7 de julio de 2010

Pregón de Fiestas del año 1990

Reorganizando papeles, me encontré hace unos días, con unos folios que contenían el Pregón de Fiestas del año 1990 cuyo autor fue Luis González Carreño y que, a diferencia de los anteriores -y posteriores- a él, se pregonó en la Plaza de Toros. Aquí lo tenéis. He procurado respetar la forma en que estaba escrito -como si fuese un poema-, si bien he omitido la numeración de los 28  bloques en que estaba dividido.

AGOSTO 1.990
PREGÓN DE FIESTAS
VILLAVIEJA DE YELTES

Naci hace 47 años
a pocos metros de aquí.

Me pregunto
si he hecho algún mérito más,
para que me hayáis concedido
el honor que para mi supone
ser vuestro pregonero.

Yo creo que no.
De todas formas
"Gracias"

Quiero que mi pregón
sea un canto a Villavieja;
y para darle forma
he escrito un poema
que os leeré.

Pero antes permitidme
que escarbe en el pasado
y eche una mirada al presente.

Vais a dejarme contemplar
una serie de viejas fotos
rescatadas de un olvidado
cajón y relataros
lo que voy viendo en ellas
y quizas algo más;
pues ya sabéis aquello de:
"Un recuerdo trae otros."

Miro la primera fotografía
y os cuento:

Calle abajo, con andares
graciosos, va una moza.
El barreño cargado de ropa
a la cabeza
y los brazos en jarras.

Cruza la plaza,
se adentra en una calle,
se para ante una casa
y grita: " ¡Catalina!

Una voz desde dentro
le contesta:
"Huy, hija, hace ya un buen rato
que se fue."

La muchacha
emprende el camino
con dirección
al Caño Viejo.

La dueña de la voz,
una mujer vestida de negro
con abundantes canas,
se asoma a la
ventana y le lanza
a la moza:

"Vaya suerte.
Os ha salido el sol"

A la vez piensa
en unas manos ateridas de frío
que apenas pueden sujetar
un trozo de jabón,
hecho en casa,
con el que frotan una sábana
apoyada en una lancha
de piedra de granito,
que entra a medias
en el agua de la poza.

La mujer sacude la cabeza,
apartando el recuerdo.
Luego, mira en dirección contraria
y ve pasar un caninero.

"Mira hijo, ahi atrás dejas una."
El muchacho
se acerca a la cagada de perro,
la mete en el caldero
con ayuda de un palo
y sigue su paseo matinal,
mientras responde:
"Muchas gracias, señora, por el regalo"

Otra foto:

Un grupo de niños
alrededor de la lumbre
que arde en una cocina,
esperan ansiosos
los mocos de obleas
que una mujer inclinada
ante el fuego va cortando,
mientras espera
con los hierros trabados
que esté lista una oblea mas.

Las llamas del fuego
iluminan la cara de la mujer.
Un rostro impasible,
lleno de sudor y fuerza,
con gesto indescifrable de maga
oficiando un extraño rito.

La cara se transforma.
La mujer retira los hierros.
Los abre y coloca
la nueva oblea en un montón.

Coge, con un cazo,
líquido del contenido
en un barreño de barro
y lo extiende
en el circulo de hierro.
Luego cierra el artefacto
y lo arrima a las brasas.

Con un pañuelo arrugado
se seca el sudor.

Los niños, sin mover un dedo,
no pierden ni un solo detalle
de la tarea de la maga.


Aqui tengo otras dos fotos
Dos escenas distintas
en un mismo paisaje:
"El grifo al lado de la iglesia'

En la primera,
un largo rosario de cántaras
que llega hasta la plaza,

Sol de mediodía.
Zumbido de moscas.
Me parece escuchar a la cigüeña,
que en lo alto de la torre
macha el ajo.

Una muchacha,
sentada en un poyo de piedra,
espera paciente,
protegiéndose del sol
con un paraguas

El agua cae del grifo
gota a gota.
Parece que nunca va a llenarse
el cántaro de barro.

Desde lejos una mujer
le grita:
¡Niña! ¿Me toca ya?

La muchacha contesta:
"Hay cinco cántaras
delante de las suyas;
y ya ve que poca cae"

Medio dormidas, las dueñas
de esas cinco cántaras,
esperan sentadas en la acera,
a la sombra
y se abanican
con unos trozos de cartón.

Suena "La Candonga"
desde el campanario.

En la otra foto,
hay una cruz de piedra
caída en el suelo.

Bajo ella yace un hombre
con gesto dolorido.

Otros dos,
tratan de ayudarle a salir
de debajo de la pesada piedra,
mientra un grupo de personas
intentan llamar la atención,
con pañuelos, de la vaquilla,
que duda entre seguirlos,
o volver sobre el caído.

Me parece estar oyendo
los gritos de la gente ...
Y el ruido
de las ruedas de los carros,
la noche antes,
camino de la plaza,
para cerrarla y convertirla
en transitorio coso taurino.

Y la dulzaina sonando
esa mañana para hacer
bailar los cabezudos.

Y la campana
anunciando el encierro.

Veo el paso brioso
de dos mujeres,
que con el alma llena de fiesta,
llevan un espantajo
y mostrando a la concurrencia
las prendas
con que lo han engalanado,
hacen un comentario chistoso,
sobre una de ellas
y su anterior propietario

.....
.....

Y asi podríamos seguir
con muchas fotos.
Pero no quiero aburriros mas rato.

Hoy, Villavieja,
para mi y para muchos de sus hijos,
es un lugar donde pasar
unos dias de reposo o de fiesta.

Un lugar donde uno
vuelve a encontrarse
con personas que quieren
y que han significado en nuestra vida,
mucho más de lo que podáis pensar.

Y para terminar,
voy a leeros el poema
para que pasemos
a contemplar los festejos,
que en definitiva
es de lo que se trata.


Villavieja
Silencio y Ruido
Sol y Piedra
Villavieja
El calor de la lumbre,
la matanza,
la ceniza y la hierba.

Quiquiriquí  del gallo
y pintura en el ala de
una gallina callejera,

Ruido de carro
Zumbido de calor
Hora de siesta
Silencio y ruido.

Tu silencio en invierno,
cuando llego arropado
y me paseo por tus calles solitarias.

Y el ruido del verano,
cuando vuelven tus hijos
que se fueron
años atrás,
y regresan al olor
de la fiesta

Cocorocó de la gallina
en mi cabeza.
Ese, cocorocó ya solo existe alli
Pues la gallina ni es callejera,
ni precisa el color que tina el ala
y la distinga de otras gallinas
de otra dueña.
Recuerdo el polvo
de tus antiguas calles,
que ahora duras y prietas,
retumban en invierno
al paso presuroso
del pie que las inquieta.

Recuerdo el carretillo
rezongando
al pasar por la acera,
y el olor a tomillo en "Corpus Cristi»
y las velas que no podían faltar
en la novena de la "Perla"
y el jueves merendero con su hornazo
y los dulces de Pascua ........
Y tantas otras cosas
y personas buenas
que llenan mi cabeza
y ya no están aquí.

Villavieja
Silencio y ruido
Fuego y piedra
Villavieja.