¡Cosas de las elecciones! ¡De las de antes! Afortunadamente hoy no suelen pasar estas cosas, aunque.... En 1911, los ánimos estaban bastante exaltados. Tocaba efectuar elecciones municipales en noviembre. En aquella época los concejales se elegían también por un periodo de cuatro años, pero existía lo que se llamaba renovación bienal. Había elecciones cada dos años y en esos comicios se elegían únicamente la mitad de los concejales, continuando la otra mitad un par de años más junto con los nuevos elegidos. Es decir, que en un par de años, el "color político" de la corporación podía cambiar totalmente de signo. En este año de 1911, en Bañobárez la cosa estaba muy tensa, tan tensa que al final se llegó a las manos. En Villavieja afortunadamente no se alcanzó el mismo grado de enfrentamiento, aunque, según las crónicas, se estuvo al borde del abismo, temiéndose lo peor, y más cuando efectuado el recuento los ganadores lo fueron por un par de votos nada más. Pero eso lo veremos en otra ocasión. Ahora vamos con los de Bañobárez, que esos si, cruzaron la línea roja. Una vez más, tuvo que actuar la Guardia Civil de Villavieja. Así lo contaba El Adelanto, el 28 de octubre de 1911:
La benemérita del puesto de Villavieja da cuenta de haber ocurrido en el pueblo de Bañobarez una sangrienta reyerta á causa de estar efectuando trabajos electorales los bandos en que se halla dividido. A consecuencia de la reyerta resultó herido Eulogio González Rodríguez por arma de fuego. Esta lesión la tiene en el pecho, habiendo quedado alojado el proyectil. Su estado es gravísimo. Mariano Estévez recibió un tremendo garrotazo en la cabeza; su estado ha sido calificado de pronóstico reservado El Juzgado municipal comenzó á practicar diligencias en tanto llegaba el de Instrucción de Vitigudino, que fué avisado. Después de haber tomado declaración á varios vecinos, fueron detenidos y trasladados á la cárcel de Vitigudino, Casimiro García Estévez, Miguel Hernández, Domingo Román García, Joaquín de la Cruz Agudo, don Inocencio Mateos Hernández y don Octavio Martín Hernández. En Bañobárez reina gran excitación, temiéndose que vuelvan á ocurrir sucesos de esta índole.
.