30 de mayo de 2009

EL SAQUEO DE BOGAJO

Un día antes de la acción de San Leonardo, es decir, el 10 de Marzo de 1809, los informantes (espías) españoles desplegados en la zona observan movimientos de tropas francesas en las inmediaciones de nuestro pueblo, en el que, tal y como hemos relatado en anteriores capítulos, hay destacada una partida avanzada encargada de la vigilancia de vados, puentes, caminos, … de la comarca. Precisamente ese día se encuentra en Villavieja un oficial inglés que se ha agregado a la Legión Lusitana. Se trata del mayor L’Estrange, que andando el tiempo se hará mundialmente famoso por ser el comandante de las tropas que reprimieron una manifestación de trabajadores en Manchester, en lo que se conoce como “masacre de Peterloo”.


El avistamiento de estas tropas es relatado de la siguiente manera en un parte enviado desde la Junta de Ciudad Rodrigo a la Junta Suprema en Sevilla:

El Mayor Inglés Lestrainge (sic) encargado por el Brigadier y Comandante General de la L.L.L. (Leal Legión Lusitana) Don Roberto Wilson de la dirección de las tropas avanzadas en Sancti Spiritus, avisa a esta Junta desde la villa de Villavieja con fecha de ayer [10 de marzo de 1809] a las ocho de la noche que los enemigos en número de quinientos de infantería y doscientos de caballería se habían dejado ver a una legua de dicha villa, solicitando a nombre de dicho Sr Comandante que se halla observando sus movimientos en el lugar de Traguntía, el refuerzo de ciento y cincuenta a doscientos hombres para el punto de referido pueblo de Sancti Spiritus, en cuya virtud pasan a él dos compañías del segundo Batallón de Voluntarios de dicha Plaza [Ciudad Rodrigo]

Como se ve por la comunicación, L’Estrange intuye que esa fuerza bastante numerosa puede tomar la dirección de Sancti Spiritus a través de nuestra comarca y solicita de la Junta de Ciudad Rodrigo que refuerce dicha posición. Continúa el parte de la siguiente manera:

Según los últimos avisos de los pueblos creemos al punto en que se hallan los enemigos, están llenos del mayor entusiasmo, y no se duda que al lado de las tropas españolas que allí hay harán su deber en defensa de la Religión, la Patria y el Soberano [Fernando VII].

No nos cabe la menor duda de que ese entusiasmo es el que llevó a los participantes en la acción de San Leonardo a minusvalorar la fuerza y el buen hacer de los veteranos franceses con las consecuencias que ya vimos en el capítulo anterior.

A tenor de lo que sucedió días más tarde, parece bastante probable concluir que las tropas avistadas formaban una de las columnas francesas lanzadas contra las posiciones avanzadas del ejército luso español en una especie de ensayo y tanteo de lo que realizaría la división Lapisse al completo a finales del mes de Marzo cuando se dirigió contra Ciudad Rodrigo.

La columna intentaba probablemente seguir la ruta de Vitigudino a Villavieja (14 km) por el antiguo camino que según el “Itinerario descriptivo militar de España” vadeaba la rivera de Olea (a 7 km de Vitigudino), el río Huebra (a medio kilómetro del punto anterior) y el río Yeltes (a escasos 4 km de los precedentes). El paso del vado del río Huebra es descrito como sigue: “a 7,5 km [de Vitigudino] se pasa del mismo modo este río, operación fácil en todas las estaciones excepto en la de las fuertes lluvias; entonces es preciso seguir el curso del río para cruzarlo después de su confluencia con el Yeltes, cuyo nombre lleva desde ese punto, por el puente de Yecla…” Según los escritos de la época, las condiciones meteorológicas de los meses de Marzo y Abril de 1809 fueron francamente malas, con cuantiosas lluvias, lo que obligaría a las tropas francesas a intentar pasar por el mencionado puente.


El 13 de marzo de 1809 los franceses llegan a las inmediaciones del mismo, que en nuestra zona denominamos “puente de los siete ojos” o “puente del Zancado”. Alguna de sus avanzadillas han sido “vapuleadas” por los lanceros del entonces alférez D. Julián Sánchez el “Charro” adscrito a la Legión Lusitana, que les ha hecho unos quince prisioneros. Defendiendo el puente se encuentran algunas tropas españolas (posiblemente las que formaban parte de la partida avanzada de Villavieja) al mando del mencionado oficial inglés mayor L’Estrange. El hecho lo relatan muy sucintamente los también oficiales ingleses, coronel Mayne y capitán Lillie, de la Legión Lusitana, en sus memorias publicadas bajo el título “Narración de las campañas de la Leal Legión Lusitana bajo el Brigadier General Robert Wilson con algunos relatos de las operaciones militares en España y Portugal durante los años 1809, 1810 y 1811 “. En la página 58 de dicho libro podemos leer:
El mayor L’Estrange mandaba un puesto avanzado en el puente de Ecla [Yecla] que fue atacado por una considerable fuerza enemiga que lo obligó a retirarse tras una cierta resistencia en la cual el mayor L’Estrange fue hecho prisionero

Era el segundo de este apellido que caía en poder de los franceses en la provincia de Salamanca. Apenas un mes y medio antes, su primo el teniente Edmund L’Estrange, había sido capturado en una rocambolesca acción por culpa de un caballo francés y que relataremos en otra ocasión.

Es de suponer que los franceses tuvieran también bajas en ese encuentro, por lo que suponemos que cuando llegaron a Bogajo lo hicieron con los ánimos caldeados. Las acciones de los lanceros de D. Julián, la resistencia armada de la Legión Lusitana y la más que probable colaboración de paisanos armados, unido además al recuerdo de lo ocurrido dos días antes en San Leonardo, fueron factores que hicieron inevitable, tal y como era costumbre en aquella época ante la resistencia armada, el saqueo del pueblo. Así se recoge al comienzo de algunos libros parroquiales de Bogajo:

"Nota. Aquí principia el año de 1803, pues el libro que regía fue rasgado por las tropas francesas, como la mayor parte de los libros de las cofradías, en el cruelísimo saqueo que sufrió esta Iglesia y feligresía, de dichas tropas el día 13 de Marzo de 1809 y así no será difícil falten algunas partidas".

En algunos documentos que se encuentran en Internet relativos a Bogajo se menciona que el saqueo fue llevado a cabo por cuatro mil hombres durante cuatro horas. Algo que para el sentido común resulta bastante exagerado si tenemos en cuenta que Bogajo poseía en aquella época un centenar de casas y que ese número de soldados era más de la mitad de los efectivos totales de la división Lapisse, que sabemos a ciencia cierta que no abandonó la ciudad de Salamanca hasta el 24 de marzo por la mañana. Como se nos dice en la nota anterior, bastantes de los libros parroquiales fueron destruidos durante el saqueo, pero curiosamente, el de Difuntos que regía aquellos años no lo fue. En dicho libro se asientan únicamente dos muertes en esas fechas: una mujer que falleció el día quince de marzo (dos días después del saqueo) y una niña de corta edad (párvula) que falleció la víspera y se enterró el mismo día del saqueo, con lo que la afirmación de que varias personas fueron ejecutadas por ahorcamiento no tiene mucha probabilidad de ser cierta. Lo cierto es que hubo saqueo. Y que los habitantes del pueblo perdieron la mayor parte de sus bienes. Y si Bogajo fue saqueado el día 13 de marzo de 1809, podemos asegurar con mucha probabilidad de acertar que Villavieja se salvó del saqueo ese mismo día. Pero eso lo veremos en un próximo capítulo.

(1) Archivo Histórico Nacional, Estado, legajo 65 G, número 253