1 de octubre de 2010

¡Tan cerca....., y tan lejos!

Sin lugar a dudas es lo que podríamos decir con respecto a Vitigudino y Villavieja. Reconozco humildemente que mi relación con Vitigudino ha sido y es prácticamente nula y eso ha venido condicionado en gran medida por el hecho de haber realizado los estudios de bachillerato en Ciudad Rodrigo y posteriormente trabajar como profesor en dicha ciudad. Y eso ha ocasionado un desconocimiento bastante grande en todo lo que se refiere a Vitigudino. Sobre todo en el aspecto cultural. Por ejemplo, conozco el exterior de su iglesia y su llamativa torre donde el famoso abogado progresista y más tarde diputado salmantino Tomás Rodríguez Pinilla resistió el embate de una partida enemiga -otro día contaremos con detalle esta acción- en las postrimerías de la Primera Guerra Carlista. Decía, que conozco el exterior, pero ....¡jamás he entrado en su interior! Desconocía, por tanto, que albergase alguna obra de arte de especial relevancia. El 30 de Septiembre publicaba la Gaceta el artículo que transcribo a continuación y en el que se nos habla del deterioro de algunas de esas obras. Estamos tan sólo a 18 kilómetros de distancia,... pero en lo demás, creo que estamos muy lejos. Hora es de que empecemos a conocernos unos y otros. ¡El futuro del Oeste salmantino depende en parte de ello! Espero que estas líneas y este blog contribuya algo a esa tarea.



La Gaceta Regional de Salamanca,
30 de Septiembre de 2010

Alerta por el "grave" deterioro de varias obras de arte de la parroquia

La delegación de Patrimonio Artístico y Cultural de la Diócesis de Salamanca ha encargado a la Fundación "Las Edades del Hombre" que presupueste su rehabilitación

CASAMAR/ÍKER GONZÁLEZ LÓPEZ

Varias obras de arte de la parroquia de Vitigudüio sufren un deterioro muy grave, según expresaron a LA GACETA, José Antonio Andujar, Ángel Luis Martin y Francisco Fraile, los tres párrocos de la feligresía que aglutina a varias iglesias de la comarca del oeste salmantino.

Tras el aviso de los sacerdotes, el delegado de Patrimonio Artístico y Cultural de la Diócesis de Salamanca. Ramón Martín, encargó a la Fundación "Las Edades del Hombre" la elaboración del presupuesto de reparación. De este modo, el responsable de restauración de la institución. José Ángel Fernández, examinó en persona el estado de las obras con daños que presenta la iglesia de San Nicolás de Bari de Vitigudino.

La creación que más llamó la atención del experto fue el lienzo del siglo XVII del pintor español Juan Martin Cabezalero, una pieza que sufre "problemas muy graves de adhesión y cohesión entre los estratos y que está perdiendo mucha policromía". El especialista señaló además que, como consecuencia de la pérdida de la adhesión "entre la policromía y la capa de separación. se pueden observar en todo el cuadro, especialmente en el manto de la Virgen, unos evidentes levantamientos de pintura que realmente pueden derivar en desprendimientos".

El responsable de restauración de la Fundación "Las Edades del Hombre" también examinó la talla del Cristo Yacente, una obra del siglo XVIII de escuela castellana con una clara influencia del escultor Gregorio Fernández. En esta "gran obra", el especialista identificó problemas "de suciedad superficial endurecida y humos grasos", y avanzó que su restauración mejorará "de forma notable" la apariencia de esta talla.

De momento, el restaurador prefirió no adelantar el presupuesto que supondría la rehabilitación a la espera de que se realice el análisis de las obras de arte de otras iglesias ubicadas en el oeste salmantino, que según expresaron los sacerdotes, también "se encuentran un grave estado de deterioro".

Veamos ahora lo que encontramos en Wikipedia acerca de Juan Martín Cabezalero.

Juan Martín Cabezalero (Almadén, 1634 - Madrid, 1673) fue un pintor y dibujante español del Barroco.

Nacido en Almadén, estudió con Juan Carreño de Miranda, pintor de corte del rey Carlos II de España. Cabezalero vivió en casa de su maestro hasta 1666.

Pocos trabajos de Cabezalero han sobrevivido hasta nuestros días. Su temprana muerte le impidió cristalizar un talento que se prometía fecundo. Antonio Palomino lamenta su fallecimiento, así como su modestia y carácter estudioso. Parece que practicó con éxito la pintura al fresco, pero nada de esto ha sobrevivido.

Su estilo estuvo determinado por su característico modelado a base de planos de luz y la influencia de la pintura flamenca, sobre todo su admiración por Anton Van Dyck y sus colores intensos: azules vibrantes, amarillos rojizos y blancos nacarados. La luz y suntuosidad de sus obras nos remiten a la escuela veneciana.

Buenos ejemplos de su técnica son el San Bruno en gloria (col. particular), hermosa obra de gran luminosidad, que parece mostrar cierta influencia de los modelos y esquemas de Herrera el Mozo; o sus cuatro grandes lienzos para la capilla de la Orden Tercera, tal vez su obra más ambiciosa y compleja. Sus últimas obras, como la Comunión de Santa Teresa del Museo Lázaro Galdiano de Madrid, revelan una capacidad de monumentalidad y una condición escultórica en las figuras que auguraban un talento pictórico de primer orden.

Obras destacadas

  • San Jerónimo (1666, Museo Meadows, Southern Methodist University, Dallas)
  • San Bruno en la gloria (Col. particular)
  • Escenas de la Pasión (1667-68, Convento de la Venerable Orden Tercera, Madrid)
  • Asunción de la Virgen (1670, Museo del Prado), antiguamente atribuida a Mateo Cerezo.
  • Comunión de Santa Teresa (1670, Museo Lázaro Galdiano, Madrid)
  • Pasaje de la Vida de San Francisco (Museo del Prado, Madrid)