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3 de abril de 2011

Homicidio en Mieza

El juego, la mujer y el vicio,
sacan al hombre de quicio.

¿Cuántas veces hemos visto acalorados debates por los juegos de cartas? La verdad es que muchas. Uno, que no es muy partidario de los naipes, se admira sobremanera cuando después de terminada una partida algunos jugadores repasan ésta como si fuese una "moviola". "¡Tenías que haber salido por oros! Porque entonces, bla, bla, bla ....."  Las cosas, a pesar de la fogosidad con que algunos jugadores defienden sus puntos de vista, no suelen ir a mayores, pero en algunas ocasiones, se pasan de las palabras a los hechos...

Veamos uno de esos desgraciados casos. Ocurrió en Mieza, hace más de cien años. Era la tarde de un domingo, el 19 de Enero de 1908. Cuatro jóvenes juegan una partida de tute en una taberna. Se entabla una discusión entre dos de los contendientes por una jugada y .... la cosa termina con un par de navajazos que le propina un jugador a otro. Resultado: muerte del herido en la reyerta a los tres días de los hechos.... La maquinaria judicial se pone en marcha y cinco meses más tarde se celebra el juicio en Salamanca. Esta es la crónica del encargado de la sección de tribunales en el periódico "El Adelanto" acerca de esta cuestión:


Homicidio en Mieza
El Adelanto, 23 de Junio de 1908

Ayer se reunió el Jurado del partido de Vitigudino en la Sección primera para conocer de la causa instruida en el mismo, por el delito de homicidio, contra Segundo Conde Barreña. Actúa en el juicio, en representación de la ley, el abogado fiscal sustituto, señor Castro Alburquerque, el que relaciona el hecho en sus conclusiones del modo siguiente: Sobre las nueve y media de la noche del día 19 de Enero último, se encontraban varios jóvenes del pueblo de Mieza en la taberna del vecino del mismo Luis Carretero, jugando al tute, y por si el procesado había hecho una mala jugada, disputó con Alfaro Bernal, y sin ser agredido por éste, le infirió tres heridas con una navaja, a consecuencia de las cuales falleció el 22 del mismo mes. En estos términos referido, lo califica como constitutivo de un delito de homicidio, del que considera autor al procesado, con la circunstancia atenuante en su favor de ser mayor de quince y menor de diez y ocho años el día que lo cometió. La defensa del Segundo, encomendada al letrado señor González Martín, conforme con la calificación del delito, y la participación de aquél en el mismo, sostiene que en su comisión obró en defensa propia, porque fue provocado y agredido por el finado Alfaro, concurriendo, por lo tanto en su beneficio la eximente 4ª del art. 8.° del Código penal. En la sesión de la mañana se practicaron las pruebas propuestas por las partes, con las que en concreto no se puntualizó de una manera indudable el modo y forma en que el hecho se realizó, pues mientras el procesado sostenía que obró en defensa, los testigos no lo precisaron así de un modo absoluto, dejando todo entre sombras. Después de terminadas, el fiscal y la defensa, insistieron en sus respectivas conclusiones. En apoyo de ellas pronunció en esta misma sesión el Ministerio público la mitad de su informe, y en este estado se suspendió hasta las cinco de la tarde. Abierto de nuevo, continuó su discurso el representante de la ley, razonando sus pretensiones, y terminó pidiendo al Jurado que, de acuerdo con ellas, dictase su veredicto. A continuación el señor González Martín, defensor del procesado, informó para mantener las suyas, que razonó destruyendo los argumentos del señor Fiscal, demostrando en contrario que estaba justificada la existencia en favor de su defendido de la circunstancia eximente de defensa propia que alegaba, y concluyó interesando del tribunal popular que así lo declarase en el veredicto que a su tiempo dictara. A las siete se suspendió el acto, hasta las diez de esta mañana, quedando pendiente sólo de la resolución del Jurado y la sentencia. El Licenciado Salvadera.

Al día siguiente, continúa publicándose el desarrollo del juicio dándose cuenta de la sentencia:

Homicidio en Mieza Ayer continuó el juicio oral de esta causa, y una vez abierta la sesión, el presidente de la Sección de Derecho, señor Casas, hizo el resumen prevenido por la ley, cumpliendo en él con los preceptos de aquéla. Se retiró el Jurado acto seguido a deliberar, y hora y media después pronunciaron veredicto, en el que declararon la culpabilidad del procesado Segundo Conde Barreña, considerándole autor del delito de homicidio, perpetrado en la persona de Alfaro Bernal, en la forma sostenida por el Ministerio público.
Juicio de Derecho. El señor Fiscal, en este trámite, de acuerdo con las declaraciones del tribunal de hecho, insistió en que Segundo Conde era autor del delito de homicidio, de que le acusó, con la circunstancia atenuante de ser menor de diez y ocho años el día de su comisión, y pidió que se le condenase a la pena de ocho años y un día de prisión mayor, accesorias de ley, pago de costas y a que indemnice a los herederos de Alfaro con la cantidad de 2.000 pesetas.

La defensa, en igual período, conforme con lo anteriormente expuesto por el representante de la ley, solicitó del Tribunal que se impusiera a su defendido la pena de seis años y un día de prisión mayor, y que se redujese la indemnización a 1.500 pesetas. En definitiva, la Sala dictó sentencia, condenando al repetido Segundo Conde Barreña, como autor del delito de homicidio, de que fue acusado, con la concurrencia en su favor de la circunstancia atenuante 2ª del art. 9.° del Código penal, a la pena de ocho años y un día de prisión mayor, accesorias, pago de costas y a que por vía de indemnización abone a los herederos del finado Alfaro Bernal la suma de 2.000 pesetas, declarándole de abono para el cumplimiento de dicha condena, la mitad del tiempo de prisión provisional sufrida. El juicio terminó a la una de la tarde.

¡Y todo, por una partida de cartas! En la que, probablemente, no se jugasen, tal y como suele ser lo habitual en estos casos, más que las consumiciones...  Total, un joven muerto, otro en prisión por una buena temporada... y dos familias destrozadas y probablemente enemistadas de por vida.... ¡Cosas de los naipes!

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17 de octubre de 2010

A por agua a la fuente pública


Foto publicada en el semanario "La Esfera" el año 1924 y que ilustraba un reportaje titulado "Los Saltos del Duero. Una enorme riqueza que se pierde" en el que el articulista se lamentaba de como se desperdiciaba el enorme caudal del rio Duero con el enorme potencial que poseía para producir energía eléctrica. En aquellos años se empezaba a gestar el aprovechamiento de dichas aguas para la producción de electricidad.
Lamentablemente no sabemos el pueblo donde está tomada la foto... ¡posiblemente alguien de la zona nos pueda sacar de dudas! En el artículo, que publicaremos otro día, se habla de Aldeadávila, Barruecopardo, Mieza, Lumbrales, ....¿Es alguno de esos pueblos?

Comentario posterior
Hemos recibido un par de comunicaciones vía email que nos indican que se trata del pueblo de Mieza de la Ribera. Inserto el texto de una de ellas firmada por José Fernando Martín:

Con total seguridad te confirmo que se trata de Mieza de Ribera, lo conozco perfectamente, es una foto preciosa de la plaza del pueblo, donde se aprecia perfectamente la sombra de la torre de la iglesia que estaría a la izquierda.
De frente, la casa que tiene 5 columnas aún existe, está restaurada y es la parte superior una casa rural llamada "la casa del cura", en la parte de abajo es un bar del mismo dueño que dicha casa rural.

6 de junio de 2010

Las guindas de Mieza

Se quejan hoy día, y con razón, los agricultores del precio de sus productos. De lo poco que reciben a cambio de sus lechugas o tomates y de lo mucho que otros perciben cuando se vende al consumidor. En otros tiempos casi no había intermediarios y el agricultor tenía que ocuparse de todo: recogida, transporte, venta,... También en aquella época se quejaban ¡y con razón! de lo poco que recibían por lo mucho que trabajaban. Transcribo a continuación unas reflexiones publicadas en el semanario "El Avanzado" de Vitigudino en el verano de 1890, hace ahora casi ciento veinte años.

A real pregonaban y vendían el martes último el cuarto de arroba de guindas algunos cosecheros de Mieza. A primera vista parece que esto nada tiene de particular; pero vamos a cuentas. Vaya V. a la heredad guindalera, suba luego al árbol con exposición a romperse la crisma, comience después a ir cogiendo las guindas poquito a poco y con mucho tiento porque si no se estripan; emplee V. en esta operación de tres a cuatro horas para reunir una carga de seis ú ocho arrobas. Emprenda V. luego por tortuosas y pendientes veredas con dirección a Mieza arreando el machito, y después de quitarle la carga y apiensarlo bien, cene V. algo y échese un ratito á descansar. A la mañana siguiente, una hora antes del crepúsculo vuelva V. a cargar el machito con su correspondiente alforja, provista de la merienda y la calabacita. Y arre... arre... aquí tropezando y alli cayendo consigue V. andar las cinco leguas largas y de mal camino que le separan del punto elegido como término de su viaje. Sobre las nueve de la mañana deposita V. la pareja de banastas en el mercado, y después de dejar el mulito en la podada, echa V. mano a la romana y principia a reventarse los pulmones pregonando y ponderando la mercancía. A eso de las cinco de la tarde, ronco y achicharrado principia a verse el fondo de la segunda banasta y poco después se remata la faena con la venta de la última libra de guindas a perra chica, o el último cuarto de arroba a real. Y a las seis o seis y media de la tarde previo el abono de gastos de posada, emprenda V. nuevamente el viaje de regreso a Mieza donde llegará, si no se detiene en el camino, entre gallos y media noche.

¡A que tristes y serias reflexiones, aunque parece una broma, se presta lo dicho anteriormente!

Pero todo no ha de ser ganar, en cambio nos cabe la dicha de vivir en el siglo de las luces y estar regidos por gobiernos liberales. No es nada lo del ojo... (y lo llevaba en la mano).