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3 de octubre de 2012

Batalla de Arapiles

Y como este es el año del bicentenario de la famosa batalla de Arapiles (para los contendientes franceses e ingleses se trata de la batalla de Salamanca) traemos hoy una ilustración del libro Guerre napolioniche delle Spagna, soggetti al agorici ed episdi di battaglie, assedi,... Se trata de un grabado de Bartolomé Pinelli del año 1816.

En el dibujo podemos ver perfectamente el método de lucha entre los ejércitos de la época: avance en línea y disparo de mosquetes, recarga y vuelta a disparar y cuando ya estaban muy cerca ataque a la bayoneta. Lo del cuerpo a tierra parece ser que no era muy practicado. Había que mantenerse erguido y "rezar" para que no te tocase la bala. No es de extrañar que una descarga de fusilería hiciera tanto daño en las filas contrarias. Así el número de bajas era espeluznante. En Arapiles, entre los dos ejércitos sobrepasaron los 11.000 entre muertos y heridos. Una verdadera carnicería. Y así en una y otra batalla. En estas fechas estoy precisamente leyendo la tetralogía (serie Revolución) de Simon Scarrow en la que se narran las andanzas de Napoleón Bonaparte y de Arthur Wellesley, duque de Wellington. Resulta realmente clarificadora a este respecto.

1 de octubre de 2012

Milicia mirobrigense

Grabado del reverendo William Bradford, publicado en el libro Sketches of the country, character and costume in Portugal and Spain made during the campaign, and on the route of the British Army in 1808 and 1809 / podemos ver en la ilustración a un miembro armado de las Milicias de Ciudad Rodrigo.

 

22 de julio de 2012

Batalla de Arapiles

Se cumplen hoy 200 años de la batalla que nosotros conocemos con el nombre de los Arapiles y los ingleses por Salamanca. Se considera que supuso el punto de inflexión del desarrollo de la Guerra de Independencia (Peninsular War). Las tropas españolas al mando de don Carlos España y don Julián Sánchez apenas tomaron parte en la batalla, al ser destinadas por Wellington como "reserva" por si acaso las cosas venían mal dadas. Solo al final de la lucha alguna unidad tuvo una intervención decisiva, llegando a capturar una de las "águilas" de las unidades francesas.

19 de enero de 2012

Bicentenario


Esta tarde noche se cumplirán los doscientos años del asalto y toma de Ciudad Rodrigo por las tropas inglesas al mando del Duque de Wellington. De esta forma se liberaba la ciudad en poder de los franceses desde que capituló el 10 de julio de 1810. Y lo que no ocurrió en el asedio francés (nuestros enemigos) ocurrió con el asedio inglés (nuestros amigos). ¡El saqueo de Ciudad Rodrigo! Asi que bien podemos decir aquello de ¡Líbranos Señor de nuestros amigos, que de nuestros enemigos....!
Se conmemorará hoy el bicentenario de la toma de la plaza, pero correremos un tupido velo sobre ese comportamiento tan brutal de las tropas inglesas contra la población civil mirobrigense (Véase a este respecto un artículo publicado ya en este blog de Arturo Pérez Reverte ).

En 1912 no se conmemoró oficialmente lo que se llamaba "segundo centenario" (el primero fue el del sitio francés en 1910). No había dinero presupuestado para ello (mejor dicho si lo había: 7 pesetas). ¡Ni para pipas! que diríamos hoy. Así que decidieron no hacer nada. La pobreza y la escasez de entonces así lo aconsejaron. Asi lo contaba el semanario Avante:


Segundo Centenario
Corrían ya los primeros días del año de 1812. Sobre Ciudad Rodrigo seguía cerniéndose la nube de melancolía que la envolvía, desde aquella aciaga fecha en que tras heroica resistencia vIo arriar en sus muros el glorioso pabellón español. Aquellas auras de esperanza que habían soplado en mediados del año anterior, a raíz de las victoriosas batallas de Fuentes de Oñoro y de la Albuera, habían desaparecido con la retirada del ejército aliado a sus posiciones, después de la infructuosa tentativa contra Badajoz y la fracasada expedición de Blake sobre Sevilla. Solo, de cuando en cuando, reanimaba algo la perdida esperanza, las audaces correrías del sin par guerrillero charro, del intrépido don Julián Sánchez, que ora destrozando una columna francesa, ora haciendo prisionero al propio Gobernador de Ciudad Rodrigo, ora presentándose de improviso delante de sus muros para sorprender algún convoy, parecía indicar a los mirobrigenses que no estaban olvidados y que quien con ellos compartió las penalidades y las glorias del homérico sitio, había de penetrar triunfante en su recinto, librándoles del yugo napoleónico.
De pronto, los preparativos de la guarnición invasora dan a conocer a nuestro pueblo que algún suceso extraordinario se avecina; y cuando apenas transcurrió el tiempo preciso para darse cuenta de la calidad del suceso, el tronar del cañón, que rememora para los mirobrigenses los luctuosos días de su épica resistencia, les anuncia que ha comenzado el asedio de la plaza, que el ejército aliado va a combatir por su liberación.
Pocos, muy pocos días transcurrieron: la conquista de nuestra Ciudad, que cuando contó para su defensa con los heroicos pechos de sus hijos y con la inteligencia y valor de aquel hombre inmortal que se llamó Pérez de Herrasti, costó raudales de sangre y cerca de cuatro meses de estrecho cerco, se realizó ahora en once dias. Bien se defendieron los franceses, su valor mostró al mundo entero que aquellos soldados eran los mismos que se batieron en Areola, en Wagram, en Austerliz, mas su esfuerzo no estaba sostenido por el entusiasmo pátrio, tenían en su contra el odio, del mismo pueblo a que obligaban a ser su auxiliar y en frente un enemigo excepcional, el ilustre inglés Lord Arthur de Wellesley, é irremediablemente tenían que ser vencidos. E l día 8 de Enero tronó el cañón por vez primera sobre Ciudad Rodrigo: el diez y nueve del mismo mes, al caer de la tarde, fué tomada por asalto la Plaza.
Día de júbilo y entusiasmo delirantes fué para nuestra Ciudad el Veinte de Enero de 1812. En sus albores flameó nuevamente sobre sus muros el glorioso pendón español, signo de su independencia. Hoy hace cien años.
Pobreza, ruina y miseria, de que aún no se recobró Ciudad Rodrigo, desde aquellas, para el mundo memorables fechas, en que su fortaleza sirvió de prueba a poderosos enemigos, son causa de que el centenario de aquellos sucesosno se conmemore oficialmente. AVANTE, sin embargo, creyendo ser intérprete de la opinión mirobrigense, no quiere dejar pasar esta fecha sin rendir un tributo de admiración al caudillo ilustre, más tarde Duque de Wellington y de Ciudad Rodrigo, a los Generales ingleses Crawfurd y Mackison que murieron en el asalto, al bravo charro don Julián Sánchez y sus intrépidos lanceros, y a todo el ejército aliado, que nos legaron con su esfuerzo nuestra santa independencia.

5 de mayo de 2011

En Fuentes de Oñoro

Traemos hoy a estas páginas un texto de un escritor inglés de la escuela romántica, Robert Southey (1774 - 1843). Los versos que siguen, son una traducción bastante libre de un poema escrito por Southey y publicado, junto con otras poesías relacionadas en su mayor parte con la "Peninsular War" (para nosotros Guerra de Independencia) bajo el título de "Inscriptions". Se puede encontrar en el libro "The poetical works of Robert Southey" una recopilación de sus trabajos realizada por el propio escritor y publicada en Nueva York en 1839. Si ya resulta complicado a veces, por lo menos para mi, traducir un texto inglés, os podéis imaginar lo que supone una poesía en esa lengua.

En Fuentes de Oñoro

Las fuentes de Oñoro,
que dan nombre a esta pobre aldea,
se tiñeron con sangre,
el día en que Massena,
expulsado de Portugal
por la probada resistencia nacional
y con la ayuda de la fiel Inglaterra,
realizó aquí,
contra esta tierra recien liberada,
un último,fiero y desesperado esfuerzo.

Ese día, con masacres
marcó su discurrir
por las orillas del Coa y del Águeda.
Tan profundamente abrió las venas de la guerra
que las montañas que los alimentan
se tiñeron de púrpura.
Fuerte en medios,
tras descansar y reforzarse
con suministros y soldados,
llegó el feroz enemigo
y creyó que con su formidable caballería
pisotearía toda resistencia.
Pero aquí, los hijos del regenerado Portugal,
con los británicos codo a codo,
lucharon contra ellos y sus crímenes
y todos los cielos lo comtemplaron.

Batido y sin esperanza de éxito,
el inhumano Mariscal, nunca sea nombrado
por labios lusitanos sin una maldición
de pegajosa infamia,
se retiró y dejó estas fuentes
famosas ya por su derrota.

Robert Southey

3 de mayo de 2011

La batalla de Fuentes de Oñoro

Se desarrolló hace ahora doscientos años entre el ejército francés, por un lado, y los aliados angloportugueses por otra, contando también éstos con una pequeña ayuda española, unos 500 lanceros salmantinos al mando de don Julián Sánchez "El Charro".
FRANCE MILITAIRE. HISTOIRE DES ARMÉES FRANÇAISES ... (VOL.: 4).


Tras la frustrada campaña francesa dentro del territorio portugués, las fuerzas del mariscal Massena se retiran hacia España. Estamos en la primasvera de 1811. Los franceses se reponen en la provincia de Salamanca de sus desventuras y penalidades portuguesas. Pero no tienen mucho tiempo para ello. Wellington amaga atacar Almeida y es entonces cuando Massena decide intervenir e ir al encuentro de los ingleses estacionados en las inmediaciones de la frontera hispanolusa. Las tropas de ambos bandos toman posiciones. El día 3 de Mayo, tal día como hoy, comienzan las operaciones militares. Los franceses mandan a una de sus divisiones contra el pueblo de Fuentes de Oñoro. La lucha resulta particularmente reñida, con ataques y contrataques, siendo al final de la jornada rechazados los soldados franceses.

El día 4 ambos ejércitos refuerzan sus posiciones alrededor del pueblo y en sus observaciones los mandos militares franceses descubren que el ala derecha del ejército inglés (donde se encuentran los lanceros españoles) es bastande vulnerable, por lo que durante la noche se prepara un fuerte ataque de la caballería que se desarrollará a primeras horas de la mañana. Las tropas aliadas resultan sorprendidas y tienen que replegarse para evitar ser rodeadas, si bien lo hacen con mucho orden y acierto. Disensiones habidas en el bando francés y una estrategia acertada por parte de Wellington logran, a lo largo del día, contener y desactivar el ataque francés, retirándose éstos hacia Ciudad Rodrigo, con un resultado de más de dos mil quinientas bajas, entre muertos, heridos y prisioneros. Los aliados sufrieron también un elevado número de bajas, que los investigadores estiman en cerca de mil ochocientas.

Imagen: Wikimedia Commons

25 de abril de 2011

Un soldado francés enterrado en nuestra Iglesia

Se cumplen hoy 200 años de la muerte y entierro de un soldado francés en Villavieja. Desgraciadamente en aquellos años muchas personas perdieron su vida en la guerra, unas de forma directa y otras de forma indirecta. François Martin Moreau fue una de ellas. Un joven campesino francés de los campos que constituyen el denominado "granero de Francia", a quien la "mala suerte" hizo que le tocase ser reclutado de forma obligatoria para formar parte de los ejércitos imperiales y recorrer con ellos medio mundo. Un joven de unos veinte años que murió muy lejos de su familia y de su pueblo y que encontró eterno reposo en esta tierra charra. En vano esperarían sus padres su regreso. Quizás una carta o un informe escrito por algún oficial de su regimiento, el 69 de línea, llevaría a Francia la triste y luctuosa noticia. François Martin Moreau no regresaría jamás a los verdes y dorados campos de la Beauce, a su pequeña aldea de Godonville de la comuna de Villers Saint Orien. Curiosamente François va a descansar finalmente junto a otros soldados villaviejenses, también fallecidos a consecuencia de la guerra y enterrados igualmente en nuestra Iglesia. ¡Enemigos en vida, hermanados en la muerte!

Fracasada la ofensiva de Massena en Portugal, el día 5-6 de Marzo empezó la retirada del ejército francés de dicho país. El grueso de las fuerzas se replegó a Salamanca. En las cercanías de Ciudad Rodrigo se situó una división del 6º cuerpo, mientras que el 9º cuerpo ocupó la zona de San Felices de los Gallegos. Una parte de los efectivos de este último cuerpo estarían acantonados en nuestra tierra (posiblemente la denominada división Claparede, en la que estaba encuadrado el 4º batallón del regimiento 69). El repliegue ha sido una verdadera tortura para las tropas francesas, escasas de víveres y perseguidas y acosadas por la vanguardia inglesa de Wellington y por las enfermedades. Es justo en esos días cuando fallece en Villavieja un soldado francés, siendo enterrado en la Iglesia. En la partida se nos explicita toda clase de datos acerca del soldado, lo cual es un fuerte indicio de que en la población había algún destacamento de tropas francesas, quizás en recuperación, quizás en misiones de avituallamiento o vigilancia. La partida de defunción dice textualmente:

"En Villavieja a 25 de Abril de 1811 falleció Morau Luis (sic), natural de Villiers Saint Orien, cantón de Bonneval, departamento de Eure et Loire, soldado de la primera compañía del cuarto batallón del regimiento 69. Dile sepultura en esta parroquial, de que doy fe. D. Josef Sánchez Manibardo".

Imágenes obtenidas de GeoPartail (http://www.geoportail.fr/index.do)
Vista aérea de la localidad de Villiers Saint Orien (Eure et Loir, Francia)

Observese que en la partida dice Luis. Esto hizo que mi consulta a través de Internet de los archivos departamentales de Eure et Loir, en concreto las actas correspondientes a la comuna de Villiers Saint Orien, una pequeña población del centro de Francia de escasamente un centenar de habitantes, no tuviese éxito. En un primer momento no logré encontrar su acta de nacimiento, aunque si la de algunas de sus hermanas y hermanos. En realidad uno de los que yo creía eran sus 'hermanos" era el propio François y su apellido era Moreau y no Morau como escribe el párroco en la partida de defunción. Sus padres se llamaban Martín Moreau y Marie Louise Charpentier.

Una segunda búsqueda realizada varios años después de escribir esta entrada, me proporcionó su verdadero nombre, François Martín y no Luis, como decía el párroco. La pista me la proporcionó el hecho de encontrar su inscripción en el Regimiento 69 en el que además se nos dice que falleció en Villavieja el 25 de Abril de 1811. También en esa nota hay un error, ya que el oficial que la escribe sitúa a Villavieja en Portugal.


François Moreau formaba parte del regimiento número 69 de línea. A pesar de que el grueso de dicho regimiento formaba parte de la brigada Maucune de la división Marchand del Sexto Cuerpo de Ejército que mandaba el mariscal Ney, el 4º batallón pertenecía en el momento que nos ocupa a la división Claparede del Noveno Cuerpo al mando de Drouet d'Erlon. Su muerte en Villavieja se produjo justo cuando se estaban comenzando a dar los primeros pasos que desembocarían en la batalla de Fuentes de Oñoro.


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16 de marzo de 2011

Trajes salmantinos

El grabado que vemos a continuación aparece en el tomo número cuatro de una publicación francesa editada en 1838 y titulada "France Militaire. Histoire des Armées Françaises de Terre et de Mer de 1792 à 1837". Fue escrita por Abel Hugo -el hermano mayor del gran escritor francés Victor Hugo.

Abel Joseph Hugo (ver imagen izquierda) fue un apasionado de la cultura española. No en vano, residió algún tiempo en España como paje del rey José I, hermano de Napoleón Bonaparte, formándose en el Seminario de Nobles de Madrid. Su padre, J.S.Leopold Hugo,  fue además un general del ejército francés que desarrolló su labor en territorio español, encargándose habilmente de la dirección de la retaguadia en la retirada de la Corte y Tropas francesas tras la derrota de Arapiles en 1812. "France militaire" relata las campañas llevadas por los ejércitos franceses durante el denominado Primer Imperio, en algunas de las cuales Abel Hugo fue un testigo de primera mano.



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13 de marzo de 2011

D. Tomás García Vicente

Resulta familiar y conocido para casi todos los salmantinos el nombre del famoso guerrillero don Julián Sánchez "el Charro". Sus acciones contra los ocupantes franceses durante la Guerra de Independencia le han convertido en uno de nuestros héroes más conocidos y famosos. No ocurre lo mismo con don Tomás García Vicente, al que podíamos denominar como "el otro guerrillero charro desconocido".
Mi primer contacto con el nombre de don Tomás lo tuve hace casi tres años, cuando buscaba a través de Internet datos acerca del primer paso de las tropas francesas por nuestra comarca. Estaba tratando de encontrar datos y bibliografía acerca de la LLL (Loyal Lusitanian Legion). En una de esas búsquedas a través de archivos y bibliotecas "online" me encontré a través del sitio web de la Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico (http://bit.ly/gJ8kis) con las imágenes escaneadas de una publicación de 1843 cuyo título es: "Documentos relativos a las operaciones de la Legión de Honor de Castilla que mandaba en 1808 y 10 el brigadier don Tomás García Vicente que la creó" escrita por el propio brigadier. (También es posible encontrar dichas imágenes en otra bibliteca virtual, la de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación: (http://bit.ly/gHRfn6). El libro, viene a ser una especie de alegato de defensa y reivindicación de su actuación en la Guerra de Independencia frente a, según él, diversas maniobras llevadas a cabo por Jefes y Oficiales del Ejército regular y de las Guerrillas, que consiguieron arrebatarle el mando de la "Legión de Honor de Castilla" que había creado y costeado con su propio dinero. Se encuentran en dicho libro copias de unos cincuenta documentos (cartas  y certificaciones de mandos militares y justicias de pueblos) que constituirían pruebas concluyentes para esclarecer esa actuación y arrojar un poquito de luz sobre una serie de comportamientos anómalos -hoy hablaríamos directamente de corrupción- por parte de Don Carlos de España y Don Julián Sánchez el "Charro". Pero eso será tema para otro artículo. Hoy nos centraremos en los datos biográficos de don Tomás García Vicente, algunos de los cuales están entresacados de la página web de Masueco y del trabajo allí publicado por don José Mesonero Velasco (http://bit.ly/ev8QG8)  y otros extraidos de los diversos documentos contenidos en el libro citado.

Nació don Tomás García Vicente en Masueco, el 18 de Septiembre de 1774. Estudió en el Seminario de San José de la mencionada localidad arribeña, un establecimiento fundado, según Bernardo Dorado, "por el Dr. D. Martín Cubilano, natural de dicho lugar y Catedrático de Humanidad en esta Universidad de Salamanca". En dicho centro, recibían los naturales de Masueco y pueblos circundantes, enseñanza en primera letras y Gramática. Poco más se sabe de su infancia y adolescencia, hasta que aparece como uno de los primeros habitantes de Madrid que se sublevaron el 2 de Mayo de 1808 contra las tropas francesas de Murat. 
... desde ese día, gloriosamente histórico, en el que, secundado por otros diez verdaderos patriotas, levanté un grito de resistencia santa contra el usurpador de Europa en la misma Puerta del Sol, acometiendo a dos soldados mamelucos que del Retiro bajaban con un pliego para Murat...

"La carga de los mamelucos" (2 de Mayo de 1808) - Francisco de Goya - Wikimedia Commons

Tras la brutal represión francesa sobre el pueblo de Madrid, el entonces comerciante don Tomás García Vicente no se amilanó. Y tal y como certifica el Teniente General de los Reales Ejércitos y Gobernador Militar y político de Madrid, don Josef Arteaga e Idiáquez en 1815:
... escribió, e hizo escribir a sus amigos, varias cartas para dirigir a los Ayuntamientos de las Provincias para que imitasen a la Capital...
Y no solamente eso. La guarnición militar española de Madrid apenas participó en la revuelta del 2 de Mayo, pero, a pesar de ello, los militares españoles quedaron prisioneros en sus cuarteles por orden de las autoridades francesas. Pues bién Tomás montó una especie de red secreta cuya misión era ir sacando de Madrid a esos militares y mandarlos a provincias para iniciar en ellas la correspondiente sublevación o para incorporarse a otras unidades militares españolas libres:

... que habiendo quedado prisionera la guarnición española, sacó de esta plaza con sus persuasiones mil hombres, socorriéndolos con dinero y ropas hasta llegar a las Provincias, para que las sublevasen, como sucedió, a cuyo efecto tenia alquilada una casa en la calle del Tesoro Vieja, en donde los reunía...
 Y no contento con eso, inició una labor para fomentar la deserción de algunos extranjeros, en su mayor parte italianos, que formaban parte de algunas unidades militares francesas:
... enganchó a cuarenta y dos italianos de los ejércitos de Napoleón, que vistiéndolos de paisanos, y socorriéndolos también con dineros, los mandó a incorporarse a nuestros ejércitos...
Era una misión no exenta de riesgos, que en cualquier momento podía venirse abajo. Y la cosa se torció. Su labor fue puesta en conocimiento de las autoridades por uno de esos soldados a los que estaba "covenciendo" para que dejase el bando francés. En consecuencia, tuvo que poner tierra por medio y escapar:
... delatado a los enemigos por estos hechos pudo fugarse a las Andalucías, y estuvo preso en el puerto de Santa María, en vísperas de morir en un cadalso por los malos españoles...
Cualquiera en su lugar, hubiese parado. Una vez que fue puesto en libertad, aprovechó su estancia en la capital gaditana junto con sus dotes de comerciante para hacerse con mercancías de origen inglés o colonial, regresando con ellas a.... ¡Madrid!

 ... volvió .... con más de diez y seis mil duros en géneros ingleses y coloniales, y con su importe formó partidas dentro de esta plaza, las que de su cuenta y riesgo mandó a Cuenca y otros puntos....
Es posible que la Primera Legión de Castilla se comenzase a formar a mediados de 1809, ya que en la hoja de servicios de don Tomás García Vicente se indica que con fecha 18 de junio de 1809 obtuvo el grado de comandante de dicha unidad. La legión se formaría bajo los auspicios del coronel Santocildes, que más tarde sería el heroico defensor de Astorga, de quién Tomás García recibiría el despacho correspondiente.
... título de despacho por el Sr. Santocildes a García, de comandante de la Primera Legión de Castilla, en el que se refiere al loable sacrificio de haber gastado, su dinero y vendido sus haciendas para ...
(En julio de 1811, Santocildes, ya general, facultó al coronel don Pablo Mier y Mestas para formar con las partidas de guerrilla del norte leonés la Segunda Legión de Castilla )

En el otoño de 1809, en la zona salmantina se había producido  una serie de movimientos de los ejércitos francés, al mando de Marchand y el Ejército español de la Izquierda al mando del Duque del Parque que habían desembocado en la batalla de Tamames (18 de Octubre de 1809) en la que resultaron victoriosas nuestras tropas. Cuarenta días después tuvo lugar la derrota de Alba de Tormes (28 de Noviembre de 1809) tras la cual el ejército de la Izquierda quedó tremendamente malparado y disperso.

A comienzos de 1810, relata don Tomás una acción en el pueblo de Frades, en la que se puede ver ya la primera discrepancia seria entre él y algunos oficiales de don Julián:

El día 6 de Enero de 1810 llegaron los Franceses a Frades a tiempo que en aquellas inmediaciones había más de 600 soldados Españoles, todos empero huyeron abandonando los Pueblos al saqueo de los enemigos menos un Español, que lo es de todo corazón, y que allí se hallaba con unos 28 hombres. Al instante pasa este un oficio a varios Comandantes que estaban más a mano para ponerse de acuerdo con ellos a fin de cargar al enemigo que de ningún modo podía resistirse. Solo de uno recibe contestación de que el día 9 se presentaría en Frades con 250 hombres para combinar sus operaciones con el Comandante de los 28. No faltó este a la cita y atacó al enemigo, esperando que sobrevendría el del socorro prometido. Mas lejos de acudir, cuando le vieron comprometido en la acción, se retiraron los 250 bravos defensores, por mal nombre, y los Franceses permanecieron en aquel pueblo hasta el 2 de Febrero, arruinando todo aquel país...  
Posiblemente poco tiempo después de esta acción, don Tomás reaparece en Madrid. Días antes de la derrota del Duque del Parque en Alba de Tormes, se había producido la batalla de Ocaña (19 de Noviembre de 1809) en la que los franceses al mando de Soult derrotaban al español ejército de la Mancha, saldándose el encuentro con cerca de 4000 bajas  (muertos y heridos) y más de 15.000 prisioneros. Normalmente los prisioneros eran enviados a Francia, pero, por la razón que fuere, una parte de este contingente se encontraba en el Retiro madrileño, circunstancia que aprovechó Tomás para sacarlos de Madrid:
... con ciento cincuenta prisioneros que rescató del Retiro de los hechos en la batalla de Ocaña, a quienes mantuvo y equipó con su dinero hasta llegar a los ejércitos españoles. Para el mismo fin compró también caballos en el Rastro, y siendo delatado le prendieron la noche del veinte y cuatro de Abril de mil ochocientos diez en la guardia de San Ildefonso, de cuyas manos le libertó su astucia e intrepidez tirando a rodar al centinela, e hiriendo algunos soldados...
Había escapado otra vez del cadalso por los pelos. Quien sufrió las consecuencias de su fuga fue su familia más cercana y sus amigos:
... por haberse fugado prendieron a varios sujetos que lo conocían, y a dos hermanas que tenia en esta Corte, de las cuales murió una, y arruinaron la otra...

Tras diversas peripecias por el territorio español recaló otra vez en Cádiz, de donde pasó, ya en septiembre de 1810, a la provincia de Salamanca donde volvió a dirigir la denominada "Legión de Honor de Castilla", una partida levantada a su costa, tal y como lo refieren bastantes documentos reflejados en el libro citado, de los que, por ejemplo, elejimos el  certificado que las autoridades de Mieza expiden en dicha localidad el día uno de Diciembre de 1815:
Certificamos nosotros Josef Vicente Arroyo y Francisco Pérez, Alcaldes que somos de este lugar de Mieza, Josef Delgado, Antonio Pérez, Francisco de la Mano y Miguel Vicente, Regidores, y Josef Vicente, Procurador Sindico de este dicho lugar y demás concejales, estando juntos y congregados en el sitio y casa concejal de él como lo tenemos de uso y costumbre, y unánimes y conformes decimos: que por el tiempo y revolución de nuestros enemigos los franceses, y en el principio de ella se presentó en este pueblo y demás inmediatos el Comandante Don Tomás García Vicente con algunos soldados, y con el objeto de organizar (como lo hizo) una partida titulada la primera Legión de Castilla, promovido de su celo, actividad, buen porte y conducta, desinterés y acendrado patriotismo, cuyos hechos lo hicieron tan memorable, que a poco tiempo puso en disposición mas de trescientos soldados de a caballo, y mas de cuatrocientos de infantería, montados, vestidos y equipados a sus propias expensas, con el producto de su pingüe patrimonio vendido a este efecto...
Quizás le favoreció la circunstancia de que los franceses estaban realizando también un alistamiento, en este caso forzoso, entre los jóvenes salmantinos, para formar las denominadas "Guardias Cívicas" -que la gente llana designaba como "cívicos". Y entre hacer la guerra sirviendo en un bando o en otro, se decantaron lógicamente por don Tomás. Y con estos efectivos se enfrentó a las tropas francesas que operaban en Salamanca y Zamora.

A primeros de enero de 1811 los franceses estaban preparando un gran convoy para llevar sumnistros al desabastecido Ejército de Massena que se encontraba detenido ante las líneas de Torres Vedras en Portugal. A tal fin emitieron órdenes para juntar todos los medios de transporte (carros y caballerías) en Matilla para efectuar el envío. Estaba pevisto que saliese de la mencionada localidad el día 16 de Enero.
Pero no habiendo dexado García salir ni un solo carro ni caballería, evitó este saqueo general y le desorganizó el plan, causándole una miseria tan grande en el exército, que les hizo levantar el sitio, cuya victoria se le colgó a D. Julián sin haberlo visto ni oido, como otras muchas de esta clase.
Quizás resulte un poco presuntuoso por su parte relacionar de forma tan directa esta acción y la retirada de Massena de Portugal, aunque resulta evidente que el ejército francés en Portugal estaba pasando momentos difíciles debido a la falta de suministros que no le llegaban debido entre otras cosas a la actividad de las milicias poruguesas y guerrillas españolas en  la retaguardia . Lo cierto es que, apenas mes y medio después de esta acción, la noche del 5 al 6 de Marzo de 1811, el ejército francés al mando de Massena inició su retirada hacia España.  A últimos de Marzo y primeros de Abril las divisiones francesas llegaron a la provincia de Salamanca distribuyéndose por varios lugares de esta provincia. La mayor parte se dirigió a la capital, pero algunas unidades acamparon en los alrededores  de Ciudad Rodrigo, San Felices de los Gallegos,... En este contexto, en la mañana del 11 de Abril de 1811, día de Jueves Santo, los hombres de don Tomás García atacan un campamento del ejército francés situado en las inmediaciones de Sanchón de la Ribera y Villarmuerto. Posiblemente se tratase de una brigada con unos efectivos comprendidos entre tres mil y cuatro mil hombres.

Domingo Pérez, Pantaleón Vicente y José Martin alcalde y regidores únicos de este lugar de Sanchón, jurisdicción de la villa de Ledesma: Certificamos que en la mañana del jueves santo de mil ochocientos y once, hallándose en estas inmediaciones acantonados como cuatro mil hombres de las tropas del general Massena, cuando se retiró de Portugal, fueron estas atacadas por la primera Legión de Castilla del mando de don Tomás García Vicente con tal denuedo y arrogancia, que después de haberle muerto muchos y otros hecho prisioneros, huyó el resto de la división con precipitación hasta Ledesma, quitándole sesenta caballos y otros muchos efectos, sin que de parte de los nuestros hubiese ningún muerto...
Los alcaldes y regidores de Pereña y Villarino certifican también la misma acción especificando entre otras cosas que se hicieron catorce prisioneros que a través de "maromas" se hicieron cruzar el río Duero para entregarlos en Bemposta (Portugal). Asimismo se recogieron sesenta mulas y caballos con su tren de artillería, unas cuatrocientas cabezas de ganado lanar, y cerca de tres millones de reales en alhajas y dinero robado en Portugal....

El 17 de Agosto de 1811 don Tomás García Vicente ataca con parte de su Legión la guarnición que los franceses tienen en la localidad zamorana de Almendra custodiando los pasos del río Esla


La Justicia, Párroco y Ayuntamiento de este villa de Almendra: Certificamos que cuando llegó a este país el comandante don Tomás García Vicente con parte de su tropa, por hallarse la restante ocupada en varios puntos, el día diez y siete de agosto del año de mil ochocientos once, tuvo noticia que hallándose de guarnición en esta villa ciento treinta y siete franceses, con el objeto de defender el paso del rio Esla inmediato a dicha villa, reunió como hasta unos doscientos hombres dicho García y habiendo pasado el insinuado rio por el vado de Ricobayo, sin temer el paso por entre los mismos franceses, como a las nueve de la mañana de dicho día se presentó en esta villa el mencionado García, y comenzó la gloriosa acción de atacar a el enemigo, el que para su defensa se refugió en la iglesia y panera de las ánimas en donde hicieron muchos agujeros para poder tirar a los nuestros sin riesgo alguno de sus personas, y otros en la torre que está en manera de castillo con sus ventanas, de donde hicieron fuego por espacio de cuatro horas con todo vigor, pero por último tuvieron que rendirse a discreción de el valor invencible de García, cuyo número de enemigos eran ciento treinta y siete hombres, los que condujo prisioneros a la villa de Carbajales dirigidos a la Puebla de Sanabria…
Dos meses más tarde, atacó a la guarnición francesa situada en Manganeses de la Lampreana situada a unos treinta kilómetros de la localidad anterior, aguas arriba del Esla. Veamos cómo lo relatan las autoridades de aquella población en un certificado expedido el doce de diciembre de 1815:

... cuando el día diez y seis de Octubre del año de mil ochocientos once se presentó dicho García con unos doscientos hombres sacados de los destacamentos que tenia en Carbajales, al otro lado del rio Esla, y siendo más que dobles las fuerzas francesas atrincheradas, y las de García a campo raso, atacaron éstas con tal valor y arrogancia que en poco tiempo tomaron a sangre y fuego los atrincheramientos, encerrando a los enemigos en la iglesia, cercada de un atrio ó pared de mazacote hecha de morrillo, cal y canto, capaz de sufrir balas de cañón. Defendidos los franceses en tal disposición, y sin temer García a mas de seiscientos franceses que tenia a la espalda en Villafáfila, dos leguas de distancia de esta villa, y habiendo sabido éstos la chamusquina que andaba en los de su nación se pusieron en camino para venir de refuerzo, y con efecto lo hicieron así porque llegaron una legua de distancia de esta de Manganeses, en cuyo tiempo atacó el dicho García a los amurallados en la Iglesia, con tal denuedo , y dando las disposiciones mas acertadas para no ser sorprendido, que a dos horas poco mas los rindió a parlamento. Estando para entregarse los enemigos a discreción llegó un grande refuerzo del que distaba la legua de esta villa, y unos trescientos que venían de otro pueblo que dista media legua de ésta , y viéndose Don Tomás con tantos enemigos le fue preciso retirarse con tal orden, que a pesar de haberse juntado ya cuadriplicados franceses no se atrevieron a seguir a los nuestros, tal fue el terror que les infundió la mortandad que les hizo, muriendo entre ellos el Comandante francés, que sin duda era de bastante graduación pues que le llevaron a enterrar a la ciudad de Toro. De los nuestros solo murió un oficial y un soldado, y dos de éstos heridos, habiendo rescatado en esta heroica acción a varios españoles que llevaban presos los franceses, y quitádoles los comestibles que habían sacado a la fuerza de estos pueblos...

Pocos días después de esta acción, empieza a fraguarse el final "burocrático" de la Primera Legión de Castilla.

... en el mes de octubre del año de 1811 quitaron la tropa a García después de haber alarmado aquel pais...

A comienzos del año, la Junta Central reorganiza toda la estructura militar de la España libre y ocupada, dividiendo todo el territorio en seis distritos y asignándole a cada uno de ellos un ejército. Castilla La Nueva, Extremadura y la parte de Castilla la Vieja al sur del Duero forman el quinto distrito y por tanto todas las unidades militares regulares como partidas guerrilleras y cuerpos francos quedaban sujetos al mando del Quinto Ejército. Es quizás en ese contexto cuando se produce la disolución de la Primera Legión de Castilla y su integración en un regimiento de nueva creación. Don Tomás García Vicente ve otras motivaciones. Cree que es despojado del mando de su unidad por llevarse mal con las otras partidas de la zona, es decir, con las de don Julián. Y este “llevarse mal” , según él, es una consecuencia del comportamiento de algunas partidas guerrilleras con los pueblos y sus habitantes. Don Tomás se jacta de que jamás extorsionó a los sufridos habitantes de las localidades por donde pasó, -y efectivamente parece ser que así fue, a tenor de las certificaciones de casi cincuenta justicias de otros tantos pueblos-, mientras que otros hacían precisamente lo contrario. Y no solamente eso, sino que en ocasiones impide que se siga despojando y "robando" a los sufridos habitantes de los pueblos. Es posible además -según el propio don Tomás- que influyese también una cierta tirantez entre él y algunos oficiales a su mando azuzada parece ser por Don Carlos España, Conde de España y Comandante general de la división española unida al Ejército Británico de Wellington. Sea como fuere, lo cierto es que a finales de 1811 se forman dos Regimientos de Caballería. Ocurrió en Lumbrales. Así lo certifican sus alcaldes y justicias en 1817:

...Don Tomás García fue despojado escandalosamente en esta villa del mando de su legión por el Comandante don Carlos de España...

Uno de ellos llevará el nombre de Primer Regimiento de Lanceros de Castilla y estará al mando de don Julián Sánchez “el Charro”. Se forma íntegramente con los hombres pertenecientes a su partida. En el otro, que se denominará Segundo Regimiento de Lanceros de Castilla, se integrarán la Legión de Castilla de don Tomás García Vicente, otro cuerpo franco denominado “Escuadrón de las Cortes” y las tropas sobrantes del Primero de Lanceros. Su primer coronel fue Don José Martín, un ayudante de don Julián, aunque muy pronto el mando recayó en un hermano de don Carlos España, don María Andrés de España, que llevaría el título de Marqués de España. Estos dos hermanos, a pesar de lo que pueda parecer por su apellido, eran en realidad franceses, que vinieron a nuestro país a consecuencia de la Revolución Francesa. Don Tomás no se integró aunque parece ser que don Carlos España le ofreció otro puesto:

… dice el Sr. España que en cuanto a la conducta política de García nada tiene que decir. En consecencia lo tendrá por la militar y en tal caso es extraño que le nombrase comandante de la columna de granaderos de Castilla como le nombró, que no quiso admitir,..

Así pues, don Tomás García se quedó sin legión y sin mando, por lo que se desplazó hacia Cádiz, donde estaba situada la Junta Gubernativa del Reino y la Regencia en busca de destino. Allí estuvo dos años sin que se le diese una satisfacción por perder la legión que había levantado con su propio dinero ni se le encomendase tarea alguna. Es precisamente en la capital gaditana donde hace público su primer escrito “Representación hecha a la Regencia sobre las ocurrencias de Castilla” en el que denuncia las prácticas esquilmadoras y abusivas de algunas partidas guerrilleras en Castilla y que junto con algunos documentos que presentó al Congreso de la Nación, vuelve a publicar en Madrid en 1843, cuando ya el rey Fernando VII le había reconocido sus servicios con efectos retroactivos:

... y solo en el Rey y en el Consejo de Castilla encontré justicia y protección. En el Rey, porque me premia los servicios que hice en Madrid hasta el 24 de abril de 1810, en que me correspondió el grado de Brigadier, que le pedí y me declaró desde aquella fecha...

Así pues, podríamos decir aquello de ¡mas vale tarde que nunca! . Falleció don Tomás Garcia Vicente en su pueblo natal, el día 17 de Diciembre de 1847.

¡Ójala estas páginas sirvan para reivindicar su memoria ante los españoles y sobre todo ante los salmantinos, entre los que, desgraciadamente hasta ahora, era un perfecto desconocido. ¡Viva, pues, don Tomás! ¡Viva “El Charro II”!

28 de febrero de 2011

Massena se retira de Portugal

Hace ahora 200 años el ejército francés que al mando del mariscal Massena había invadido Portugal tras la toma de Ciudad Rodrigo, iba a comenzar su retirada. Todos sus intentos de llegar a Lisboa se estrellaron contra las posiciones defensivas de Torres Vedras establecidas por ingleses y portugueses a los que se había unido también la división española del Marqués de la Romana. La retaguardia francesa está infestada de guerrilleros y milicias portuguesas y españolas que dificultan enormemente los aprovisionamientos y las comunicaciones, con lo que estas tropas están realmente pasando hambre. Y la principal línea de aprovisionamiento pasa por la provincia de Salamanca donde gobierna el general Thiebault. Este ha tenido que "lidiar" con los "Lanceros de Castilla" de don Julián Sánchez "El Charro" y "La Legión de Castilla" de don Tomás García Vicente.

Villar y Macías nos indica en su "Historia de Salamanca":
El 24 de Enero de 1811 hicieron desocupar su colegio a las niñas huérfanas y encerraron en él a muchos párrocos y otros clérigos del obispado, que no habían satisfecho la contribución. En este mes murieron en los hospitales cuatrocientos sesenta y ocho franceses Y el 26 de Febrero Martes de Carnaval hicieron tres prisioneros en Tejares los lanceros, infatigables como siempre en sus correrías....

Como se ve las tropas españolas no daban tregua... Y eso que según las memorias de Thiebault, don Julián no sale muy bien parado, ya que según el general francés el Charro y sus lanceros estuvieron a "puntito" de pasarse al enemigo, precisamente por estas fechas, hace ahora 200 años.

Pero eso y las discrepancias y animadversiones entre dos guerrilleros salmantinos, uno ahora famoso (don Julián Sánchez) y otro casi desconocido (don Tomás García) lo dejaremos para otra ocasión.


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20 de enero de 2011

Robert Craufurd

Hace ya más de un año me propuse escribir un artículo sobre este general inglés que sucumbió en Ciudad Rodrigo el 24 de Enero de 1812 como resultado de las heridas que sufrió en el asalto de las tropas inglesas a dicha ciudad que se produjo durante la noche del 19 al 20 de Enero de dicho año. El artículo estaba (está) destinado a complementar/reemplazar en Wikipedia al que existe en la actualidad y que, redactado desde Argentina, apenas trata lo más importante, a mi juicio, de la vida de Robert Craufurd, que es su periodo al mando de su famosa Brigada Ligera (más tarde División Ligera -Light division-) por tierras portuguesas y españolas.


Primeros años

Robert Craufurd nació el 5 de Mayo de 1764 en el castillo de Newark, una propiedad de la familia adquirida por sus bisabuelos James Craufurd y Anna Kennedy en 1687 y que se encuentra a unos tres kilómetros al sur de la ciudad de Ayr, capital del condado de Ayrshire. Fue el tercero de los cuatro hijos que tuvieron Jane Crockatt de Luxborough y su esposo Alexander Craufurd de Newark, que a partir del 8 de Junio de 1781 se convertiría en el primer Barón Craufurd de Kilbirney. Tras vender la posesión de Newark los Craufurd se trasladaron a Inglaterra.

Fueron sus hermanos James, Charles y Daniel. El primero heredó el título de Barón y sirvió en la carrera diplomática desempeñando el cargo de Residente Británico.-agente diplomático cuya categoría es inmediatamente inferior a la de ministro plenipotenciario- en Hamburgo desde 1798 a 1803 y posteriormente como ministro plenipotenciario en Copenhague (Dinamarca). Charles dedicó su vida, como lo hicieron también sus hermanos menores, a la carrera militar, alcanzando el rango de Teniente General. El más pequeño de los hermanos, Daniel, desapareció en el mar, presumiblemente en un naufragio ocurrido hacia 1810.

A los quince años de edad, Robert ingresó en el 25º Regimiento de Infantería como portaestandarte, alcanzando el grado de teniente en 1781. Dos años más tarde sería ascendido a capitán obteniendo el mando de una compañía en el 75º Regimiento de Infantería. Aprovechando un cierto periodo de paz en esa época a consecuencia de la cual se encontraba en estado de «media paga» cursó estudios en la Universidad de Gotinga (Alemania) junto con su hermano Charles. El propio rey de Prusia Federico el Grande, permitió a los dos hermanos Craufurd asistir a diversas maniobras llevadas a cabo por su ejército. Visitaron también los principales teatros de operaciones bélicas del continente europeo, profundizando simultáneamente en el conocimiento de la lengua alemana y en los temas militares. Tradujeron entre los dos uno de los más famosos tratados alemanes del arte de la guerra, el escrito por Johann Gottlieb Tielke sobre la Guerra de los Siete Años (1756-1763) entre Prusia, Austria y Rusia.

Tercera Guerra Anglo-Mysore

A su regreso del continente europeo, se embarcó hacia la India como componente del 75º Regimiento de Infantería participando en la campaña de Lord Cornwallis contra el sultán Fateh Ali Tipu (1750-1799), llamado comúnmente «el tigre de Mysore». Las acciones bélicas se enmarcan en lo que se conoce como Tercera Guerra Anglo-Mysore que se desató entre dicho reino del sur de la India, y la Compañía Británica de las Indias Orientales. La contienda se desarrolló entre los años 1789 y 1792, participando activamente Robert Craufurd en los tres últimos y distinguiéndose por sus acciones, llegando a tomar el mando del regimiento durante algún tiempo como capitán más veterano del mismo. La guerra terminó con el tratado de Seringapatan por el que el sultán cedió la mitad de sus tierras a los británicos.

En el Cuartel General austriaco

Robert Craufurd volvió a Inglaterra en 1794. Acto seguido fue destinado como ayudante de su hermano Charles, entonces ya coronel, que se encontraba como enlace británico en el Cuartel General del ejército de Austria. En esa época, Europa estaba inmersa en las denominadas Guerras Revolucionarias Francesas o guerras de coalición que se sucedieron tras el inicio de hostilidades entre el gobierno revolucionario francés y Austria en 1792 y que continuaron casi ininterrumpidamente hasta la firma del Tratado de Amiens en 1802. Estuvieron presentes, por tanto en diversas acciones militares como las acciones del río Lahn, el combate de Neumarkt y la batalla de Amberg. En esta última, ocurrida el 26 de Agosto de 1796, y en la que las tropas del Archiduque Carlos de Austria derrotaron a las francesas al mando de Jean Baptiste Jourdan, resultó herido de consideración Charles Craufurd. Esta herida le haría abandonar definitivamente el servicio activo, cortando así una carrera prometedora. Como consecuencia de este hecho, Robert Craufurd  fue encargado de continuar la labor encomendada inicialmente a su hermano en el Cuartel General del ejército austriaco. Al regresar a Inglaterra, fue ascendido a Teniente Coronel. Ocurría ésto, en Diciembre de 1797.

Irlanda, 1798

En 1798, con ocasión de la Rebelión de los Irlandeses Unidos, fue nombrado Adjunto a la Intendencia General en Irlanda. Sus servicios durante la represión de esta insurrección fueron ampliamente reconocidos por el que fuera su anterior jefe Lord Cornwallis y también por el General Lake, especialmente por los prestados en las operaciones contra el general francés Humbert que había desembarcado en Irlanda con un cuerpo expedicionario de unos 1000 hombres y que, tras el éxito inicial de Castlebar, fue ampliamente derrotado en la batalla de Ballinamuck.

Con Suvorov y el duque de York, 1799

En 1799 actuó como agregado militar británico en el Cuartel General de las tropas rusas al mando de Suvorov en el trascurso de la Segunda Guerra de Coalición (Guerras Revolucionarias Francesas) durante la campaña que los ejércitos aliados desarrollaron en territorio helvético. Posteriormente, durante el mismo año sirvió en el Estado Mayor de la Expedición Anglo-Rusa a Hollanda, denominada también Expedición Helder, bajo el mando del Duque de York. Esta desafortunada invasión se desarrolló entre el 27 de Agosto y el 19 de Noviembre de 1799. Las fuerzas anglorusas desembarcaron en el norte de Holanda (entonces, república de Batavia y aliada de Francia) enfrentándose a las tropas francesas con resultados equilibrados, hasta que tras la batalla de Castricum el duque de York decidió realizar una retirada estratégica hacia la cabeza de puente original y que permitió a las tropas expedicionarias, tras llegar a un acuerdo de no agresión con el mando del ejército francés, embarcar y regresar a Inglaterra. La actuación de Robert Craufurd en esta campaña mereció también la total aprobación de su comandante, aumentando de esta forma su ya gran reputación.


Matrimonio e hijos

El 7 de Febrero del año 1800 Robert Craufurd se casó con Mary Frances Holland, hija del arquitecto Henry Holland de Hans Place, Chelsea, Londres. Se da la curiosa circunstancia de que el mismo día contrajo también matrimonio su hermano Charles Craufurd con Lady Anna Maria Stanhope, hija del conde de Harrington y viuda de Thomas Pelham-Clinton, duque de Newcastle.
Del matrimonio de Robert y Mary Frances nacieron una hija, Louise Marie Frances, y tres hijos, Charles Henry, Robert y Alexander Quentin. Uno de los ocho hijos del Reverendo Charles Henry, el también Reverendo Alexander Henry Craufurd publicó la biografía de su abuelo bajo el título de «Robert Craufurd and his Light Division» (Robert Craufurd y su División Ligera). En este libro se nos cuenta como el Mayor General Robert Craufurd padecía con relativa frecuencia ataques de depresión y tristeza mental, acompañados a veces de un caracter muy violento, heredado, parece ser, de su padre Alexander. Dichas circunstancias, hicieron que fuese a veces un hombre bastante impopular (según nos cuenta George Napier, que estuvo a sus órdenes), pero que tuvo como resultado inmediato un fortalecimiento de la disciplina y del sentido del deber en las tropas a su mando, que nunca ha sido igualado por ninguna otra División del ejército británico.

== Diputado ==

En 1801, siendo Teniente Coronel del 60º Regimiento de Infantería, pasó al estado de «media paga» y se dispuso a entrar en política como miembro del Parlamento por East Retford, municipio del condado de Nottinghamshire. Consiguió el puesto en una reñida elección no exenta de polémica. El escrutinio de la votación fue el siguiente: R. Craufurd, 85 votos; J. Jaffray, 77; W. Bowles, 67 y H. Bouham, 58. Así pues, fueron declarados electos los dos primeros. Hubo una protesta de los dos candidatos perdedores ante la Cámara de los Comunes, que tras formarse la correspondiente comisión de investigación, no prosperó. Quizás influyó en todo el asunto el hecho de que su hermano Charles estaba casado con la viuda del duque de Newcastle, que era el propietario de dicho municipio.
Poco después de reunirse el Parlamento, tomó parte activa en los debates de la Cámara, actuando en conjunción con su amigo, el liberal William Windham, muy especialmente cuando los debates tocaban asuntos militares. Fue un crítico constante de la política del entonces primer ministro William Pitt, el Joven. Así, en diciembre de 1803 se opuso tenazmente a la prórroga del decreto que establecía la ley marcial en Irlanda, alegando que la rebelión ya había sido sofocada y que el pueblo irlandés esperaba actos de clemencia y no la renovación de medidas coercitivas, que solo conseguirían mantener vivos los sentimientos de animosidad hacia los ingleses.

== Expedición a Buenos Aires ==

El 23 de Enero de 1806 murió el primer ministro William Pitt, del partido conservador, siendo elegido para sustituirle William Wynham Grenville, del partido liberal, que formó un gabinete de unidad nacional -denominado «Ministerio de Todos los Talentos»-, en el que William Windham, el amigo y compañero de debates parlamentarios de Craufurd, ocupó el cargo de Secretario de Estado de Guerra y Colonias. Este hecho propició que Robert abandonase su escaño en el Parlamento y volviese al servicio activo. Había sido promovido a coronel el 30 de octubre de 1805. Era por consiguiente, un coronel sin experiencia como tal, cuando Windham le confió el mando de una gran fuerza con la intención de realizar importantes operaciones hacia finales del año 1806 en Sudamérica. Este hecho provocó recelos en no pocos miembros del ejército de rango superior al suyo y que se encontraban en expectativa de destino, así como en la oposición política.

El objetivo de los expedicionarios era atacar las colonias hispanas en América. En concreto, ésta operación se dirigiría contra Chile, desde donde Craufurd actuaría en conjunción con las tropas de Beresford que habían tomado Buenos Aires unos meses antes. La expedición embarcó en el puerto de Falmouth el 12 de Noviembre de 1806. Constaba de unos 4.200 hombres. Cuando en marzo de 1807 Craufurd llegó a Ciudad del Cabo, se encontró con una modificación sustancial del plan inicial, ya que las tropas de Beresford habían claudicado en Buenos Aires ante las fuerzas de los colonos. Las nuevas órdenes de Windham indicaban que debía ponerse bajo el mando del general Samuel Auchmuty que estaba ya en acción en Montevideo. En consecuencia Craufurd se dirigió a este punto. Entre tanto el Gobierno creyó conveniente enviar un nuevo comandante en jefe, el general Whitelocke, que llegó a Montevideo el 10 de mayo de 1807, a bordo de la fragata Thisbe, Con él llegaría también el general Gower que sería el segundo en el mando. Quedaron a la espera de la llegada de Craufurd con sus tropas. Cuando esto se produjo, y sin concederle apenas descanso, Whitelocke ordenó el comienzo de las operaciones.

En la expedición a Buenos Aires, Craufurd tendría bajo su dirección a la «Brigada Ligera»  que formaría la vanguardia del ejército. Las fuerzas inglesas desembarcaron en Ensenada el 28 de Junio y tras evitar la confrontación con las mal colocadas fuerzas del virrey Liniers se dirigieron a Buenos Aires. Liniers retrocedió rápidamente a fin de interceptarlas dirigiéndose hacia los Corrales de Miserere. Allí, las experimentadas fuerzas de Craufurd atacaron a bayoneta calada y destrozaron las líneas de Liniers en pocos minutos, tomándole ocho cañones y dispersando sus fuerzas. Craufurd tenía vía libre para llegar a Buenos Aires. En esa situación, se produjo una de las varias controvertidas decisiones de Whitelocke que le ordenó detenerse. El ejército inglés estuvo parado varios días mientras se fueron reagrupando sus fuerzas. Mientras tanto los habitantes de Buenos Aires organizaron la defensa de la ciudad construyendo trincheras y barricadas. Cuando Whitelocke ordenó el ataque a la ciudad cometió además otro error de bulto: fraccionar sus fuerzas en varias columnas que atacaron la ciudad por diferentes puntos y además sin comunicación alguna entre ellas. Craufurd con sus hombres logró llegar a su objetivo, pero la encarnizada resistencia de las fuerzas defensoras de la ciudad le obligó a buscar refugio en el convento de Santo Domingo. El resto de las columnas sufrió peor suerte, lo que forzó al general Whitelocke a firmar la capitulación el día 7 de julio. Craufurd quedó prisionero.

Tras su liberación y regreso a Inglaterra, Craufurd es llamado a declarar en el juicio que se seguirá para investigar la conducta del que fuera comandante en jefe de la Expedición a Buenos Aires, teniente general  John Whitelocke, que comenzó en el Chelsea College el jueves 28 de Enero de 1808. La investigación duró hasta el martes 15 de Marzo y en sus conclusiones el tribunal le declara culpable, y dispone que sea dado de baja del ejército, ordenándose además que la sentencia sea leída a todos los regimientos.

== La retirada de Moore ==

El 9 de Octubre de 1808, embarca Craufurd en el puerto de Falmouth con destino a España. Forma parte de la expedición que Inglaterra envía a la península ibérica para reforzar las fuerzas de Sir John Moore, entonces en Portugal. Las tropas al mando de Sir David Baird están formadas por unos once mil hombres. Navegan en unos 150 barcos de transporte escoltados por las fragatas Louis, Amelie y Champion. La expedición llega al puerto de La Coruña el 13 de Octubre de 1808, pero debido a diferentes problemas con las autoridades españolas no reciben permiso para desembarcar hasta el día 24 de dicho mes. Pocos días después Craufurd salió con sus hombres hacia Lugo. Mientras tanto, el ejército de Moore estacionado en los alrededores de Lisboa se pone en marcha a fin de trasladarse a tierras españolas, estableciendo su cuartel general en Salamanca.
A finales de noviembre Baird se encuentra ya en Astorga. Las noticias que va recibiendo Moore acerca de las derrotas de los ejércitos españoles le hacen tomar la decisión de replegarse y así se lo hace saber a Baird, que retrocede a Villafranca. No obstante, dos días después Moore tiene conocimiento de que los franceses desconocen totalmente la situación del ejército ingés, vislumbrando entonces la posibilidad de atacar al Cuerpo de Ejercito de Soult que se encuentra en el norte de la provincia de Palencia y bastante aislado del resto de tropas francesas. En consecuencia le comunica a Baird que dé media vuelta y avance con sus tropas hasta confluir con él. La reunión ocurre en Mayorga (Valladolid) al atardecer del día 19 de Diciembre. Acto seguido, Moore reorganiza las Divisiones a su mando, organizando además dos brigadas independientes, una al mando de Craufurd y otra dirigida por Alten, que se encargarán de la vigilancia de los flancos y retaguardia. Acto seguido inicia el avance contra Soult. El 21 de Diciembre los ingleses desalojan a las vanguardias francesas de Sahagún y se disponen a avanzar contra el 2º Cuerpo de ejército. De nuevo le llegan noticias a Moore. En este caso preocupantes. Napoleón, que se encontraba en Madrid, ha sabido que los ingleses no estaban retirándose hacia Lisboa como el suponía sino que se encontraban en Castilla y avanzando contra Soult. Y decide atacarlos. Sale de Madrid a marchas forzadas y con un tiempo infernal. Las nuevas circunstancias aconsejan a Moore una retirada general. Elige hacerlo hacia Galicia. Da comienzo, por tanto, una carrera contra el reloj. Los ingleses para escapar. Los franceses para evitarlo.
El 24 de Diciembre parte del ejército inglés comienza el repliegue hacia Mayorga y Benavente. Otra parte lo hace hacia Valencia de Don Juan. La División de reserva, la brigada de Craufurd y la caballería de lord Paget cubren la retirada. Son, por tanto, las fuerzas encargadas de vigilar la retaguardia y detener a las avanzadillas francesas. El 26 de Diciembre Craufurd llega a Castrogonzalo. Su misión es defender el puente sobre el Esla y cuando hayan pasado las últimas unidades inglesas, destruirlo. Ese mismo día, las vanguardias francesas de Ney llegan a Mayorga, es decir, a 36 km al NE de Craufurd. El 27 cruzan el puente los últimos rezagados y la caballería. Craufurd dispone que la mitad de sus hombres se sitúen en la orilla izquierda para hostigar a las avanzadas de caballería francesa, mientras la otra mitad inicia las tareas de minado y demolición del puente bajo unas condiciones meteorológicas muy adversas (lluvia y nieve). Al anochecer del día 28 de Diciembre el puente queda inutilizado al destruirse dos de sus arcos. La destrucción de este puente fue providencial para el ejército inglés, que dispuso de unos días extras para alejarse de la persecución de Napoleón, que llegó a Castrogonzalo un día después.
El día 31 de Diciembre confluyen en Astorga las dos columnas inglesas en retirada y también las tropas españolas al mando del Marqués de la Romana. Moore decide seguir replegándose.  La lluvia, el frío, las montañas nevadas, los caminos impracticables,... van a hacer que la travesía sea un verdadero calvario. El grueso de las tropas se retira hacia La Coruña atravesando el puerto del Manzanal y siguiendo la ruta de Cacabelos, Villafranca, Lugo, Betanzos. Las brigadas de Craufurd y Alten lo hacen por el puerto de Foncebadón hacia Orense y Vigo. Detrás de éstos y también en dirección Orense lo hace el ejército español. El 7 de Enero Craufurd alcanza Orense. Cinco días después, el 12 de Enero, llega a la ciudad de Vigo donde les espera parte de la flota inglesa en la que embarca camino de Inglaterra. Moore no tiene tanta suerte. Llega un día antes, el 11 de Enero de 1809, a La Coruña, pero los barcos no están allí. Un fuerte viento está dificultando su llegada desde el puerto de Vigo. Soult le va pisando los talones y se presenta ante la ciudad el día 12, así que Moore se ve obligado a fortificarse para defenderse de los franceses. Los barcos llegan el día 14, comenzando el embarque de la artillería así como los soldados enfermos y heridos. Dos días después, el día 16 de Enero de 1809, Soult ataca. Es la batalla de Elviña. Los ingleses se defienden bien y rechazan a los franceses, pero en el transcurso de la lucha, Moore cae herido por una bala de cañón, falleciendo pocas horas después. Los ingleses logran embarcar y salvar así la mayor parte de su ejército. No obstante perdieron en la campaña cerca de seis mil hombres.

== La gran marcha ==

Tras su regreso a Inglaterra, no permaneció Craufurd inactivo durante mucho tiempo. La brigada bajo su mando fue embarcada en Dover el 25 de Mayo de 1809 con destino a Portugal. Tras varios retrasos y paradas intermedias a consecuencia del mal tiempo la expedición llegó al puerto de Lisboa el 28 de Junio de 2009. Su brigada formará parte del ejército inglés al mando de Sir Arthur Wellesley, duque de Wellington que se encamina hacia España dispuesto a enfrentarse a las tropas francesas en el valle del río Tajo. Tras prepararse para la marcha, inició esta el 2 de Julio. La ruta que siguió la brigada fue Santarem, Abrantes, Castello Branco. El 20 de Julio alcanza territorio español llegando a la localidad de Zarza la Mayor en la provincia de Cáceres. El 22 de julio llega a Coria. Los días siguientes continúa su camino a fin de integrarse en el ejército del Duque de Wellington, que está a punto de enfrentarse a las fuerzas francesas en Talavera de la Reina. Hasta aquí fue una marcha digamos normal, en cuanto a velocidad se refiere. Había recorrido unos 400 kilómetros en 24 días.Eso sí, en pleno verano y por tanto en unas condiciones de calor muy intenso. El día 28, justo cuando comenzó la batalla, la Brigada Ligera debía encontrarse cerca del río Tiétar, al norte del actual Parque de Monfragüe, y por tanto a unos cien kilómetros de distancia. El lejano sonido de los cañones y las informaciones suministradas por viajeros que iban en sentido contrario le hicieron comprender a Craufurd que se estaba librando una gran batalla. En consecuencia, ordenó a sus hombres una marcha rápida, que ha pasado a los anales de la historia ya que recorrieron 62 millas (casi cien kilómetros) en apenas 26 horas, con unas condiciones durísimas, en pleno verano, con un calor axfisiante y llevando cada soldado sobre sus hombros una carga de más de 20 kilos. A pesar de la extenuante marcha, Craufurd llegó cuando ya la lucha había terminado. El campo de batalla estaba sembrado de cadáveres y soldados heridos. Muchos de estos murieron además quemados al incendiarse la hierba seca.
Nada más llegar a Talavera la mayor parte de la brigada de Craufurd es encargada de la vigilancia y protección de los puestos avanzados, algo para lo que está muy bien preparada, como lo reconocerá posteriormente el propio Wellington. Otra parte de la brigada se dedica a tareas de cremación de cadáveres.
Tras la batalla, y ante la inminente llegada de otro cuerpo de ejército francés al mando de Soult, Wellington se retira hacia el Sur. La brigada de Craufurd es la encargada de cubrir la retaguardia. Mientras el grueso del ejército se encamina hacia Badajoz por Deleitosa, Craufurd se dirige a Almaraz a fin de proteger el puente sobre el río Tajo y preparar la defensa del puerto de Mirabete.
En Septiembre de 1809 la brigada está estacionada en Campo Maior (Portugal) a unos 16 kilómetros al noroeste del Cuartel General del ejército inglés, situado en Badajoz (España) donde permanecerá hasta primeros de Diciembre.

== Entre los ríos Coa y Águeda ==

El 4 de Enero de 1810, la Brigada Ligera llega a Pinhel (Portugal) cerca de la orilla izquierda del río Coa. Una vez más, Craufurd será el encargado en los próximos meses de establecer una serie de puestos avanzados entre los ríos Coa y Águeda, desde los que observar y controlar los movimientos del VI Cuerpo de Ejército francés al mando del mariscal Ney en los preparativos y posterior asedio a Ciudad Rodrigo (España). Mientras tanto Wellington fija su cuartel general en Viseu (Portugal).

El 22 de Febrero, Wellington, cuyo cuartel general ha situado en Viseu (Portugal), transforma la brigada de Craufurd en división, añadiéndole a las fuerzas que ya disponía dos Batallones de Cazadores portugueses y un regimiento de caballería (Húsares alemanes). A partir de ese instante lo que constituía la denominada Brigada Ligera pasa a ser conocido como División Ligera. A medida que los franceses van avanzando en sus preparativos para sitiar Ciudad Rodrigo, el grueso de las fuerzas de Craufurd pasa a la derecha del Coa y se sitúa entre éste río y el Águeda, cubriendo una línea de unos cincuenta kilómetros en territorio portugués que va desde Alfayates hasta Castello Rodrigo pasando por la fortificada ciudad de Almeida. Su misión era controlar tanto como fuera posible la orilla izquierda del Águeda, sobre todos los puentes y vados, así como apoyar y animar al gobernador de Ciudad Rodrigo, Andrés Pérez de Herrasti, a fin de que éste hiciese una buena defensa de la plaza. Todo esto contribuiría a retrasar la toma de Ciudad Rodrigo y Almeida, las ciudades fortificadas que los franceses necesitaban imperiosamente tomar antes de internarse en Portugal. eso proporcionaría un tiempo precioso a Wellington para poner a punto la linea defensiva de Torres Vedras.

En esta posición las fuerzas de Craufurd recibieron la inestimable colaboración de las gentes del país, especialmente de los guerrilleros de don Julián Sánchez, el Charro, que actuaban entre las diversos acantonamientos del ejército enemigo y proporcionaban a los ingleses información fidedigna de los movimientos franceses. También colaboraban con Craufurd las fuerzas españolas de la pequeña divisón de La Carrera situadas en el curso alto del río Águeda.

El 19 de marzo de 1810, las avanzadas de la División Ligera situadas en Barba de Puerco (en la actualidad se llama Puerto Seguro) en misión de vigilancia y defensa del puente existente entre dicho municipio y el de San Felices de los Gallegos tuvieron el primer encontronazo serio contra los franceses, en lo que se suele conocer con el nombre de «acción de Barba de Puerco». Dicho puente era uno de los cuatro que permitían cruzar el curso del río Águeda. El cauce de éste en esta zona es muy profundo y accidentado por lo que Craufurd estimaba que cuatro compañías del 95 de Rifles serían sificientes para su defensa. Al anochecer de dicho día, el general francés Ferey atacó el puente con una fuerza de unos 600 granaderos. Tras un cierto éxito inicial, debido a lo inesperado del ataque, los ingleses contraatacaron y lograron rechazarlo. La acción se saldó con casi sesenta bajas (muertos y heridos) de las cuales dos terceras partes, es decir unos cuarenta, correspondieron a los franceses.

El 25 de Abril Ney al frente del Sexto Cuerpo de ejército francés se presentó por segunda vez ante Ciudad Rodrigo, dispuesto a formalizar el que sería el asedio definitivo de la ciudad. Durante el mes de mayo llegó a la zona también el Octavo Cuerpo al mando de Junot cuya misión sería vigilar al ejército anglo-portugués por si éste decidía atacar para ayudar a los asediados. La División Ligera de Craufurd era la vanguardia de los ingleses y había avanzado sus líneas estableciendo puestos avanzados en Gallegos de Argañán y Espeja, a menos de 20 km de Ciudad Rodrigo. El 25 de Junio las baterias francesas abren fuego contra las murallas de Ciudad Rodrigo y Craufurd decide retirarse hacia posiciones un poco más alejadas y más seguras. El 10 de Julio Ciudad Rodrigo capitula y los franceses toman Ciudad Rodrigo. Las tropas españolas al mando de Martín de la Carrera y Julían Sánchez que se habían unido a Craufurd abandonan a los ingleses desilusionados porque estos no habían acudido en auxilio de Ciudad Rodrigo.

Ese mismo día, tiene lugar una acción entre franceses e ingleses con resultado más bien desfavorable para éstos y que originó una serie de críticas hacia Craufurd y hacia la actuación de los regimientos de Caballería involucrados en la misma por parte de agunos sectores militares ingleses. Ante las cada vez más frecuentes incursiones de los franceses, Craufurd decidió tender una emboscada a una de esas avanzadillas en tareas de información y recogida de alimentos. El encuentro tuvo lugar en las inmediaciones de Villar de Puerco (en la actualidad Villar de Argañán). A pesar de la manifiesta superioridad de los ingleses, debido quizás a un ataque precipitado por parte de Craufurd que tuvo que efectuarse solo con la caballería ya que la infantería aún no había llegado al lugar, los 200 soldados de a pié franceses se defendieron muy bien causando una treintena de bajas a los ingleses y no sufriendo ellos ninguna, regresando además a sus posiciones. En contrapartida, los ingleses hicieron prisioneros a una treintena de jinetes franceses que apoyaban la acción. Entre los caídos por parte inglesa se encontraba el coronel Talbot del 14º regimiento de Dragones.

== La batalla del río Coa ==

Tomada Ciudad Rodrigo, los franceses inician los preparativos para ir contra la otra ciudad fortificada de Almeida que les estorba en su programada incursión en Portugal. Wellington le indica a Craufurd que sería deseable que pasase ya a la ribera izquierda del Coa y le aconseja que no busque un enfrentamiento directo con los franceses más allá de éste río. Craufurd no empezó a retirarse hasta el último momento, fiado de que los franceses irían en primer lugar contra Almeida y que no buscarían un enfrentamiento directo con él tan rapidamente, lo que le permitiría una retirada ordenada en cualquier momento. Pero los franceses iniciaron un rápido e inesperado ataque contra él de manera que no pudo retirarse sin luchar. Su situación no era buena, ya que tenía a un río no vadeable a sus espaldas.

La batalla comenzó al amanecer del día 24 de Julio tras una noche tormentosa y de lluvia torrencial. El ataque pilló por sorpresa a las fuerzas inglesas. La infantería tuvo que sufrir los embates de los franceses mientras los carros de transporte, la artillería, la caballería y los dos batallones de portugueses fueron enviados a cruzar el estrecho puente sobre el río Coa. Con fuertes pérdidas, los ingleses ganaron la orilla izquierda y se situaron estrategicamente en posiciones cercanas al puente detrás de las rocas, desde donde con un nutrido fuego de fusilería hostigaron fuertemente a las fuerzas francesas que intentaban atravesar inutilmente el puente en reiterados intentos, hasta que el gran número de muertos y heridos obligó al mariscal Ney a suspender el ataque. La batalla se saldó con unas quinientas bajas por bando, más un centenar de soldados ingleses que cayeron prisioneros

.... continuará .....




Imagen de Craufurd publicada en el libro "General Craufurd and his Light Division" escrito por uno de sus nietos (Rvdo. Alexander H. Craufurd) y publicado en 1891.


Fue realmente Craufurd uno de los oficiales ingleses que simpatizaban abiertamente con la causa española. Deseó fervientemente haber ayudado más a los defensores de Ciudad Rodrigo en el asedio francés de 1810 en contra del parecer de su superior el duque de Wellington.

Sus restos fueron enterrados en la brecha pequeña, justo a la derecha de la Puerta de Amayuelas. Desde hace unos años una placa colocada en dicho lugar rememora su muerte.

19 de enero de 2011

Henry MacKinnon

La "Gran Brecha"
Cuando a las siete de la tarde-noche del 19 de Enero de 1812 Wellington dió la orden de asalto a Ciudad Rodrigo, las tropas inglesas se lanzaron contra los franceses que defendían la ciudad por las dos brechas practicadas por la artillería durante los días previos. Henry Mackinnon estaba al mando de una de las brigadas de la División Picton que penetró en la ciudad por el mismo lugar por el que habían abierto brecha los franceses año y medio antes, mientras las tropas de la divisón Ligera del General Craufurd atacaron la denominada "brecha pequeña" situada a la izquierda de la anterior a escasos cien metros de la misma.

Desgraciadamente ambos generales perecieron a causa de la lucha. Mackinnon lo hizo el mismo día 19 a consecuencia de la explosión de una mina. Su cadáver no fue encontrado hasta el amanecer del día siguiente. Inicialmente recibió sepultura en la propia brecha, aunque días más tarde fue desenterrado y sus restos fueron trasladados a Espeja donde recibió sepultura. Craufurd también falleció, pero unos días más tarde a consecuencia de las heridas recibidas en los momentos iniciales del asalto.

Pero de Craufurd hablaremos mañana.

Major General Henry Mackinnon

3 de enero de 2011

La Fiesta de los Toros en Salamanca y Ciudad Rodrigo durante la Guerra de la Independencia

El presente artículo me ha sido remitido via email por Dionisio Fernández de Gatta Sánchez. Se trata según sus indicaciones de un resumen de un trabajo más amplio que presentó en el Congreso sobre la Guerra de la Independencia celebrado en Ciudad Rodrigo en el pasado mes de octubre. Trata como nos indica su título sobre las fiestas de toros celebradas en Salamanca y Ciudad Rodrigo durante el periodo en que se desarrolla la Guerra de la Independencia.


LA FIESTA DE LOS TOROS EN SALAMANCA Y CIUDAD RODRIGO
DURANTE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
(1)

Dr. Dionisio FERNÁNDEZ DE GATTA SÁNCHEZ
Profesor Titular de Derecho Administrativo. Facultad de Derecho.
Universidad de Salamanca.



I) LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA NO IMPIDIÓ LAS FIESTAS.

La Guerra de la Independencia (2) provocó la muerte y destrucción por toda España durante su larga duración (1808-1814), debido a las importantes y encarnizadas batallas, la devastación de ciudades y pueblos, la ruina de infraestructuras, la práctica liquidación del comercio y la desaparición casi total de la hacienda pública.

Tales situaciones naturalmente se dieron en Salamanca y Ciudad Rodrigo, debido a su importancia estratégica, a los duros asedios y encarnizadas batallas, a la actividad del ejército francés y de las tropas anglo-hispano-portuguesas, a las incisivas acciones de las partidas de guerrilleros y a la correspondiente ruina física, económica y social .(3)

No obstante, y a pesar de la sistemática destrucción de la Nación y de sus bienes y de la muerte de sus habitantes, la vida cotidiana continuó en esta España desgarrada por la guerra. La población y especialmente sus dirigentes políticos tratan de mantener la cotidianeidad y normalidad diaria, de forma muchas veces más aparente que real, en la que no faltarán las fiestas, especialmente y como elemento central las corridas de toros y novillos, que continuarán celebrándose por toda España en los años de la Guerra de la Independencia, tanto en la parte francesa como en la dominada por los aliados.

II) TOROS EN ESPAÑA DURANTE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA.

Las fiestas de toros más importantes durante la época de José Bonaparte y de Fernando VII (4) se celebraron principalmente en Madrid, en la plaza de la Puerta de Alcalá, que fue edificada por Fernando VI, inaugurada en 1749 ó 1754, y derribada en 1874, aunque también las hubo en otras ciudades; y ello a pesar de haber sido prohibidas por Carlos IV en 1805 . (5)

La mayoría de las corridas de toros se organizaron como parte de conmemoraciones solemnes celebradas, p. ej., en honor de las proclamaciones de José Bonaparte y Fernando VII, para congraciarse con el pueblo, por la victoria de los correspondientes ejércitos o por la entrada de las tropas en las ciudades, y en honor de sus generales. Habitualmente es la Corporación municipal la que asume la organización de los festejos taurinos, y en muchas ocasiones también los gastos, de acuerdo con las costumbres y usos existentes; celebrándose ya en 1808 diez corridas de toros, aunque en 1809 no habrá fiestas taurinas en la Corte por el viaje que José I realizó a Andalucía.

No obstante, las corridas de toros se reanudan en Madrid en 1810, al regresar José I de Sevilla, por lo que la Administración municipal inicia de nuevo los preparativos con un acuerdo del Ayuntamiento, en Abril, sobre “lo que hay que hacer previamente para dar la primera corrida cuando el Rey lo ordene”, incluyendo un interesante “plan general y total de detalles precisos para preparar una corrida en cualquier ocasión que pueda ofrecerse” o “instrucciones generales para casos del porvenir” (relativas a la preparación de la corrida, el cartel anunciador, los vendedores en la plaza y la recaudación de localidades, la inspección de la plaza, el administrador, los cobradores y la tropa, la cirugía y la santa unción, enfermería y la entrega de los talegos). Además, en Junio, el Ministro del Interior solicita al Corregidor de Madrid “el plan ó reglamento que ha regido hasta aquí en las fiestas de toros”; elaborándose en respuesta al anterior un documento sobre “la práctica constantemente observada hasta aquí, en la celebración de las funciones de toros en Madrid”, que constituye un interesante antecedente de la futura reglamentación taurina, al incluir prescripciones sobre la organización del festejo, reconocimiento arquitectónico de la plaza, solicitud de tropa suficiente, prevenciones al Alguacil Mayor para despejar la plaza, cartel de la corrida, obligación de dar parte al Ministerio o al Gobernador de lo acontecido en el festejo, se asigna la presidencia y el mando de la plaza al Corregidor, y ciertas “advertencias precisas respecto de los toreros” (relativas a los picadores, escrituración de los mismos, antigüedad, salarios, sobresalientes, espadas, cuadrillas de banderilleros, ganaderías, localidades y precios, billetes y aviso al público sobre su venta). En este año se celebrarán sobre 12 festejos taurinos, algunos de ellos con toros de la prestigiosa ganadería de D. Vicente Bello, de Palacios Rubios, cerca de Peñaranda de Bracamonte (Salamanca) (6) ; continuando las fiestas de toros en 1811, con 27 festejos, 3 en 1812, 11 en 1813 y 7 en 1814. Es decir, en Madrid, durante los años de la Guerra se celebraron sobre 70 corridas de toros y novillos.

Siendo Madrid la ciudad en que se celebraron la mayor parte de las corridas de toros durante los años de la guerra, no fue la única, ya que las hubo por toda España, especialmente en Andalucía, por el viaje de José Bonaparte, en El Puerto de Santa María, Ronda, Medina Sidonia, Sevilla, Málaga o Cádiz; así como en Burgos en 1808, en Arévalo (Ávila) en 1811, o, p. ej., en Zaragoza en 1812.

III) LAS FIESTAS DE TOROS EN SALAMANCA Y EN CIUDAD RODRIGO DURANTE LA ÉPOCA DE LA GUERRA.

Las ciudades de Salamanca y Ciudad Rodrigo sufrieron desastres físicos y humanos muy graves durante la Guerra de la Independencia, al ser ocupadas alternativamente por los ejércitos franceses y aliados, y fueron objeto de encarnizadas batallas, bombardeos y saqueos. Situación obviamente no muy propicia para la celebración de fiestas, aunque sí se organizaron algunas, y entre ellas las fiestas de toros no podían faltar.

En Salamanca, como en otras partes de España, y a pesar de la situación, hubo distintas celebraciones en estos años, la mayor parte en conmemoración de hechos o circunstancias variadas, al sufrir ocupaciones tanto del ejército francés como de los aliados anglo-hispano-lusos. En general, los elementos de casi todas las celebraciones incluían un oficio religioso en la Catedral, algún acto de las autoridades civiles, una gran presencia festiva de los salmantinos en las calles, toros y fuegos artificiales e iluminación, aunque en ocasiones faltaron algunos . (7)

Antes del comienzo de la guerra, la caída de Godoy en el motín de Aranjuez, el 17 de Marzo de 1808, que se conoció en Salamanca el día 22, trajo consigo una algarabía general y festiva, suspendiéndose las clases en la Universidad, se borro el medallón dedicado al mismo en la Plaza Mayor, se celebraron varios oficios religiosos y, como no, las autoridades “no tuvieron más remedio que conceder que se corrieran varios toros”. Seguidamente, comenzada la guerra, y después de la victoria española en Bailén el 19 de Agosto, se conmemora el 7 de Octubre en la ciudad la constitución de la Junta Central (que se había formado el 25 de Septiembre en Aranjuez) con los consabidos novillos, entre otros festejos.

Más adelante, asimismo, la victoria aliada en la batalla de Tamames, el 18 de Octubre de 1809, y la entrada en Salamanca el día 25 del Duque del Parque también se celebró con novillos de cuerda. Pero también se conmemoraron con novillos algunos acontecimientos durante la ocupación francesa, como el nacimiento del Rey de Roma (cuyo padrino fue José Bonaparte, como Rey de España), en Marzo de 1811.

Más importantes fueron las celebraciones por la nueva Constitución de Cádiz entre el 1 y el 3 de Agosto de 1812 (días después de la importante victoria aliada en Los Arapiles, el 22 de Julio), en que se corrieron novillos de cuerda por las calles hasta llegar a la Plaza Mayor, en las tardes de los días 2 y 3; y más festejos taurinos en las últimas semanas de ese verano, así como el 18 de Septiembre, por la elección de diputados a Cortes.

En 1814, conforme se iba derrotando al ejército francés y finalizaba la guerra, hubo varias celebraciones en Salamanca, aunque sin referencias a festejos taurinos. Finalmente, y debido a los tumultos provocados en la ciudad por la deriva absolutista de Fernando VII, que se recrudecieron el 30 de Agosto, al grito de “toros, toros”, ante lo cual, y a pesar de la falta absoluta de recursos económicos, el Ayuntamiento inició la compra de toros y la contratación del conocido torero Juan Núñez Sentimientos, pero ante la imposibilidad de que viniera a Salamanca, por no concederle permiso para salir de Madrid, se suspendió la corrida de toros, con la plaza llena de aficionados y los toros en los toriles.

En la provincia de Salamanca, una de las ciudades que más sufrió los desastres físicos y humanos de la Guerra de la Independencia fue sin duda Ciudad Rodrigo, sobre la que el Mariscal Ney dirigió un devastador asedio que finalizó el 10 de Julio de 1810, y posteriormente se inició el segundo asedio, en Agosto de 1811, hasta que fue liberada el 19 de Enero de 1812 por el ejército de Wellington, llevándose a cabo un violento saqueo general de la ciudad (8). Fruto de esta desastrosa situación, la ciudad ciertamente no estaba para la celebración de muchas fiestas, aunque sí hubo alguna conmemoración de carácter religioso(9), e incluso un festejo taurino, pues en carta de 21 de Abril de 1812 dirigida a D. José Mª. de Carbajal para su remisión a la Regencia del Reino, se da cuenta de lo relatado, con fecha 10 de Abril, por el General D. Francisco Dionisio de Vives (Conde de Cuba, 1755-1840), a la sazón Gobernador de la Plaza (posteriormente será nombrado Capitán General de Cuba en 1823 y de Valencia en 1832) en relación con la toma de Badajoz, que se había producido el día 6 de Abril, y de las correspondientes celebraciones, ante la sorpresa del ejército enemigo (compuesto por cuatro mil hombres y seiscientos caballos, en continuo movimiento, se dice), que incluyeron el Te Deum con misa solemne, una corrida de novillos y baile general en el campo de Toledo(10).

Finalmente, algún otro festejo taurino hubo en la provincia de Salamanca en estos años, como la corrida de toros que su marido, el poderoso General Junot, dedicó a Dña. Laura Permon, Duquesa de Abrantes, en Ledesma el día de San Lorenzo de 1810.


Fiesta de Toros en España ó el matador corso en peligro. Anónimo. Hacia 1813.
“El toro español, sujeto por la cadena de la invasión, ya alanceado y sangrante, arremete furioso contra Napoleón, a quien golpea entre sus cuernos, derrotado, mientras contemplan el espectáculo todos los soberanos europeos humillados por el Emperador francés sin que falte entre ellos el propio Papa”.


Toreros de la época de José I Bonaparte. A. Lizcano.



Corrida de toros en España


Notas


1) Dedicado a los buenos amigos de Ciudad Rodrigo, pues sin ellos el Carnaval del Toro no sería el mismo.



2) ARTOLA, M., “La Guerra de la Independencia”, Ed. Espasa Calpe, Madrid, 2007; CAYUELA FERNÁNDEZ, J. G., y GALLEGO PALOMARES, J. Á., “La Guerra de la Independencia. Historia bélica y pueblo y nación en España (1808-1814)”, Ed. Universidad de Salamanca, Salamanca, 2008; CUENCA TORIBIO, J. M., “La Guerra de la Independencia: Un conflicto decisivo (1808-1814)”, 2ª ed., Ed. Encuentro, Madrid, 2008; MUÑOZ MALDONADO, J., “Historia política y militar de la Guerra de la Independencia de España contra Napoleón Bonaparte desde 1808 á 1814 (publicada de orden del Rei N. S.)”, Tomos I y III, Imprenta de J. Palacios, Madrid, 1833, y OMAN, C. W., “La Guerra de la Independencia en la Península Ibérica, 1808-1814”, en IBARRA Y RODRÍGUEZ, E. (Dir.), y otros, “Historia del Mundo en la Edad Moderna”, 2ª ed. española, Tomo VIII, Ed. Ramón Sopena, Barcelona, 1950, pp. 465-535.



3) Sobre el discurrir de la Guerra en estas zonas, ver CONDE DE TORENO, “Historia del levantamiento, guerra y revolución de España, Tomo III, Imprenta del Diario, Madrid, 1839”; ENCISO RECIO, L. M. (Comisario de la Exposición), “La Nación recobrada. La España de 1808 y Castilla y León” [Catálogo de la Exposición organizada por Caja Duero y la Junta de Castilla y León, Sala Caja Duero, Salamanca, Septiembre-Noviembre de 2008], Ed. Junta de Castilla y León, Valladolid, 2008; ESTEBAN DE VEGA, M., “La Guerra de la Independencia en Salamanca”, en CID CEBRIÁN, J. R. (Coord.), y otros, “La ciudad frente a Napoleón. Bicentenario del sitio de Ciudad Rodrigo de 1810. Estudios”, Ed. Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo y Diputación de Salamanca, Salamanca, 2010, pp. 60-71, y VARIOS AUTORES, “Las Guerras en Salamanca (siglos XVII a XX)”, Salamanca. Revista de Estudios, Monográfico, nº 40/1997. En relación con la actividad guerrillera, ver MARTÍN MAS, M. Á., “Los guerrilleros 1808-1814. La pesadilla española de Napoleón”, Ed. Andrea Press, Madrid, 2005; MARTÍNEZ LAÍNEZ, F., “Como lobos hambrientos. Los guerrilleros en la Guerra de la Independencia (1808-1814)”, Algaba Ed., Madrid, 2007, y BECERRA DE BECERRA, E., “Hazañas de unos lanceros. Diarios de Julián Sánchez El Charro”, Ed. Diputación Provincial de Salamanca, Salamanca, 1999.



4) CIRIA Y NASARRE, H., “Los toros de Bonaparte”, Imprenta Ducazcal, Madrid, 1903; ASÍN CORMAN, E., “Los toros josefinos: Corridas de toros en la Guerra de la Independencia bajo el reinado de José I Bonaparte (1808-1814)”, Ed. Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 2008, y FERNÁNDEZ DE GATTA SÁNCHEZ, D., “La fiesta de los toros en la época de la Guerra de la Independencia”, Comunicación remitida al Congreso Internacional sobre “La Guerra de la Independencia en el Valle del Duero: Los Asedios de Ciudad Rodrigo y Almeida”, organizado por la Junta de Castilla y León y celebrado en Ciudad Rodrigo y Almeida los días 5 a 8 de Octubre de 2010.



5) Sobre la historia taurina, ver COSSÍO, J. Mª., “Los Toros”, 20 tomos, Ed. Espasa Calpe, Barcelona, 2007 (especialmente, Vol. 4, “El Toreo”, Vol. 5, “La Historia”, y Vol. 6, “Reglamento y Plazas de Toros”); FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, T.-R., “Reglamentación de las corridas de toros. Estudio histórico y crítico”, Ed. Espasa Calpe, Madrid, 1987; FERNÁNDEZ DE GATTA SÁNCHEZ, D., “El Régimen Jurídico de los Festejos Taurinos Populares y Tradicionales”, Ed. Globalia Ediciones Anthema, Salamanca, 2009, y PLASENCIA FERNÁNDEZ, P., “La fiesta de los toros. Historia, régimen jurídico y textos legales”, Ed. Trotta, Madrid, 2000. Ver el texto de la prohibición y otros documentos y grabados en “La ciudad frente a Napoleón. Bicentenario del sitio de Ciudad Rodrigo de 1810” [Catálogo de la Exposición organizada por el Excmo. Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo, Palacio de los Águila, Ciudad Rodrigo, 22 de Mayo a 12 de Diciembre de 2010], Salamanca, 2010.



6) BELLO HERNÁNDEZ, A., “Los toros en el siglo XVIII. Ganadería de Don Vicente Bello de Palacios Rubios (1737-1805)”, Ed. Diputación de Salamanca, Salamanca, 2006.

7) PÉREZ DELGADO, T., “Salamanca en la Guerra de la Independencia: el vivir de una ciudad”, en TESSAINER TOMASICH, G. (Dir.), y otros, “Los Arapiles. Encuentro de Europa” [Jornadas de Estudio celebradas en Salamanca entre el 14 y el 17 de Mayo de 2002], Ed. Diputación de Salamanca, Salamanca, 2002, pp. 165-209.



8) CID CEBRIÁN, J. R. (Coord.), y otros, “La ciudad frente a Napoleón. Bicentenario del sitio de Ciudad Rodrigo de 1810. Estudios”, Ed. Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo y Diputación de Salamanca, Salamanca, 2010; DE NOGALES DELICADO Y RENDÓN, D., “Historia de la muy noble y leal ciudad de Ciudad Rodrigo”, Establecimiento Tipográfico de Á. Cuadrado y Rosado, Ciudad Rodrigo (Salamanca), 1882, págs. 147-186; HERNÁNDEZ VEGAS, M., “Ciudad Rodrigo. La Catedral y la Ciudad”, 2 Tomos, 2ª ed. ed. facsímil, Ed. del Excmo. Cabildo de la Catedral de Ciudad Rodrigo, Salamanca, 1982 (la primera ed. es de 1935), Tomo II, págs. 311-368; HORWARD, D., “Napoleón y la Península Ibérica. Los asedios de Ciudad Rodrigo y Almeida, 1810”, Ed. Diputación de Salamanca, Salamanca, 2006; MUIR, R., “Salamanca 1812. El triunfo de Wellington”, Ed. Ariel, Barcelona, 2003; martín mas, m. á., “Ciudad Rodrigo 1810. El desafío de Herrasti”, Ed. Almena, Madrid, 2007; PÉREZ DE HERRASTI, A., “Relación histórica y circunstanciada de los sucesos del sitio de la plaza de Ciudad-Rodrigo en el año 1810, hasta su rendición al exército frances”, Imprenta de Repullés, Madrid, 1814; ROBLEDO HERNÁNDEZ, R., “Salamanca, ciudad de paso, ciudad ocupada. La Guerra de la Independencia”, Ed. Gráficas Cervantes, Salamanca, 2003, y VILLAR Y MACÍAS, M., “Desde la Guerra de la Independencia hasta nuestros días”, Libro IX, “Historia de Salamanca”, 1887, Ed. facsímil de Editorial Librería Cervantes, Salamanca, 1975.



9) DE NOGALES DELICADO Y RENDÓN, D., “Historia de la muy noble y leal ciudad de Ciudad Rodrigo”, Establecimiento Tipográfico de Á. Cuadrado y Rosado, Ciudad Rodrigo (Salamanca), 1882, págs. 147-186; HERNÁNDEZ VEGAS, M., “Ciudad Rodrigo. La Catedral y la Ciudad”, cit., Tomo II, págs. 311-368; MUIR, R., “Salamanca 1812. El triunfo de Wellington”, cit.; ROBLEDO HERNÁNDEZ, R., “Salamanca, ciudad de paso, ciudad ocupada. La Guerra de la Independencia”, Ibíd., y VILLAR Y MACÍAS, M., “Desde la Guerra de la Independencia hasta nuestros días”, Libro IX, “Historia de Salamanca”, 1887, cit.



10) Agradezco a Juan Tomás MUÑOZ la referencia a este festejo en Diario El Adelanto de 7 de Octubre de 2010, y especialmente su generosidad al remitirme una copia de la carta original, de la que tomo los datos.