Pocos días antes, el 7, se hizo una visita por la Junta local convocada a ese efecto por el alcalde, a la escuela nocturna de adultos, en la que se celebró una especie de examen de ingreso de los alumnos, comprobándose que ya no los hay enteramente analfabetos como se veían algunos en otros años. Los de hoy, aunque con grande variación como es natural, se ve que aprendieron de niños lo indispensable, yendo ahora a recordarlo y ampliarlo, y hay varios a quienes ni siquiera una falta ortográíica pudo notárseles en un párrafo difícil que escribieron entonces al dictado. Esto da idea de que la instrucción se va abriendo paso, y lo corrobora el hecho de ser mucho mayor el número de aspirantes que el de admitidos, y que haya varios que a falta del maestro oficial, los hayan buscado particulares aunque no titulados, entre los que saben más que ellos, para que de un modo útil y agradable les ayuden a pasar estas larcas veladas del invierno. A los de aquella noche se les estimuló a proseguir con constancia y ardimiento, y después de las gracias que dió el maestro, se les prometió volver de vez en cuando para comprobar sus progresos.
El Adelanto, 18 de noviembre de 1911
11 de septiembre de 2011
Educación de adultos
Una de las cosas, aparte claro está de todo lo relacionado con la subsistencia y la salud, por las que más empeño ha puesto desde antiguo el pueblo de Villavieja ha sido la educación. A comienzos del siglo XX había en la localidad nada más y nada menos que cuatro establecimientos dedicados a este menester, dos de ellos escuelas públicas de niños y de niñas, y otros dos colegios privados, también uno para cada sexo, basados en el sistema de las Escuelas del Avemaría del padre Manjón, que, por cierto, visitó nuestro pueblo en varias ocasiones (ver imagen). En el año 1917 se construyó el actual edificio de las Escuelas Graduadas, con lo que la oferta educativa se hizo aún más amplia. Pero no solamente se trataba de la instrucción de los niños, sino también de la de adultos: