30 de mayo de 2009

LA ACCIÓN DE SAN LEONARDO

Terminábamos el capítulo anterior con el más que probable envío de un grupo de reconocimiento de caballería francés cuyo objetivo era conectar con las tropas de la misma nacionalidad al mando del mariscal Soult que operaba en Portugal y la posible ruta que siguió dicho destacamento.

Es lógico pensar que las fuerzas luso-españolas tuvieron conocimiento de ese movimiento bien por la carta, bien por los numerosos informantes o “espías” que pululaban por toda esta comarca. Sea como fuere, lo cierto es que se optó por salirle al paso y tenderle una emboscada.



Las operaciones las dirigió el coronel John Wilson a quien el general Robert Wilson comandante en jefe de la Legión Lusitana y de las tropas españolas agregadas a ella, había confiado el mando del puesto avanzado de San Felices de los Gallegos. En el informe de la acción se dice que el destacamento de caballería francés se dirigía a Lumbrales. No está muy claro, sin embargo, que ese fuera el destino de las tropas francesas. En las partidas insertadas en el libro de difuntos de la parroquia de Lumbrales aparece una nota marginal indicando que la acción se desarrolló en el lugar denominado “Chorrovío” (los lugareños lo conocen también como “Chorlovío” como tuve ocasión de comprobar en una reciente visita que hice a esa zona) perteneciente al término municipal de Hinojosa, justo a la derecha del camino que conduce desde esta población a Bermellar, muy cerca de las ruinas de un antiguo poblado denominado “San Leonardo”. Todo hace suponer pues que el destacamento francés se dirigía a Hinojosa y que probablemente se tratase de uno de los intentos por entrar en comunicación con el otro ejército francés del mariscal Soult que operaba en Portugal.

A fin de llevar a cabo la emboscada se eligió un paraje bastante favorable para este tipo de acción. Se trata de un terreno ligeramente quebrado y ondulado, en el que discurre por el fondo de un pequeño valle el camino que partiendo de Bermellar y tras atravesar el río Camaces por el puente de la Regierta conduce hasta Hinojosa. Dicho camino está flanqueado en su parte derecha por una serie de pequeñas elevaciones o tesos tras los que presumiblemente se emboscaron nuestras tropas.



Veamos cómo se da cuenta de esta acción en el parte que la Junta de Ciudad Rodrigo envía el 16 de Marzo de 1809 a la Junta Suprema radicada por aquellas fechas en la ciudad de Sevilla y que mereció ser publicado en la Gaceta del Gobierno del viernes 31 de Marzo de 1809 (eso sí, eliminando algún párrafo del mismo por el que se podía sacar la conclusión de que las cosas no fueron muy favorables a nuestro bando) (1)

Había dilatado esta Junta [de Ciudad Rodrigo] dar parte a V.M. del ataque ocurrido en la tarde del 11 del corriente [Marzo], en las inmediaciones de la villa de Lumbrales hasta recibir avisos que pudiesen dar una idea más clara del suceso, lo que ya se ha verificado.

Con noticia que tuvo el coronel Inglés Wilson, que mandaba las tropas españolas situadas en la villa de S. Felices y otros pueblos inmediatos, de que un destacamento de caballería francesa se dirigía a la de Lumbrales, distante ocho leguas de esta plaza, hizo pasar a ella estas; y dejando .allí una compañía de voluntarios de la misma, las situó con los paisanos, que de ambos pueblos se presentaron armados del modo posible llenos del mayor entusiasmo, en los puestos ventajosos que ofrecía el terreno en sus alturas y cercados. Se dejó ver a poco tiempo .una pequeña partida de caballería francesa, y los paisanos ansiosos de llegar a las manos, dejando el punto que ocupaban la persiguieron; pero luego que bajaron al llano, fueron acometidos por el destacamento, que aprovechó aquella ocasión. La resistencia, así de parte del paisanaje, como de la tropa fue propia del valor español. Por nuestra parte hubo bastantes heridos y como veinte muertos, los mas paisanos. Entre los que perecieron se cuenta D. Josef Quintanilla, teniente de la primera compañía de voluntarios de esta plaza, que habiendo dado siempre pruebas de espíritu, lo manifestó completamente en esta ocasión. Su pérdida es más sensible por dejar una mujer joven, y una madre anciana que no tenían otro apoyo. También quedaron heridos dos oficiales del batallón de Ávila, el uno gravísimamente y que acaso habrá muerto a estas horas.

La pérdida de los franceses ha sido mayor, pues, aunque solo dejaron en el campo de batalla seis hombres muertos, se sabe que al retirarse hacia el pueblo de Vitigudino, llevaban 57 caballos sin jinetes, y que desde dicho pueblo condujeron hace tres días tres carros de heridos a la villa de Ledesma. Entre los muertos se cuenta el Comandante del destacamento francés.

Aunque el poco orden del paisanaje en esta acción, ocasionó al fin algún extravío en las tropas, éstas están ya casi reunidas en el punto de San Felices y recogidas algunas armas que abandonaron en la fuga.

Como se puede deducir del relato –el último párrafo es bastante significativo al respecto- las cosas no pintaron muy bien para nuestro bando. La impaciencia de los nuestros, inexpertos en estas lides, y lo que es bastante más probable, el buen hacer de unos soldados veteranos y curtidos en “mil batallas” como eran los franceses llevaron a un desenlace funesto sobre todo entre los lugareños que se habían agregado a los soldados para realizar la emboscada. Veinte muertos dice el parte. Y en eso se aproxima bastante a la realidad. En el libro de difuntos del pueblo de Hinojosa se anotaron en días sucesivos ocho fallecimientos debidos a esta acción: cinco hombres vecinos de la misma y dos soldados y un cabo del Batallón de Voluntarios de Ávila. En los libros de San Felices de los Gallegos aparecen reflejados seis personas fallecidas a consecuencia de este ataque, uno de los cuales se enterró en Lumbrales y de esta última población hubo otros ocho. En total 22 muertos. No nos resistimos a dar a conocer sus nombres, para honrar su memoria. Son los siguientes: Juan Jerjes, Juan Pérez Potra, Ignacio Carrasco, Antonio Arroyo y Pedro Esteban Rojo de Hinojosa. De San Felices: Joseph Hervalejo, Domingo Simón Benito, Francisco López, Juan Antonio Huerta, Andrés Diosdado y Pedro Cabezas Morera. De Lumbrales: Juan Borrego Gracioso, Juan Barahona, Julián Gajate Oliva, Lorenzo Criado, Domingo Mangas, Domingo Miguel, Apolinario López y Ambrosio López. A estos hay que añadir tres soldados del 2º batallón de Voluntarios de Ávila, enterrados en Hinojosa: Francisco Mazo del Collado (Avila), Remigio González de San Esteban del Valle (Ávila) y Francisco Sánchez de Diovalvaro (Ávila)

Tras este primer encuentro con los franceses vendrían en días sucesivos otros varios. La presión francesa se acentuaba: acción de Boadilla, saqueo de Bogajo, entrada en Villavieja, toma de San Felices, …. Estos serán los temas de próximos capítulos.

(1) Archivo Histórico Nacional, Estado, legajo 65 G, número 267