Para mi fue una sorpresa monumental. En una soleada y húmeda mañana -tras el paso de una aparatosa tormenta- de finales del mes de mayo me acerqué caminando hasta el río Yeltes, concretamente hasta la zona de la Pernalona, cuya pesquera podéis ver en la primera de las fotos.
En la base de la pared rocosa de pizarra de más de veinte metros de altura, justo donde se sitúa la antigua fábrica de harinas, enraizado en una grieta y acompañado de los correspondientes musgos y "basilios" (ombligo de Venus), encontré el pequeño helecho que podéis observar en las siguientes imágenes. Desde luego el sitio no deja de ser el ideal para esta planta, sombra prácticamente todo el día, al estar el acantilado de pizarras orientado al norte y una altísima humedad por tener la corrienta de agua a escasos metros de ella. El antiguo edificio medio derruido de la fábrica de harinas y el recodo que forma la pared rocosa la protegen también de los fríos vientos del Este, los temidos "cierzos". Total, una especie de microclima parecido al de la tierras cercanas a la sierra que es donde abundan este tipo de plantas. En la segunda de las imágenes, podéis observar el envés de las hojas (frondes) con las conocidas estructuras productoras de esporas, los incipientes "soros" -esa especie de rayitas blancas- formados cada uno de ellos por un par de esporangios.