Ya recogimos en una entrada anterior otra visita de la infanta Isabel de Borbón, apodada cariñosamente como La Chata, a la provincia de Salamanca. En aquella ocasión (1888) visitó el recién inaugurado ferrocarril de Boadilla a Barça d' Alba, almorzando en Olmedo de Camaces. En esta ocasión (1916) visitó Ciudad Rodrigo. Nos ha llamado la atención porque uno de los regalos que el pueblo de Cuiudad Rodrigo le ofreció a su Alteza Real, fue el libro de poemas "Charras" del villaviejense don Saturnino Galache. Así lo contaba el semanario "La Iberia" del 22 de septiembre de 1916.
Después de infinidad de contradicciones, y hasta asegurarse que nuestro pueblo no figuraba en el itinerario de los que había de visitar la augusta dama, ayer se supo oficialmente, que hoy tendríamos los habitantes de la antigua Miróbriga, el alto honor de saludar a Su Alteza Real, la Infanta más popular y más querida de los españoles, por sn sencillez y el cariño que en todo tiempo ha demostrado al pueblo, como madrileña neta, en cuya capital vio la luz primera el 20 de diciembre de 1851.
Salieron a recibir a S. A., el Alcalde don Anacleto Sánchez-Villares, Gobernador Militar, Diputado a Cortes, Senador vitalicio, Diputados provinciales, Juez de Instrucción y Municipal, un delegado del señor Obispo y una docena de bellas señoritas luciendo preciosos trajes de charra y la clásica mantilla blanca, que la acompañaron durante las pocas horas que estuvo en esta ciudad.
A la una y media, llegó a esta plaza la egregia dama que fue aclamada con delirantes vivas por iodo el vecindario, que la esperaba en la Puerta del Conde, donde estaba formada una Compañía del Regimiento de Toledo, al mando del Capitán .don Luis Blanco, para tributarle los honores-que corresponden a su alta .jerarquía. Su Alteza revistó dicha fuerza, que desfiló después con esa marcialidad que no ha podido imitar ningún Ejercito, por ser patrimonio de exclusivo los españoles.
Seguidamente se dirigió a la Catedral, en donde fue recibida por nuestro Ilustrísimo Prelado y el, Cabildo, entrando en el templo bajo palio, visitando el Sagrario y dirigiéndose después al altar mayor, donde, en un reclinatorio, rezó una salve, que fue cantada con toda solemnidad, y terminada, visitó el coro y el claustro, preciosas obras de arte, de-inestimable mérito.
Por las Amayuelas subió a la muralla, descendiendo por la rambla del Campo del Pozo, dirigiéndose en carruaje al Palacio Episcopal, donde fue retratada con el señor Obispo y las señoritas que la acompañaban, por el fotógrafo señor Pazos.
Terminada la visita, se dirigió a la casa consistorial, donde tuvo lugar una recepción popular, que de no tener prisa Su Alteza, hubiera durado toda la tarde. Una vez terminada la ceremonia oficial, pasó Su Alteza a la habitación que le tenían preparada, por si deseaba descansar, y otras en que, en mesas artísticamente adornadas, se tenía dispuesto el servicio para un lunch conque la obsequiaba el Ayuntamiento, no debiendo hacer uso de los fiambres y dulces, pues al poco tiempo se asomó a la galería, despidiéndose del pueblo, que no dejó de aclamarle un momento, y de seguirla en todas las visitas.
Con sumo gusto hacemos constar que al terminarse la salve, se dirigió a la sepultura del inolvidable Obispo señor de Mazarrasa, en donde nuestro Prelado rezo un responso.
A fin de que Su Alteza Real conserve un recuerdo de esta noble ciudad, el Alcalde, en nombre del pueblo que representa, regaló a la Regia visitante. un collar de oro afiligranado, con una cruz y unos pendientes del mismo metal y de igual trabajo que el collar; joyas que generalmente se usan en las personas bien acomodadas del país. No aprecie Su Alteza el regalo por el valor que representa, y si por la gran voluntad con que se lo ofrece este noble pueblo, digno de mejor suerte. También le fue entregado un ejemplar de la obrita de poesías originales publicados por nuestro amigo, el Presbítero, don Saturnino Galache, tituladas «Charras».
El Cuerpo de Bomberos Voluntarios, dio guardia en el edificio, y tanto su Banda, como la Municipal, amenizaron el acto durante la recepción.