Posiblemente lo haya comentado ya en otras ocasiones, pero no puedo dejar de indicar que posiblemente el otroño sea una de las estaciones más bonitas, junto con la primavera, a la hora de hecer fotografías. Para mi, en particular, podría ocupar el primer puesto. Y es que las tonalidades amarillas, tostadas, rojizas y verdes aparecen por doquier formando a veces composiciones de una belleza singular. Aquí os dejo un pequeño ejemplo de una imagen otoñal tomada en nuestro pueblo.