El presente artículo me ha sido remitido via email por Dionisio Fernández de Gatta Sánchez. Se trata según sus indicaciones de un resumen de un trabajo más amplio que presentó en el Congreso sobre la Guerra de la Independencia celebrado en Ciudad Rodrigo en el pasado mes de octubre. Trata como nos indica su título sobre las fiestas de toros celebradas en Salamanca y Ciudad Rodrigo durante el periodo en que se desarrolla la Guerra de la Independencia.
LA FIESTA DE LOS TOROS EN SALAMANCA Y CIUDAD RODRIGO
DURANTE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA (1)
Dr. Dionisio FERNÁNDEZ DE GATTA SÁNCHEZ
Profesor Titular de Derecho Administrativo. Facultad de Derecho.
Universidad de Salamanca.
I) LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA NO IMPIDIÓ LAS FIESTAS.
La Guerra de la Independencia (2) provocó la muerte y destrucción por toda España durante su larga duración (1808-1814), debido a las importantes y encarnizadas batallas, la devastación de ciudades y pueblos, la ruina de infraestructuras, la práctica liquidación del comercio y la desaparición casi total de la hacienda pública.
Tales situaciones naturalmente se dieron en Salamanca y Ciudad Rodrigo, debido a su importancia estratégica, a los duros asedios y encarnizadas batallas, a la actividad del ejército francés y de las tropas anglo-hispano-portuguesas, a las incisivas acciones de las partidas de guerrilleros y a la correspondiente ruina física, económica y social .(3)
No obstante, y a pesar de la sistemática destrucción de la Nación y de sus bienes y de la muerte de sus habitantes, la vida cotidiana continuó en esta España desgarrada por la guerra. La población y especialmente sus dirigentes políticos tratan de mantener la cotidianeidad y normalidad diaria, de forma muchas veces más aparente que real, en la que no faltarán las fiestas, especialmente y como elemento central las corridas de toros y novillos, que continuarán celebrándose por toda España en los años de la Guerra de la Independencia, tanto en la parte francesa como en la dominada por los aliados.
II) TOROS EN ESPAÑA DURANTE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA.
Las fiestas de toros más importantes durante la época de José Bonaparte y de Fernando VII (4) se celebraron principalmente en Madrid, en la plaza de la Puerta de Alcalá, que fue edificada por Fernando VI, inaugurada en 1749 ó 1754, y derribada en 1874, aunque también las hubo en otras ciudades; y ello a pesar de haber sido prohibidas por Carlos IV en 1805 . (5)
La mayoría de las corridas de toros se organizaron como parte de conmemoraciones solemnes celebradas, p. ej., en honor de las proclamaciones de José Bonaparte y Fernando VII, para congraciarse con el pueblo, por la victoria de los correspondientes ejércitos o por la entrada de las tropas en las ciudades, y en honor de sus generales. Habitualmente es la Corporación municipal la que asume la organización de los festejos taurinos, y en muchas ocasiones también los gastos, de acuerdo con las costumbres y usos existentes; celebrándose ya en 1808 diez corridas de toros, aunque en 1809 no habrá fiestas taurinas en la Corte por el viaje que José I realizó a Andalucía.
No obstante, las corridas de toros se reanudan en Madrid en 1810, al regresar José I de Sevilla, por lo que la Administración municipal inicia de nuevo los preparativos con un acuerdo del Ayuntamiento, en Abril, sobre “lo que hay que hacer previamente para dar la primera corrida cuando el Rey lo ordene”, incluyendo un interesante “plan general y total de detalles precisos para preparar una corrida en cualquier ocasión que pueda ofrecerse” o “instrucciones generales para casos del porvenir” (relativas a la preparación de la corrida, el cartel anunciador, los vendedores en la plaza y la recaudación de localidades, la inspección de la plaza, el administrador, los cobradores y la tropa, la cirugía y la santa unción, enfermería y la entrega de los talegos). Además, en Junio, el Ministro del Interior solicita al Corregidor de Madrid “el plan ó reglamento que ha regido hasta aquí en las fiestas de toros”; elaborándose en respuesta al anterior un documento sobre “la práctica constantemente observada hasta aquí, en la celebración de las funciones de toros en Madrid”, que constituye un interesante antecedente de la futura reglamentación taurina, al incluir prescripciones sobre la organización del festejo, reconocimiento arquitectónico de la plaza, solicitud de tropa suficiente, prevenciones al Alguacil Mayor para despejar la plaza, cartel de la corrida, obligación de dar parte al Ministerio o al Gobernador de lo acontecido en el festejo, se asigna la presidencia y el mando de la plaza al Corregidor, y ciertas “advertencias precisas respecto de los toreros” (relativas a los picadores, escrituración de los mismos, antigüedad, salarios, sobresalientes, espadas, cuadrillas de banderilleros, ganaderías, localidades y precios, billetes y aviso al público sobre su venta). En este año se celebrarán sobre 12 festejos taurinos, algunos de ellos con toros de la prestigiosa ganadería de D. Vicente Bello, de Palacios Rubios, cerca de Peñaranda de Bracamonte (Salamanca) (6) ; continuando las fiestas de toros en 1811, con 27 festejos, 3 en 1812, 11 en 1813 y 7 en 1814. Es decir, en Madrid, durante los años de la Guerra se celebraron sobre 70 corridas de toros y novillos.
Siendo Madrid la ciudad en que se celebraron la mayor parte de las corridas de toros durante los años de la guerra, no fue la única, ya que las hubo por toda España, especialmente en Andalucía, por el viaje de José Bonaparte, en El Puerto de Santa María, Ronda, Medina Sidonia, Sevilla, Málaga o Cádiz; así como en Burgos en 1808, en Arévalo (Ávila) en 1811, o, p. ej., en Zaragoza en 1812.
III) LAS FIESTAS DE TOROS EN SALAMANCA Y EN CIUDAD RODRIGO DURANTE LA ÉPOCA DE LA GUERRA.
Las ciudades de Salamanca y Ciudad Rodrigo sufrieron desastres físicos y humanos muy graves durante la Guerra de la Independencia, al ser ocupadas alternativamente por los ejércitos franceses y aliados, y fueron objeto de encarnizadas batallas, bombardeos y saqueos. Situación obviamente no muy propicia para la celebración de fiestas, aunque sí se organizaron algunas, y entre ellas las fiestas de toros no podían faltar.
En Salamanca, como en otras partes de España, y a pesar de la situación, hubo distintas celebraciones en estos años, la mayor parte en conmemoración de hechos o circunstancias variadas, al sufrir ocupaciones tanto del ejército francés como de los aliados anglo-hispano-lusos. En general, los elementos de casi todas las celebraciones incluían un oficio religioso en la Catedral, algún acto de las autoridades civiles, una gran presencia festiva de los salmantinos en las calles, toros y fuegos artificiales e iluminación, aunque en ocasiones faltaron algunos . (7)
Antes del comienzo de la guerra, la caída de Godoy en el motín de Aranjuez, el 17 de Marzo de 1808, que se conoció en Salamanca el día 22, trajo consigo una algarabía general y festiva, suspendiéndose las clases en la Universidad, se borro el medallón dedicado al mismo en la Plaza Mayor, se celebraron varios oficios religiosos y, como no, las autoridades “no tuvieron más remedio que conceder que se corrieran varios toros”. Seguidamente, comenzada la guerra, y después de la victoria española en Bailén el 19 de Agosto, se conmemora el 7 de Octubre en la ciudad la constitución de la Junta Central (que se había formado el 25 de Septiembre en Aranjuez) con los consabidos novillos, entre otros festejos.
Más adelante, asimismo, la victoria aliada en la batalla de Tamames, el 18 de Octubre de 1809, y la entrada en Salamanca el día 25 del Duque del Parque también se celebró con novillos de cuerda. Pero también se conmemoraron con novillos algunos acontecimientos durante la ocupación francesa, como el nacimiento del Rey de Roma (cuyo padrino fue José Bonaparte, como Rey de España), en Marzo de 1811.
Más importantes fueron las celebraciones por la nueva Constitución de Cádiz entre el 1 y el 3 de Agosto de 1812 (días después de la importante victoria aliada en Los Arapiles, el 22 de Julio), en que se corrieron novillos de cuerda por las calles hasta llegar a la Plaza Mayor, en las tardes de los días 2 y 3; y más festejos taurinos en las últimas semanas de ese verano, así como el 18 de Septiembre, por la elección de diputados a Cortes.
En 1814, conforme se iba derrotando al ejército francés y finalizaba la guerra, hubo varias celebraciones en Salamanca, aunque sin referencias a festejos taurinos. Finalmente, y debido a los tumultos provocados en la ciudad por la deriva absolutista de Fernando VII, que se recrudecieron el 30 de Agosto, al grito de “toros, toros”, ante lo cual, y a pesar de la falta absoluta de recursos económicos, el Ayuntamiento inició la compra de toros y la contratación del conocido torero Juan Núñez Sentimientos, pero ante la imposibilidad de que viniera a Salamanca, por no concederle permiso para salir de Madrid, se suspendió la corrida de toros, con la plaza llena de aficionados y los toros en los toriles.
En la provincia de Salamanca, una de las ciudades que más sufrió los desastres físicos y humanos de la Guerra de la Independencia fue sin duda Ciudad Rodrigo, sobre la que el Mariscal Ney dirigió un devastador asedio que finalizó el 10 de Julio de 1810, y posteriormente se inició el segundo asedio, en Agosto de 1811, hasta que fue liberada el 19 de Enero de 1812 por el ejército de Wellington, llevándose a cabo un violento saqueo general de la ciudad (8). Fruto de esta desastrosa situación, la ciudad ciertamente no estaba para la celebración de muchas fiestas, aunque sí hubo alguna conmemoración de carácter religioso(9), e incluso un festejo taurino, pues en carta de 21 de Abril de 1812 dirigida a D. José Mª. de Carbajal para su remisión a la Regencia del Reino, se da cuenta de lo relatado, con fecha 10 de Abril, por el General D. Francisco Dionisio de Vives (Conde de Cuba, 1755-1840), a la sazón Gobernador de la Plaza (posteriormente será nombrado Capitán General de Cuba en 1823 y de Valencia en 1832) en relación con la toma de Badajoz, que se había producido el día 6 de Abril, y de las correspondientes celebraciones, ante la sorpresa del ejército enemigo (compuesto por cuatro mil hombres y seiscientos caballos, en continuo movimiento, se dice), que incluyeron el Te Deum con misa solemne, una corrida de novillos y baile general en el campo de Toledo(10).
Finalmente, algún otro festejo taurino hubo en la provincia de Salamanca en estos años, como la corrida de toros que su marido, el poderoso General Junot, dedicó a Dña. Laura Permon, Duquesa de Abrantes, en Ledesma el día de San Lorenzo de 1810.
Fiesta de Toros en España ó el matador corso en peligro. Anónimo. Hacia 1813.
“El toro español, sujeto por la cadena de la invasión, ya alanceado y sangrante, arremete furioso contra Napoleón, a quien golpea entre sus cuernos, derrotado, mientras contemplan el espectáculo todos los soberanos europeos humillados por el Emperador francés sin que falte entre ellos el propio Papa”.
Toreros de la época de José I Bonaparte. A. Lizcano.
Corrida de toros en España
Notas
1) Dedicado a los buenos amigos de Ciudad Rodrigo, pues sin ellos el Carnaval del Toro no sería el mismo.
2) ARTOLA, M., “La Guerra de la Independencia”, Ed. Espasa Calpe, Madrid, 2007; CAYUELA FERNÁNDEZ, J. G., y GALLEGO PALOMARES, J. Á., “La Guerra de la Independencia. Historia bélica y pueblo y nación en España (1808-1814)”, Ed. Universidad de Salamanca, Salamanca, 2008; CUENCA TORIBIO, J. M., “La Guerra de la Independencia: Un conflicto decisivo (1808-1814)”, 2ª ed., Ed. Encuentro, Madrid, 2008; MUÑOZ MALDONADO, J., “Historia política y militar de la Guerra de la Independencia de España contra Napoleón Bonaparte desde 1808 á 1814 (publicada de orden del Rei N. S.)”, Tomos I y III, Imprenta de J. Palacios, Madrid, 1833, y OMAN, C. W., “La Guerra de la Independencia en la Península Ibérica, 1808-1814”, en IBARRA Y RODRÍGUEZ, E. (Dir.), y otros, “Historia del Mundo en la Edad Moderna”, 2ª ed. española, Tomo VIII, Ed. Ramón Sopena, Barcelona, 1950, pp. 465-535.
3) Sobre el discurrir de la Guerra en estas zonas, ver CONDE DE TORENO, “Historia del levantamiento, guerra y revolución de España, Tomo III, Imprenta del Diario, Madrid, 1839”; ENCISO RECIO, L. M. (Comisario de la Exposición), “La Nación recobrada. La España de 1808 y Castilla y León” [Catálogo de la Exposición organizada por Caja Duero y la Junta de Castilla y León, Sala Caja Duero, Salamanca, Septiembre-Noviembre de 2008], Ed. Junta de Castilla y León, Valladolid, 2008; ESTEBAN DE VEGA, M., “La Guerra de la Independencia en Salamanca”, en CID CEBRIÁN, J. R. (Coord.), y otros, “La ciudad frente a Napoleón. Bicentenario del sitio de Ciudad Rodrigo de 1810. Estudios”, Ed. Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo y Diputación de Salamanca, Salamanca, 2010, pp. 60-71, y VARIOS AUTORES, “Las Guerras en Salamanca (siglos XVII a XX)”, Salamanca. Revista de Estudios, Monográfico, nº 40/1997. En relación con la actividad guerrillera, ver MARTÍN MAS, M. Á., “Los guerrilleros 1808-1814. La pesadilla española de Napoleón”, Ed. Andrea Press, Madrid, 2005; MARTÍNEZ LAÍNEZ, F., “Como lobos hambrientos. Los guerrilleros en la Guerra de la Independencia (1808-1814)”, Algaba Ed., Madrid, 2007, y BECERRA DE BECERRA, E., “Hazañas de unos lanceros. Diarios de Julián Sánchez El Charro”, Ed. Diputación Provincial de Salamanca, Salamanca, 1999.
4) CIRIA Y NASARRE, H., “Los toros de Bonaparte”, Imprenta Ducazcal, Madrid, 1903; ASÍN CORMAN, E., “Los toros josefinos: Corridas de toros en la Guerra de la Independencia bajo el reinado de José I Bonaparte (1808-1814)”, Ed. Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 2008, y FERNÁNDEZ DE GATTA SÁNCHEZ, D., “La fiesta de los toros en la época de la Guerra de la Independencia”, Comunicación remitida al Congreso Internacional sobre “La Guerra de la Independencia en el Valle del Duero: Los Asedios de Ciudad Rodrigo y Almeida”, organizado por la Junta de Castilla y León y celebrado en Ciudad Rodrigo y Almeida los días 5 a 8 de Octubre de 2010.
5) Sobre la historia taurina, ver COSSÍO, J. Mª., “Los Toros”, 20 tomos, Ed. Espasa Calpe, Barcelona, 2007 (especialmente, Vol. 4, “El Toreo”, Vol. 5, “La Historia”, y Vol. 6, “Reglamento y Plazas de Toros”); FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, T.-R., “Reglamentación de las corridas de toros. Estudio histórico y crítico”, Ed. Espasa Calpe, Madrid, 1987; FERNÁNDEZ DE GATTA SÁNCHEZ, D., “El Régimen Jurídico de los Festejos Taurinos Populares y Tradicionales”, Ed. Globalia Ediciones Anthema, Salamanca, 2009, y PLASENCIA FERNÁNDEZ, P., “La fiesta de los toros. Historia, régimen jurídico y textos legales”, Ed. Trotta, Madrid, 2000. Ver el texto de la prohibición y otros documentos y grabados en “La ciudad frente a Napoleón. Bicentenario del sitio de Ciudad Rodrigo de 1810” [Catálogo de la Exposición organizada por el Excmo. Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo, Palacio de los Águila, Ciudad Rodrigo, 22 de Mayo a 12 de Diciembre de 2010], Salamanca, 2010.
6) BELLO HERNÁNDEZ, A., “Los toros en el siglo XVIII. Ganadería de Don Vicente Bello de Palacios Rubios (1737-1805)”, Ed. Diputación de Salamanca, Salamanca, 2006.
7) PÉREZ DELGADO, T., “Salamanca en la Guerra de la Independencia: el vivir de una ciudad”, en TESSAINER TOMASICH, G. (Dir.), y otros, “Los Arapiles. Encuentro de Europa” [Jornadas de Estudio celebradas en Salamanca entre el 14 y el 17 de Mayo de 2002], Ed. Diputación de Salamanca, Salamanca, 2002, pp. 165-209.
8) CID CEBRIÁN, J. R. (Coord.), y otros, “La ciudad frente a Napoleón. Bicentenario del sitio de Ciudad Rodrigo de 1810. Estudios”, Ed. Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo y Diputación de Salamanca, Salamanca, 2010; DE NOGALES DELICADO Y RENDÓN, D., “Historia de la muy noble y leal ciudad de Ciudad Rodrigo”, Establecimiento Tipográfico de Á. Cuadrado y Rosado, Ciudad Rodrigo (Salamanca), 1882, págs. 147-186; HERNÁNDEZ VEGAS, M., “Ciudad Rodrigo. La Catedral y la Ciudad”, 2 Tomos, 2ª ed. ed. facsímil, Ed. del Excmo. Cabildo de la Catedral de Ciudad Rodrigo, Salamanca, 1982 (la primera ed. es de 1935), Tomo II, págs. 311-368; HORWARD, D., “Napoleón y la Península Ibérica. Los asedios de Ciudad Rodrigo y Almeida, 1810”, Ed. Diputación de Salamanca, Salamanca, 2006; MUIR, R., “Salamanca 1812. El triunfo de Wellington”, Ed. Ariel, Barcelona, 2003; martín mas, m. á., “Ciudad Rodrigo 1810. El desafío de Herrasti”, Ed. Almena, Madrid, 2007; PÉREZ DE HERRASTI, A., “Relación histórica y circunstanciada de los sucesos del sitio de la plaza de Ciudad-Rodrigo en el año 1810, hasta su rendición al exército frances”, Imprenta de Repullés, Madrid, 1814; ROBLEDO HERNÁNDEZ, R., “Salamanca, ciudad de paso, ciudad ocupada. La Guerra de la Independencia”, Ed. Gráficas Cervantes, Salamanca, 2003, y VILLAR Y MACÍAS, M., “Desde la Guerra de la Independencia hasta nuestros días”, Libro IX, “Historia de Salamanca”, 1887, Ed. facsímil de Editorial Librería Cervantes, Salamanca, 1975.
9) DE NOGALES DELICADO Y RENDÓN, D., “Historia de la muy noble y leal ciudad de Ciudad Rodrigo”, Establecimiento Tipográfico de Á. Cuadrado y Rosado, Ciudad Rodrigo (Salamanca), 1882, págs. 147-186; HERNÁNDEZ VEGAS, M., “Ciudad Rodrigo. La Catedral y la Ciudad”, cit., Tomo II, págs. 311-368; MUIR, R., “Salamanca 1812. El triunfo de Wellington”, cit.; ROBLEDO HERNÁNDEZ, R., “Salamanca, ciudad de paso, ciudad ocupada. La Guerra de la Independencia”, Ibíd., y VILLAR Y MACÍAS, M., “Desde la Guerra de la Independencia hasta nuestros días”, Libro IX, “Historia de Salamanca”, 1887, cit.
10) Agradezco a Juan Tomás MUÑOZ la referencia a este festejo en Diario El Adelanto de 7 de Octubre de 2010, y especialmente su generosidad al remitirme una copia de la carta original, de la que tomo los datos.