Según los horticultores una de las plagas más habituales de las lechugas son las babosas y caracoles. Existen potentes venenos (molusquicidas) que generalmente contienen, unos, un producto químico denominado metaldehido, que puede resultar peligrosillo, por ejempplo, para perros y gatos y otros un compuesto a base de hierro, que es mucho menos tóxico. Se pueden utilizar no obstante métodos menos agresivos y más ecológicos, como por ejemplo, colocar alrededor de las plantas, cenizas o arena. Yo después de sacar las fotos, me limité a trasladarlos a un lugar muy alejado de las tiernas lechugas. ¡Matar cualquier animal me da pena!