3 de mayo de 2012

La hija del campanero

Hace ya bastante tiempo publicamos alguna poesía de don Matías García Miguel (1873-1954) que era natural de San Felices de los Gallegos y fue conocido con el sobrenombre de "el cura poeta", como se le denominaba en la zona donde desarrolló su ministerio sacerdotal (Navasfrías, Fuenteguinaldo, Ituero de Azaba,...). Firmaba también en ocasiones como "Azabeño". Es el caso de este poema publicado en el semanario "La Iberia" de Ciudad Rodrigo


La hija del campanero
de la aldea salmantina,
que entre montes se reclina
en la falda de un otero,
Tiene un rostro placentero,
una forma escultural,
una voz angelical,
una rubia cabellera,
una sonrisa hechicera
y... una fuerza colosal.

En las alegres mañanas,
y tardes y mediodías,
llena el aire de armonías,
repicando las campanas,
En los huertos y solanas
al oiría repicar
en las fiestas de guardar,
se jatea más que aprisa
la gente para ir a misa
a la ermita del lugar.

Con su padre que es cantor,
en las clásicas funciones
de ofertorios y patrones
canta la misa mayor.
El es un fino tenor
y ella una tipie excelente,
y tan armónicamente
los dos elevan su canto
que dentro del templo santo
goza, oyéndolos, la gente.

Además de ser cantora,
la hija del campanero
al rnás duro jornalero
le apuesta a trabajadora.
Es tan fina segadora
que cuando llega el verano
con el hocino en la mano
recorre todo el partido,
para lucir un vestido
el dia de San Cayetano.

Su padre que es alguacil,
sacristán enterrador
campanero, cazador
y guarda del concejil,
con la escopeta al cuadril
a diario va a cazar
por la dehesa del lugar,
y acostúmbrale a traer
conejos para comer,
perdices para cenar.

Su madre con ella goza
y asi en cuidarla se esmera
que la joven campanera
se ha criado buena moza.
Ella la casa alboroza
con su carácter fiestero
y con su rostro hechicero...
En fin, que en todo el lugar
ribereño es popular
la hija del campanero.

La Iberia, 8 de enero de 1921