Monumento a Francisco Maldonado Glorieta del Alto el Rollo al final de la Avenida de los Comuneros (Fot. Sanjo-Wikisalamanca) |
Transcribimos otra poesía de José María de Onis, a quien vemos en la fotografía de la derecha publicada en "El Adelanto" el 24 de Septiembre de 1921. En este caso está dedicada al comunero salmantino Francisco Maldonado, ejecutado tras la batalla de Villalar en 1521.
Con motivo del cuarto centenario de su ajusticiamiento y tras una iniciativa popular encabezada por el concejal Blas Santos Franco el ayuntamiento de Salamanca encargó al escultor granadino Juan Cristóbal González de Quesada la realización de un monumento que se inauguró el 23 de Septiembre de 1921. Entre los actos celebrados con tal motivo fue leído el poema de José María de Onís.
Hace pocos años, con motivo de las obras de construcción de un estacionamiento en la Plaza de Los Bandos, el busto fue trasladado a la glorieta del Alto del Rollo, justo al final de la avenida Comuneros, donde puede ser observado en la actualidad.
EL AIRON DE LA QUIMERA
Homenaje.
¡Caballero castellano,
bardo y profeta de paz;
el airón de la quimera
pluma azul del tu soñar,
flor de tu blanca cimera,
que era honor y libertad,
segó el verdugo del Rey
con su mano, en Villalar!
¡No fué Castilla! ¡Castilla
no te quiso muerte dar!
Hablaba contigo el reino
que fue contigo a luchar,
porque no quiso otra voz
más que su voz en mandar.
Era un hijo del Bravante
y extrañero del solar,
el que manchara sus manos
con tu sangre de juglar.
¡Quién como tú, caballero,
que puede al rey enseñar
que está sobre él la justicia,
luz para todos igual!
¡Que no es bien para la Patria
partir del reino, y dejar
que manden estrechas manos
pechos y rentas cobrar,
y con hijos de villanos
hagan su tropa feudal!
¡Quién como tú, castellano,
que supo vivir y amar,
y dejar huellas perennes
con sargre a la eternidad!
¡Y morir como cristiano,
y, como noble, luchar!
Y llevó luto Castilla.
Que sobre el viejo solar
de Maldonado, el escudo
con negros paños está.
Que el puño de su tizona,
de dorado gavilán
cubierto está de crespones
que han mandado colocar.
Y el airón de la quimera,
pluma azul del su soñar,
flor de su blanca cimbra,
que era honor y libertad,
¡quedó roto en el cadalso
que se alzara en Villalar!
¡Comunero salmantino:
como tu, soy un juglar!
¡A tu sangre azul de mártir
quiero una trova cantar!
Y en ese plinto de piedra
mi cantiga he de gravar,
y pondré flores cortadas
del campo de Villalar!
¡No fué Castilla! ¡Castilla
no te quiso muerte dar!
¡Era un hijo del Bravante
y extrañero del solar!
José María de Onís