En otra entrada de este blog habíamos hablado ya del gordolobo, una planta de flores amarillas y que se solía usar con bastante frecuencia en medicina natural. Precisamente de sus flores los romanos extraían un pigmento que se empleaba para teñir el pelo de color rubio. El pasado domingo, justo cuando comenzaba mi paseo matinal me encontré con Paco Calderero y su esposa, que terminaban justamente el suyo. Me comentaron que en el camino de Pedro Álvaro -precisamente adonde yo me dirigía- había una planta de gordolobo algo fuera de lo corriente, ya que tenía las flores de color blanco. Gracias a sus indicaciones la localicé facilmente y aquí os la muestro.
La planta estaba justo a la derecha del camino, a unos cien metros del cruce que nosotros denominábamos de pequeños como "los cuatro caminos". Al lado crecían un montón de gordolobos normales. La verdad es que es un ejemplar raro -nunca había visto flores de gordolobo blancas- y el origen de este anómano color quizás se deba a una mutación genética.