Una de las fiestas más típicas del pueblo de La Fregeneda eran las Candelas. El 2 de julio de 1911 el papa San Pio X eliminó una gran cantidad de fiestas religiosas a través del Motu Propio "Supremi disciplinae" . Entre las suprimidas estaban el Corpus Christi, la Anunciación, San José, Santiago, y también la de la "Purificación de la Virgen" (2 de Febrero). En total se pasó de 36 días festivos, además de domingos, a solamente 8. En el decreto se eximía a los creyentes católicos de la obligatoriedad de "oir misa" en dichos días. En España, el Boletín Oficial recogió esos cambios declarándolos como laborables a efectos civiles, con lo que el año 1912 se presentó con ¡28 fiestas menos! A pesar de ello, algunos pueblos siguieron celebrando algunas de estas fiestas con la solemnidad acostumbrada. Entre ellos La Fregeneda. Veamos como nos cuenta "El Adelanto" la celebración de "las Candelas" en 1912.
Desde Fregeneda,
No obstante la supresión decretada recientemente por Su Santidad el Papa de la fiesta de la Purificación, vulgarmente llamada de las Candelas, se ha celebrado en este pueblo con la misma o mayor solemnidad que en años anteriores. Por la mañana hubo misa cantada, en la que el joven coadjutor de esta parroquia don Joaquín Román, predicó un bello sermón alusivo a la fiesta que se celebraba, felicitando al propio tiempo a este pueblo, por el entusiasmo que demostraba por las festividades de la Virgen, toda vez que aun después de suprimida la Candelaria, continuaba honrándosela como en otros tiempos.
El Ayuntamiento en pleno con el alcalde a la cabeza, asistió a la solemnidad religiosa, llevando las candelas en la procesión.
A causa del mal estado del tiempo, no se han podido llevar a cabo las excursiones que otros años hacían al campo, para comer el hornazo. El día de la Virgen, los jóvenes de ambos sexos se reunieron a comer en el teatro y otros salones, y al día siguiente, algunas familias, muy pocas, bajaron a Vega de Terrón.
El día 2 por la noche se puso en escena el hermoso drama en tres actos y en verso, con un prólogo, original de don Francisco Camprodón, titulado Flor de un día, sobresaliendo en la ejecución las señoritas Rodríguez (Carmen y Francisca) y los señores Méndez Sánchez y Rubio Santos. Muy bien en sus respectivos papeles los señores Jabardo y Rodríguez (Emilio). A continuación, se representó el divertido juguete El teniente cura, muy bien desempeñado por la seño rita Carmen Rodríguez y los señores Méndez y Hernández. Muy bien el niño Emilio Pérez. El señor Rubio hizo un Palomino admirable.
El día 3 se representó Espinas de una flor, continuación de Flor de un día, obteniendo un verdadero triunfo la señorita María Teresa Juanes y los señores Rubio Santos y Méndez (don Julián y don Manuel). La señorita Rubio Pérez y el señor Rubio (don Tomás) estuvieron irreprochables, escuchando muchos aplausos en sus respectivos papeles de Lola y Carlos. En fin, todo muy bien, deseando que estas fiestas tan cultas y simpáticas se repitan con alguna frecuencia, para de esta suerte aliviar y hacer más llevadera la triste monotonía de los pueblos. Los dos días, al terminar el teatro, hubo un gran baile que duró hasta las dos de la mañana. Por el mal tiempo, no ha habido la animación de otros años.
Según mis noticias, serán muy divertidos los próximos Carnavales, para los que se preparan verdaderas sorpresas. Se dice que el alcalde está decidido a prohibir el espectáculo de las corridas de gallos que en verdad no tiene nada de culto. Muy bien me parece lo que respecto de esto piensa el alcalde, aun cuando creo que si se van suprimiendo todas estas cosas que constituyen el carácter y lo que pudiéramos llamar la fisonomía de los pueblos, merece para siempre ese algo que no es sino el alma de nuestras pequeñas urbes que todos debemos procurar a todo trance que perdure.
El corresponsal.
El Adelanto, 8 de febrero de 1912