgado municipal de Villavieja, ordenando el levantamiento de la infeliz criaturita y practicando las primeras diligencias.
El Salmantino, 16 de Septiembre de 1911
Tres o cuatro años más tarde, Tomás tuvo otro hijo varón al que se le puso otra vez el mismo nombre, Aniano. Hace unos meses falleció en Villavieja a la edad de 96 años.
Por cierto, o mucho me equivoco o la huerta donde ocurrió el suceso fue años más tarde propiedad de mi bisabuelo Abel Calderero, continuando posteriormente hasta nuestros días en manos de la familia.
25 de enero de 2011
Robo de ganado en Fuenteliante
Un robo más de ganado en la comarca. Algo bastante frecuente en esa época. En esta ocasión en el pueblo de Fuenteliante. Y dada la proximidad de dicha localidad a Villavieja tuvo que actuar la Guardía Civil de este puesto:
Le han sido robadas al vecino de Fuenteliante, Miguel Estévez tres reses vacunas que se hallaban pastando en un prado de aquel término municipal
Miguel Estevez ha dado cuenta del hecho a la guardia civil del puesto de Villavieja la cual ha comenzado a practicar las oportunas diligencias para averiguar el paradero de referidas vacas.
El Castellano : diario de la mañana
Año III Número 1022
21 de diciembre de 1905
10 de enero de 2011
Hurto de bellotas....
Era uno de los delitos típicos a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. La enorme escasez de alimentos propició el hecho de que una gran parte de los más desfavorecidos se viesen en la necesidad imperiosa de realizar una serie de hurtos de diversos productos del campo: bellotas, leña, melones, membrillos, .... ¡Cuestión de subsistencia! En Extremadura, los robos de bellotas llegaron a ser tan importantes que se llegó a movilizar al ejército:
Muchas de las recolectadas de manera fraudulenta o de manera legal, se dedicaban a la venta para comida .... ¡de personas! Hoy día nos parecería algo impensable, pero ... Así lo decía "El Noticiero Salmantino" el 12 de enero de 1903.
En fin, ....aquí tenemos un ejemplo de uno de esos frecuentísimos hurtos en nuestra comarca. La noticia se publicó en "La Clave: diario ilustrado" el 9 de noviembre de 1897. Se nos habla de once detenidos, y aunque no se nos dice la razón del hurto, la cosa parece demasiado obvia.
La mayor parte de las veces esos pequeños hurtos se realizaban por pura necesidad. Ya en aquella época había quien denunciaba la cuestión de que se ponía más empeño en perseguir este tipo de delitos que otros de más "enjundia". Vean, como se explicaba un redactor de " El Independiente" en el ejemplar editado el 6 de abril de 1902.
En fin, lo de siempre. ¡También eso ha llegado hasta nuestros días!
Por cierto, el periodista de El Independiente aludía con esas palabras a un desfalco en la Secretaría de la Universidad que según algunos superaba las ciento setenta mil pesetas de 1902. ¡Casi nada!
Ante los continuados y escandalosos robos de bellotas que se notan en la comarca extremeña, se hallan recorriéndola tropas de Badajoz y Cáceres, para impedir que continúen los robos
(El Adelanto,3 de Noviembre de 1908)
Muchas de las recolectadas de manera fraudulenta o de manera legal, se dedicaban a la venta para comida .... ¡de personas! Hoy día nos parecería algo impensable, pero ... Así lo decía "El Noticiero Salmantino" el 12 de enero de 1903.
También la bellota constituye un verdadero alimento, del cual se aprovechan en algunas regiones las personas que no tienen recursos para proporcionarse otros manjares más sabrosos y nutritivos. En la capital de España pronto empezará á pregonarse por los vendedores ambulantes la bellota de Extremadura que despachan en pequeñas cantidades con ventaja para el que las vende y con gusto para el que las compra...
En fin, ....aquí tenemos un ejemplo de uno de esos frecuentísimos hurtos en nuestra comarca. La noticia se publicó en "La Clave: diario ilustrado" el 9 de noviembre de 1897. Se nos habla de once detenidos, y aunque no se nos dice la razón del hurto, la cosa parece demasiado obvia.
La guardia civil de Villavieja ha detenido entregándolos al juzgado correspondiente, a once individuos vecinos de Pozo de Hinojo, por haberles encontrado cogiendo bellotas en una finca particular sin estar autorizados por el dueño de aquella.
La mayor parte de las veces esos pequeños hurtos se realizaban por pura necesidad. Ya en aquella época había quien denunciaba la cuestión de que se ponía más empeño en perseguir este tipo de delitos que otros de más "enjundia". Vean, como se explicaba un redactor de " El Independiente" en el ejemplar editado el 6 de abril de 1902.
Aquí solo se persigue el delito chico y al pequeño delincuente: un hurto de bellota se descubre siempre, y siempre sufre la pena el infeliz que las hurtó, sin reparar si al sustraerlas fue impulsado por la necesidad. En cambio el autor de una irregularidad de veinte mil duros tiene siempre tiempo para largarse a puerto seguro, sin que nadie le importune ni moleste. Después, cuando esté en salvo, eso sí, se extremarán las órdenes, y saldrán de muchos labios las frases do yo pensé, yo quise, la verdad es que ha sído una lástima, etc.. etc.
En fin, lo de siempre. ¡También eso ha llegado hasta nuestros días!
Por cierto, el periodista de El Independiente aludía con esas palabras a un desfalco en la Secretaría de la Universidad que según algunos superaba las ciento setenta mil pesetas de 1902. ¡Casi nada!
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