Este otoño se está caracterizando por unas altas temperaturas y una ausencia casi total de precipitaciones. Algunas "gotas" caídas a mediados de septiembre lograron reverdecer ligerísimamente el campo, pero con el paso de los días se fue nuevamente agostando. Solamente resisten ante este envite seco, algunos árboles -especialmente las encinas- y las escobas. Éstas últimas están perfectamente adaptadas a estos climas tan extremos. Y aquí las tenéis, frondosas y verdes. En la primera de las fotos podemos ver a la izquierda a una hermosa escoba rubial, que podemos apreciar con más detalle en la segunda de las imágenes.