30 de mayo de 2009

LAS TROPAS ESPAÑOLAS Y ALIADAS EN LA COMARCA

CIUDAD RODRIGO

En nuestra provincia, son las autoridades militares de Ciudad Rodrigo las que están organizando la defensa de la ciudad y de la zona sur de la provincia. Según un informe (1) elaborado a primeros de Marzo de 1809 por don Miguel Ramón Modet, Alcalde del Crimen de la Real Chancillería de Valladolid y Comisionado de la Junta Suprema ante la de Ciudad Rodrigo para reanimar el espíritu público y activar los alistamientos, la requisición de caballos y el cumplimiento de las demás Reales Órdenes, Ciudad Rodrigo tenía “tres mil quinientos hombres de todas armas, entre ellos cincuenta caballos y trescientos artilleros…“. En dicho informe se “dice que el alistamiento había producido en los 85 pueblos de aquel partido 1812 hombres… La ciudad ha tenido siempre milicias urbanas en número de 600 plazas. Su vecindario es de 1.400 vecinos inclusos los arrabales, huerta y lugares de la socampana. … La muralla se halla coronada de 50 cañones, tres morteros y dos obuses” . Con los hombres alistados se han formado los tres Batallones de Voluntarios de Ciudad Rodrigo, encuadrados en los cuales se deben encontrar muchos jóvenes villaviejenses ya que el reglamento publicado por la Junta Central y por el cual debían regirse los alistamientos preveía que en éstos se incluyesen en primer lugar los voluntarios y después todos los varones solteros de edades comprendidas entre 16 y 40 años. Se excluían de la lista, los cortos de talla, los hijos únicos de viuda, los de padres sexagenarios o impedidos, … Teniendo en cuenta que el número de vecinos de todo el corregimiento de Ciudad Rodrigo que proporciona el libro del Bastón y el número de éstos que correspondían a Villavieja, una simple regla de tres nos indica que de los 1812 hombres alistados, alrededor de unos cuarenta o cincuenta deberían ser de Villavieja.


DON JULIÁN SÁNCHEZ, EL CHARRO

Entre las tropas acantonadas en Ciudad Rodrigo, se encuentra un soldado veterano, Julián Sánchez García que desde los primeros momentos (Agosto de 1808) se presentó “voluntario con armas, caballo y uniforme”(2) Había nacido Julián en 1774 en el pueblo de Muñoz y era como decimos soldado veterano que había luchado ya contra los franceses en la Guerra del Rosellón (1793-1795) encuadrado en el Regimiento de Infantería Mallorca, habiendo estado prisionero durante año y medio. Se había licenciado en 1801. Teniendo en cuenta su experiencia militar, cinco días después de alistarse fue nombrado cabo primero y, un mes después sargento. Está encuadrado en una unidad en plena formación denominada “Voluntarios de Caballería de Ciudad Rodrigo”. Al frente de una partida de unos doce lanceros recorre el territorio salmantino cumpliendo las órdenes de la Junta acerca de la requisa de armas y caballos, además de atacar cuando la ocasión es propicia a pequeños destacamentos de tropas francesas que realizan también la misma función. Así, a finales de Enero de 1809, ya con los franceses asentados en Salamanca, actúa en la comarca de Ledesma recogiendo ocho caballos y veintinueve armas, entre fusiles y escopetas, teniendo un fuerte enfrentamiento verbal con el Alcalde Mayor de Ledesma que le impide culminar esa función en dicha villa, -don Julián se encuentra solo ya que sus hombres se han quedado en Sando. (3). Esta es la razón por la cual la Junta de Ciudad Rodrigo califica de “conducta delincuente del Alcalde Mayor de la villa de Ledesma que entregado sin reserva al gobierno francés, frustró el efecto de las diligencias de aquel [D. Julián] y los buenos deseos de los vecinos de dicha villa que tan de grado se prestaron a entregar sus armas y caballos”. (4)
Por estas tareas y otras acciones militares el 13 de febrero de 1809 fue nombrado alférez de Caballería.


LA LEGIÓN LUSITANA

Algunos oficiales ingleses, con la aprobación de las autoridades británicas (lord Castlereagh, julio 1808) y el patrocinio de ciertas personalidades portuguesas como el Obispo de Oporto organizaron en la mitad norte de Portugal una especie de ejército popular privado sobre la base del enganche voluntario. Se trataba de una fuerza que se denominó “Loyal Lusitanian Legion” (Leal Legión Lusitana) y que tras el reembarque en La Coruña del ejército inglés del general Moore fue la única fuerza de alguna entidad, junto con algunas unidades regulares portuguesas, que se podía oponer débilmente al avance de los franceses en territorio luso. Estaba formada por tres batallones de infantería ligera, una compañía de artillería y un cuerpo de caballería ligera. En total poco más de 2.500 hombres. A diferencia de las unidades militares inglesas que vestían casaca roja, la Legión Lusitana adoptó para sus uniformes la chaqueta de color verde y los pantalones blancos. Estaba al mando de esta unidad el General de Brigada Sir Robert Wilson, un oficial británico con fama de aventurero y oportunista. Es a este general, a quien la Junta Suprema española establecida en Sevilla, le encomienda la coordinación y el mando de las tropas aliadas luso españolas en esta zona. Wilson situó las tropas por delante de Ciudad Rodrigo desde Almeida (Portugal) hasta el Puerto de Baños (Béjar), siendo este último punto verdaderamente estratégico ya que impedía las comunicaciones de los franceses situados en Salamanca con los que ocupaban Extremadura.

Desde estas líneas las tropas de la Legión Lusitana, a la que desde el 10 de Enero de 1809 se ha unido el Primer Batallón de Voluntarios de Ciudad Rodrigo ejercen una constante labor de patrullaje y contención de las incursiones de la caballería francesa, atacando correos y convoyes. En Villavieja hay situado un puesto de observación. No solamente los militares se encargan de esas tareas. También los campesinos intervienen a veces activamente, como el caso de un pastor “que en la tarde del 22 de los corrientes [enero] y en la calzada de Salamanca a Zamora en cuyas inmediaciones apacentaba ganados lanares de su cargo, sorprendió y quitó la vida a un soldado francés de Caballería que conducía una carta que se pasa a manos de V.M., con la que y el caballo sin armas se presentó en el lugar de Garcirrey desde donde ha venido a esta Plaza [Ciudad Rodrigo]…” (5) La carta en cuestión era enviada por el General de Brigada de Infantería Darricau situado en Salamanca al general de División Lapisse que está en Zamora. En ella le da cuenta de las frecuentes escaramuzas con las tropas “inglesas” y del malestar de la población salmantina, indicándole al respecto que “esperamos ser atacados a cada instante” por lo que le sugiere que le vuelva a enviar un batallón de uno de sus regimientos que estaba en Toro.


(1) AHN, Estado, Legajo 16, A, 9
(2) AHN, Estado, Legajo 41, 223
(3) AHN Estado, Legajo 41, nº 221
(4) AHN Estado, Legajo 41, nº 223
(5) A.H.N. Estado, Legajo 41, 223