Además del amarillo, que es el color por antonomasia del otoño, resulta especialmente llamativo también el rojo de algunos frutos. Aquí tenemos un par de ejemplos. La primera foto corresponde al denominado "escaramujo" o rosal silvestre ("Rosa canina") mientras que las otras dos son del "majuelo" o espino albar ("Crataegus monogyna")
Fotografías tomadas hace apenas un mes, en el término municipal de Villavieja de Yeltes. Por cierto, al fruto del Rosal Silvestre lo llamamos por aqui "mojolino" o "monjolino".