Es uno de los dos grandes parques con que cuenta Ciudad Rodrigo. Para mi resulta particularmente agradable ya que me recuerda mis tiempos de estudiante en esta bella ciudad A lo largo de todo el año, los alumnos del Internado de San Isidoro visitábamos casi diariamente el otro, el de La Glorieta. Era, y es, más soleado, más propicio para las estaciones fresquitas como el otoño y el invierno. Cuando llegaba la primavera cambiábamos de parque. Y eso significaba que las vacaciones de verano estaban cerca. En la imagen tenemos la fuente central de dicho parque.