La noche del pasado viernes, 25 de Febrero, fue realmente una noche típica de primavera. A las ocho y media de la tarde-noche, la temperatura era de más de doce grados, cantaban los renacuajos, que por aquí llamamos "ranes", y el cielo estaba totalmente limpio de nubes. Eso unido a la ausencia de la luna en el firmamento propiciaba que se viesen las diferentes constelaciones con una nitidez fuera de lo normal. Precisamente hacia el Sur en estas fechas y a la hora indicada anteriormente podemos ver la célebre constelación de Orión y la estrella más brillante del hemisferio Norte, Sirius, perteneciente a la constelación del Can Mayor. Como las condiciones eran ideales, me decidí a intentar sacar una foto de ellas. Eso suponía buscar un sitio alejado de luces, encontrar, a falta de tripode, un apoyo lo más fijo posible, colocar el obturador en la posición ideal para un tiempo de exposición superior al minuto, darle al interruptor y .... ¡esperar el resultado!
¡Y aquí la tenéis! No es una cosa del otro mundo, pero, a pesar de las malas condiciones en que tomé la fotografía, se pueden ver perfectamente las estrellas, incluso con su color original (todas son de color azulado, excepto Betelgeuse que lo es de color rojo) Os pongo también un esquema que he realizado con los nombres de las estrellas.
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