... el traje de mujer charra es de una gran vistosidad. Lleva en la cabeza rodetes con trenzas caladas para las orejas adornadas con horquillas; moño en la parte superior de la cabeza, atado con unas cintas bordadas que llaman "sigueme pollo", y un pañuelo de tul bordado sobre la cabeza, con pendientes grandes colgando de las orejas.
El busto se cubre con el jubón de terciopelo calado o bordado de seda de color, manga estrecha, con botones de filigrana; pañuelo de hombros de tela bordada en lentejuelas o mostacilla; dengue o rebocillo generalmente de paño rojo, con bordados de felpilla de mostacilla sobrepuestos: manteo encarnado de debajo, con vuelta; encima el otro más rico con festón de bordados y tirana de terciopelo; mandil o picote, bordado profusamente y rematado por un faralar de seda; faltriquera bordada colgando de la cintura; por la parte de atrás caen dos cintas bordadas y rematadas de flecos de oro; medias caladas; zapatos de terciopelo bordados con lentejuelas.
Lleva gran profusión de collares de oro, aderezos, galápagos, cruces y veneras que cubren totalmente el pecho.....
Los charros: etnografía histórica e identidad culturalLucinio Hernández Marcos
En la revista semanal ilustrada "La lidia" del día 5 de Agosto de 1894 se publicaba un poema de M. Ossorio y Bernard titulado "Charra" y en el que va enumerando también las diferentes partes del traje charro. Transcribimos a continuación los versos relacionados con el tema que nos ocupa.
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Moño, con colgantes trenzas,
que en anchas cintas rematan;
rizos que en la frente forman
dos pabellones de gracia;
pendientes de labor fina,
de perlas y filigrana;
sortijas de vivas luces
que sus dedos abrillantan,
y collares, que formando
sobre el pecho una cascada
para ahuyentar tentaciones,
sostienen una cruz santa
Jubón, cuyo terciopelo
con lentejuelas recaman,
con bordados enriquecen
y con botones rematan;
rico dengue o esclavina;
manteo, que se realza
con brillantes azabaches
y con labores bordadas;
picote o delantal corto,
media de seda calada,
zapatos con lentejuelas
o con hebillas de plata;
mantilla de rocador
y, de la mantilla a falta,
pañuelos en que la aguja
bordó también sedas varias.
Serán más pobres o ricas
de la mujer las alhajas;
predominarán acaso
el "dublé" y las piedras falsas;
pero el brillo, la prolija
labor, las bordadas franjas,
las lucientes lentejuelas
nunca faltan a la charra.
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M. OSSORIO Y BERNARD