Con la remodelación de la iglesia a finales de la decada de los cincuenta del pasado siglo XX, se elevó sensiblemente la altura del cuerpo central. Los muros y arcos quedaron impecables, sin embargo la cubierta, desentona un poco con el resto del edificio. Hubiese sido preferible un tejado a base de madera, que me supongo que era lo que tenía originalmente. No obstante la vista desde el presbiterio resulta realmente agradable.