8 de diciembre de 2010

Inauguración del ferrocarril a Barca d'Alba

De "Fausto Acontecimiento" calificaba la víspera de la inauguración el diario provincial "El Fomento". Y así era, en efecto. En aquellos tiempos el ferrocarril era el no va más. Se consideraba que era la llegada del progreso y que supondria ni más ni menos que el despegue económico de toda la comarca. Se llevaba bastante tiempo luchando por este ramal de vía férrea y había costado Dios y ayuda el poder llevar a cabo semejante proyecto. Fue la fuerte inversión de un grupo de empresarios y banqueros del norte de Portugal, agrupados en lo que se solía conocer como el Sindicato de Oporto, lo que le dió el empujón definitivo al proyecto de ferrocarril de Barca d'Alba. Eso y una serie de medidas económicas legales establecidas por el Gobierno portugués para incentivar esas inversiones que no fueron muy bien vistas por el conjunto de la población lusa. Y del Gobierno español, nada de nada. Cero. Bastante hizo con no oponerse al proyecto, dado el recelo que suscitaba en el ámbito militar.

... Todos nuestros lectores saben que faltan muy pocas horas para que se haga la iuauguración de la línea de Barca d'Alba, de ese camino por el que, cual por ancha arteria, ha de circular desde pasado mañana en que será abierto a la explotación, la riqueza de Oporto y Salamanca, por el mismo que podremos nosotros hacer el viaje a Portugal con gran rapidez, al tiempo que podrán nuestros vecinos internarse en Francia sin necesidad de verificar el rodeo á que hasta el presente se han visto obligados, por no existir otra línea que la de Cáceres. Y hoy que se van haciendo de moda, durante la época veraniega, los puertos lusitanos y gallegos, la línea de Barca d' Alba ha de ser por la que transiten más viajeros, pues siendo la más directa ha de ser la que proporcionará mayores ventajas.

Sin género ninguno de duda, el ferrocarril cuya inauguración va á tener lugar mañana, el camino por donde en adelante hemos de ver cruzar la locomotora, uniendo á Portugal y España, á través del Duero, ha de reportar grandes beneficios á nuestra provincia, contribuyendo necesariamente á que esta capital adquiera cada día más importancia. Porque es claro, cuantas personas pasen por esta ciudad habrán de detenerse, siquiera un par de días, para ver a la ligera los monumentos artísticos y las gloriosas tradiciones de la Roma chica, y como quiera que nosotros supongamos que el Ayuntamiento ha de poner cuanto esté de su parte á fin de que la localidad corresponda a lo que se merece su importante población flotante, el desarrollo de la industria y el nuevo impulso que adquirirá el comercio, de aquí que veamos cercano el día en que ha de opearse una verdadera transformación en las condiciones y manera de ser de esta población. La inauguración de un ferrocarril, y de un ferrocarril internacional que une a dos pueblos hermanos es uno de los sucesos de los de más trascendencia que registrar pueden las historias de las naciones.....


Decíamos que se llevaba luchando largo tiempo por el ferrocarril. Se habían presentado para el mismo varios trayectos alternativos. Algunos pueblos echaron el resto para conseguir llevarse "el gato al agua" y no lo consiguieron. Ledesma, Vitigudino, ... se consideraban en cierto modo agraviados por el trazado elegido para la vía férrea. De hecho, a la inauguración no asistió el diputado provincial de esa zona, Sr Cambó, y la prensa lo resalta, aunque luego el aludido aduce "hallarse en un estado delicado de salud".

El 8 de Diciembre de 1887, festividad de la Inmaculada Concepción, fue, por tanto, un día grande para la comarca. Un día de esperanza. Lástima que apenas cien años más tarde esas expectativas de progreso y desarrollo se habían esfumado definitivamente al ser cerrada la vía férrea. La mala disposición de las estaciones, situadas a mucha distancia de los núcleos de población, y el ilógico servicio ferroviario ofrecido -se viajaba hacia Salamanca por la tarde y hacia Portugal por las mañanas- hizo que con el paso del tiempo el autobús le ganase la partida al tren en cuanto a tráfico de viajeros. Con las mercancias sucedería otro tanto. El gran desarrollo automovilístico posterior terminó por darle la puntilla a un servicio que no supo adaptarse a las circunstancias.

Pero retrocedamos a Diciembre de 1887. Vivamos el día de la inauguración a través del relato del periodista de "El Fomento" enviado especial a dicho acontecimiento.

INAUGURACIÓN DE LA LINEA DE BARCA D'ALBA

¡Qué ocasión tan oportuna y tan bonita para hacer historia de los obstáculos que ha sido necesario vencer para llegar a la realización de la obra que ayer se inauguró! ¡Que momento tan a propósito para consignar los nombres de los iniciadores del proyecto de ferrocarril de Duero y para apuntar los de aquellos que trabajaron para lograr fuera aprobado por el Consejo de Ministros, previo informe favorable del Ministerio de Fomento y Junta consultiva del ramo de Guerra.

La carencia de espacio por una parte y el temor de fatigar la atención de nuestros lectores por otra, nos obligan a reducir este trabajo, que tendríamos una verdadera satisfacción en que fuera todo lo extenso que la importancia que lo motiva se merece.

Son tantas las notas que tenemos en nuestra cartera, tantas y diversas las impresiones que ayer recibimos en el trayecto que media desde esta capital a Barca d' Alba, que nos vemos precisados -repetimos que bien a pesar nuestro- a reducirlas notablemente, y a exponer en forma telegráfica lo más culminante del suceso a qué tuvimos la dicha de asistir.

A las siete de La mañana partió dé ésta ciudad el tren que conducía a los invitados. Asistieron a! acto, Gobernador civil de la provincia, senador por la misma Sr. Hernández Iglesias, diputados a cortes por Vitigudino y Ciudad Rodrigo, Consejero de la Compañía Sr. Monares, Secretario del Consejo Sr. Gallardo, Inspector General de los ferro-carriles S.F.P., Presidente de la Diputación Provincial, Alcalde Constitucional, Rector Universidad Literaria, Fiscal Audiencia de lo Criminal, Ingeniero Montes, Ingenieros de la Compañía constructora, diputados provinciales, jefes de la guarnición, redactores Correspondencia de España y Día, Mencheta y Soler, respectivamente, representantes prensa local y provincial, etc. etc.

Llamó la atención no asistiera ningún diputado provincial del distrito de Vitigudino. Nada de particular hasta Fuente San Esteban, punto bifurcación. Invitados tomaron café y pastas, fonda estación.

Insuficientes a contener inmenso gentío andenes estaciones Boada, Villares de Yeltes, Villaívieja, Bogajo, Olmedo, Lumbrales, Hinojosa y Fregeneda. Recibimiento entusiasta en todas. Músicas, arcos triunfo, vivas España y Portugal. Comisiones Ayuntamientos, cumplimentaron comitiva.

Espectáculo grandioso desde Fregeneda a Barca d' Alba. Maravillosos paisajes. Belleza natural incomporable. El alma en profundo arrobamiento no se da cuenta cómo mano del hombre salva precipicios, montes, ríos, campiñas, montañas y cuantos diques parece ha puesto de intento la naturaleza. Imposible describir siquiera pálidamente lo accidentado del suelo.

Gracias Jefe de movimiento, Mr. Salaignac, pudimos contemplar magníficas obras fábrica. Aceptamos atenta invitación se sirvió hacernos, y fuimos en la máquina con Senador Sr. Hernández Iglesias y Jefe explotación de la linea.

Mitad próximamente kilómetro 59, viaducto metálico 140 metros longitud, sobre arroyo Froya. Importante túnel llamado de la carretera 1490 metros longitud. Otro túnel 200 metros, y viaducto metálico de 130 sobre arroyo Morgado. Túnel Poyo Rubio, viaducto metálico sobre arroyo del Rubio, y túnel de Poyo Valiente, importantes y atrevidas obras. Sigue otro puente, y los túneles del Lugar y el de la Barca. Viaducto de los Poyos, túnel de la Porrera y el del Muelle, separados por un puente. Al terminar túnel del Muelle, magnífico puente internacional sobre el Águeda.

Tren que conducía comitiva españoles, se unió línea divisoria ambos reinos, ó sea al medio del puente ibérico con tren que venía conduciendo portugueses. En aquellos momentos cohetes, músicas, y vivas España Portugal. Puente adornado banderas entrelazadas, pueblos hermanos. Cruzáronse saludos en el mismo puente, pues representantes Portugal y España bajáronse para abrazarse. Pálido cuanto respecto al particular se diga. Fue acto imponente y conmovedor. Miles de almas pueblos inmediatos, de reinos ibéricos, lo presenciaron.

Dibujo publicado en "La Ilustración Española y Americana" de Diciembre de 1887,
realizado a partir de una fotografía tomada el día de la inauguración de la
vía férrea, justo cuando los dos trenes se encontraron en el centro
del puente internacional profusamente engalanadso con banderas.

Continuamos con el relato del diario "El Fomento":

Venían tren portugués, Director del general ministerio de las Obras Públicas, D. Ricardo Pinto da Costa, Ingenieros portugueses, representantes del Sindicato de Oporto, autoridades, representantes prensa de Lisboa y Oporto, etc. etc. Ambos trenes, que se hicieron uno, llegaron estación Barca d' Alba. Voladores, músicas, vivas a ambas naciones. Entusiasmo indescriptible entre portugueses que acudieron a presenciar el acto.

Expléndido banquete en almacén estación servido Palais de Cristal Portuense. 200 comensales. Un personaje portugués brindó familia real española, terminando con vivas a S. M. la Reina y a S. M. el Rey D. Alfonso XIII, que fueron contestados con gran entusiasmo. D. Ricardo Pinto da Costa dio vivas familia real portuguesa y Consejo ministros, a los cuales contestaron los presentes. Gobernador civil provincia Salamanca se levantó, siendo objeto expectación general, y dijo: el representante del Gobierno español no debe salir de la hidalga tierra portuguesa, sin hacer una manifestación ostensible de los sentimientos que le embargan en estos momentos y en tal sentido no puede menos de gritar con entusiasmo: ¡Viva Su Majestad el Rey de Portugal! ¡Viva S. M. la Reina! ¡Viva la familia real portuguesa! Miles personas contestaron a estos vivas.

Al grito ¡A Salamanca! abandonaron comensales asientos, para tomar tren que había conducirles esta ciudad.

¡Y hacia Salamanca salieron! Pero ya con cierto retraso, lo que suponía que de seguir parando en todas las estaciones de la línea recien inaugurada, tal y como se había programado, se llegaría muy tarde a los actos, cena incluida, que se habían de celebrar en la capital charra. Veamos como lo relata el corresponsal de "El Fomento" en Lumbrales en carta que remite a dicho periódico:

Sr. Director de El Fomento
Lumbrales 8 de Diciembre de 1887.
Mi distinguido amigo; He visto que se tomaban notas por alguno de los expedicionarios, y entiendo que no le faltarán datos de lo sucedido en el tránsito de Salamanca á Barca d' Alba y vice-versa. Yo me limito á lo que aquí ha pasado, que demuestra una vez más el interés vivísimo, que por la vía férrea, y cuanto con ella se relaciona, se toman mis paisanos.
A las tres de la tarde, con notable retraso, llegó el tren, que fue saludado con fuegos artificiales, y vítores, y aplausos, y atronadores vivas al Sindicato portuense, á Portugal, á España, y á los señores Marqués de Flores Dávila, y Pinto da Costa. El espectáculo era verdaderameute admirable; un día explendoroso, como casi nunca sucede en el mes de Diciembre; el entusiasmo reflejado en el semblante de la animada muchedumbre, los armoniosos ecos de la orquesta; el sonido del tamboril, á cuyo compás danzaban alegremente unas cuantas parejas, que vestían el pintoresco y airoso traje del país (como lo llevaban nuestros antepasados á fines del siglo XVI), y por encima de todo,la curiosidad, el anhelo de imponente número de pequeñuelos, que se lanzaban sobre el espacioso andén, con el deseo infinito de contemplar los lujosos coches, y las distinguidas personas, que allí venían.
Como la estancia de los viajeros fue sumamente breve, apenas dio suficiente tiempo para estrechar la mano de los amigos y conocidos. Sin duda por esto, y también acaso por deficiencia en lo que respecta a presentaciones, y recepciones, resultaron incorrecciones; y en tanto fue así, que las personas, que, por ciertos conceptos, debieran ser las que se determinaran, y distinguieran principalmente, pasaron perfecta y completamente desapercibidas. Nadie supo distinguir al Sr. Zancada Gobernador de la provincia, ni al señor Director de obras publicas, ni al Sr. Sánchez Arjona, señores del Congreso; yo tuve la grandísima satisfacción de saludar á mi excelente amigo, el señor Marqués de Flores Dávila; al Diputado provincial D. Victoriano Angoso con el que, de antiguo, me ligan cariñosas relacionas de familia; al Secretario de la Audiencia D. Isidro García Alonso, al Teniente Coronel, mi amigo de la infancia, D. Fausto Ortiz, al estimable paisano y amigo querido D. Laureano Moríñigo, ......, pero todo al vapor sin tiempo material casi de ponernos al tanto de nuestro respectivo estado de salud; y eso que de los pueblos inmediatos vinieron algunos sin otro objeto que dar al señor Ministro de Fomento un voto de gracias por el inmenso servicio del Puente de Vega Redonda. Todo quedó en proyecto, y es sin duda que el tiempo no daba para más.
En resumen; falta de orden por parte de las autoridades, que previamente debieron hacer algo y aun algos; pero sobra de entusiasmo por los que solo se preocupan de intereses generales. La espontaneidad del pueblo ha valido por todo, y lo tendrán en cuenta los que por dicha encontraron faltas, donde nada más hay que buena voluntad.
Soy, como siempre, suyo afectísimo amigo S. S. Q. S. M. B.—El corresponsal.

Pero sigamos con el relato que en forma telegráfica escribe el enviado especial de "El Fomento".

A la una y cuarto emprendimos viaje de regreso a esta ciudad. Coches, trenes español y portugués, formaron uno larguísimo, que arrastraban dos locomotoras. Presentósenos nueva ocasión de admirar imponentes obras. En Fregeneda, como demás estaciones tránsito, vecindario en masa saludó expedicionarios. Diéronse entusiastas vivas España y Portugal, así como a familias reales ambos paises. Desde estación Lumbrales vinieron a esta capital, coche salón que ocupaba familia D. Ricardo Pinto da Costa, cinco charras e igual número de mozos naturales de dicho pueblo, ricamente ataviados con preciosos trajes de los que usan en el país. Los caballeros portugueses no se cansaban de admirar la hermosura de las campesinas, y la originalidad de sus trajes.

Seis, diez minutos, de la noche llegada a la estación de esta ciudad. Un gentío ínmenso esperaba inmediaciones del andén. Música del Regimiento de Toledo nos recibió entonando aires nacionales. Estación iluminada, así como almacenes en que se celebró suntuoso banquete.

Merece aplausos Café Suizo por su esmero al servir delicado menú siguiente: "Puré á la Reina.—ídem de cangrejos.—Pescados, salmón a la tártara.—Entrada, salmit de perdices.—Helado, ponche á la romana.—Asado, pavo trufado.—Legumbres, guisantes á la inglesa, coliflor al graten.—Postre, tarta al fondan.— Vinos, Burdeos, Oporto, Jerez, Manzanilla, Champagne.—Café, licores y cigarros." 
(Suspendemos aquí nuestra reseña por que aun no hemos podido proporcionarnos la lísta de las personas que asistieron á este banquete, y es nuestro propósito consignar los nombres de todas ellas).
A él concurrieron invitados de Oporto, Madrid, Salamanca y pueblos del partido de Vitigudino, menos las comisiones que quedarón en el andén de las estaciones por no detenerse el tren.
A lo largo de la semana se siguió publicando la reseña de la cena, asi como las personas y discursos que fueron desgranado en sucesivas intervenciones. ¡Y ese no fue el único banquete! Hubo otros, en días sucesivos, todos ellos para festejar el gran acontecimiento. No se preveía entonces que casi cien años más tarde la línea fuese cerrada al tráfico.